Como cada año, en un primero de mayo, los trabajadores no se quedaron callados, pero hoy más que nunca las demandas fueron por la desigualdad, las violaciones a sus derechos laborales, pero además -sin temor- denunciaron inseguridad, corrupción y nepotismo y así mostraron pancartas frente al Gobernador y hasta se tomaron la foto con acusaciones en mano que se hacían notar en pancartas o mantas.

En el puerto de Veracruz, una trabajadora no dudo en increpar a Fernando Yunes y mostrarle el descontento por lo que consideró un tema de herencia, perpetuarse en el poder, entre ellos; Aquí en Xalapa, en el otro palacio, el municipal, de manera -insólita- para muchos el alcalde de la capital del estado, Hipólito Rodríguez Herrero miró el desfile con algunos integrantes de su comuna desde el balcón municipal; uno allá, otro acá.

En el mismo momento, pero no revueltos, cada cual desde su espacio, uno en el balcón, otro en el palco de honor, observaron el transcurrir de los trabajadores quienes también protestaron contra autoridades municipales que aseguran no respetan sus derechos sindicales; es decir tampoco se salvaron; como dirían por ahí “para todos hubo”, eso sí, el tema de la inseguridad y la falta de respeto a los derechos laborales, la corrupción y demás fueron para el Poder Ejecutivo, el que hoy dirige Miguel Angél Yunes Linares.

Lejos de las protestas, nada que pusiera en riesgo el orden y la tranquilidad de los veracruzanos, más que el malestar ciudadano, expresado en redes sociales, por el excesivo cierre de calles y así en el mensaje político que todo acto direcciona, fue textual la distancia entre el palacio de gobierno y el palacio municipal, donde los embates han sido más que dirigidos al alcalde emanado de las filas de Morena.

Eso sí el escenario fue aprovechado electoralmente; pues entre los cerca de 57 mil participantes en el desfile se dejaron ver todos los colores y se repartieron hasta volantes en alusión a los diferentes aspirantes al gobierno de Veracruz, diputaciones locales, federales y senadores, sin hacer a un lado a los presidenciables. Allá Hipolitico aplaudía a los aliados y de igual forma lo hacía Linares, mientras que a los críticos solo alcanzaban a esquivar con una sonrisa disimulada que intentaba ocultar el malestar.

Al palacio municipal lo distinguió una lona “enorme”, vistosa que consignaba “Xalapa florecerá con la lucha de las y los trabajadores”; así una lona que por momentos parecía notar una respuesta oficial a esas otras leyendas en mantas que aparecieron por toda la ciudad cuestionando al Presidente Municipal de Morena.

Del otro lado, el Gobernador Linares era arropado –como ha sido costumbre histórica- por el Presidente del Poder Judicial de la entidad, Edel Álvarez Peña; el Fiscal General, Jorge Winckler; diputados locales, por supuesto secretarios de despacho y líderes de sindicatos y organizaciones; el color azul pareció ser el predominante, el rojo quedo atrás, pero lo que no se esfumó fue ese estilo de reclamar, denunciar y acusar como el único escenario y momentos de la clase obrera para expresarlo.

Por cierto, que en este día de desfile, otra nota que acaparó la atención de los veracruzanos fuela presencia en la entidad de personal de la Fiscalía de Oaxaca en esta capital para solicitarle a la Fiscalía General de Veracruz atraer la investigación de los jóvenes provenientes de Tlaxcala,  pues aseguraron -según material probatorio- su último paradero fue Tierra Blanca; refirieron que la autoridad de Veracruz solo ha ofrecido su colaboración. Insistieron que el último paradero de las seis víctimas desaparecidas desde el pasado cuatro de abril fue en territorio veracruzanos ¡así las cosas, nos leemos mañana queridos lectores!