Esta semana se iniciará el despido de los delegados federales en el Estado de Veracruz, aquellos que se sentían tan confiados que seguirían en sus puestos y con sus elevados salarios del pasado. Los que se habían quedado nombrados por el gobierno de Peña Nieto y sus secretarios de Estado quienes habían asumido elevados cargos para sus amigos y parientes, a partir de estos próximos días tendrán que limpiar sus escritorios para los nuevos servidores públicos.
La orden fue directa del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien no quiere saber nada de los recomendados priistas y panistas de las pasadas administraciones de Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón. Sobre todo aquellos que se sabe que eran de la confianza y de los compromisos de los exgobernadores Javier Duarte de Ochoa y Miguel Ángel Yunes Linares.
Después de seis meses tenían la certeza que permanecerían en sus cargos y se olvidaron de la increíble memoria del tabasqueño, que recuerda perfectamente el quien es quien en la política veracruzana y no desconoce a los compañeros de la izquierda veracruzana que lo acompañaron en las complejas y cuestionadas pasadas campañas presidenciales.
La lista de los nuevos delegados la tiene el delegado del gobierno federal Manuel Huerta Ladrón de Guevara. De los nombres no figura ninguno de los que creían que estaban bien palanqueados por aquellos políticos que aseguran que se llevan de piquete de ombligo con el propio presidente López Obrador o con miembros de su gabinete.
Los que van a entrar son las siguientes personas: Laura Bautista, Gobernación; Rosa María Hernández Espejo, Subdelegada Bienestar; Carlos Villa, Administrativo Bienestar; Angélica Menéndez, Universidad Benito Juárez; Alfredo Orozco, Programa Adultos Mayores; Pablo Robles Barajas, Conagua; Randú Ortiz Herrera, Sader; Gustavo Moreno Ramos, Prospera; Magdalena Hernández, INSUS e IMPI; Neftalí Héctor Gómez Gil Guzmán, Protección Civil y Alejandra Rivera A., Secretaria del Trabajo y Previsión Social.
Como se habrán dado cuenta solo quedó una sexta parte de los delegados federales del pasado. El recorte de la burocracia federal está acorde a la austeridad de los recursos públicos. Eran puestos públicos que no ameritaban tal cantidad de funcionarios que no se justificaba.
Sumido Veracruz en un río de sangre
No se puede ocultar lo que sucede en Veracruz en cuanto a la violencia y la criminalidad desatada a lo largo y ancho del territorio. Que en un solo día sábado, se registren a quince personas asesinadas, permite a las periodistas de la nota roja asegurar que la falta de seguridad está fuera de todo control por parte de las autoridades estatales. Convertir al Estado de Veracruz en noticia de los medios nacionales de manera continua exige una atención inmediata del gobierno federal.
Los hoteleros de la zona conurbada de Veracruz y Boca del Río esperanzados en tener un lleno total con motivo del festival de la Salsa, con estas alarmantes noticias de nota roja, resulta aventurado que haya turistas que vengan a divertirse en un clima de tanta violencia e inseguridad.
Es difícil para los editores encontrar una información positiva y de aliento del esperado cambio para los inversionistas y la sociedad en general.
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