Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
Oferta sospechosa
2018-02-02 | 08:33:23
Del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, a pesar de haberse graduado con el segundo promedio más alto en la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana, francamente ya no sorprende otro dislate más; de quien sí extraña que pretenda dejarse embaucar es el general Salvador Cienfuegos, secretario de la Defensa Nacional.

Y es que al día siguiente de su visita a las ciudades de Coatzacoalcos y Xalapa, el titular de la Sedena fue llevado por Yunes a Valle de Bravo, en el Estado de México, para ofrecerle en venta el rancho de Las Mesas, una propiedad que le fuera asegurada al exgobernador Javier Duarte, actualmente bajo proceso penal federal por lavado de dinero y delincuencia organizada.

Yunes planteó venderle al instituto armado este bien inmueble que Duarte de Ochoa habría adquirido con recursos del gobierno del Estado. Según el mandatario panista lo que se obtenga de su venta será destinado a obras del Sector Salud.

La intención del gobernante del PAN es loable, pero por el momento resultaría legalmente inviable, ya que en opinión de algunos abogados penalistas, los bienes del exgobernador expulsado del PRI no pueden ser sacados aún a remate mientras el juez que lleva su causa no haya dictado una sentencia firme en su contra, pues con tan aberrante acción estarían violando la máxima jurídica de la presunción de inocencia.

Ahora Yunes Linares insiste en que lo llamen a declarar como testigo en el proceso contra Duarte porque afirma tener pruebas contra su antecesor. Pero todo parece indicar que están viciadas, que no serían legalmente válidas por la forma en que las consiguió.

El periodista Carlos Loret de Mola, muy allegado al panista, escribió el 5 de diciembre de 2016 un texto que tituló “A Yunes le pidieron piedad”, en el que consignó que antes de que asumiera constitucionalmente la gubernatura, el panista “contactó a los prestanombres de Javier Duarte, los amagó, se reunió en secreto con ellos incluso en el extranjero y los hizo confesar sus pecados (…)”

“Cuando yo me di cuenta que había debilidad en los cómplices, empecé a localizarlos uno a uno y empecé a sentarme con ellos”, le explicó Yunes a Loret en entrevista.

“Me di cuenta que tenían puntos sensibles y toqué esos puntos sensibles. Y llegó el momento en que se vieron en la necesidad de pedirme prácticamente piedad, a decirme: ‘sí devolvemos, pero por favor no me toque esto, no me toque lo otro’. No puntos ilegales, absolutamente, sino cuestiones de carácter personal, y me senté con ellos y empecé a recuperar bienes”, se jactó ante el columnista de El Universal y conductor del noticiero matutino de Televisa.

“Así –comentó Loret–, el gobernador entrante fue grabando confesiones y armando con ellas un expediente del que no sabemos qué tan alto salpica y con qué gravedad. Ojalá no haya traspasado lo legal en ese proceso. Miguel Ángel Yunes Linares, cuyo colmillo alcanza para trazar una autopista de Poza Rica a Coatzacoalcos, va soltando por goteo los escándalos. Pero en su toma de posesión dejó una clara advertencia al gobierno federal cuando dijo que sigue investigando el tema de las maletas llenas de dinero durante la campaña presidencial.”

Loret recordó que ante la amenaza de que no lo dejaran asumir la gubernatura, “el propio Yunes declaró que el 1 de diciembre, en su discurso de toma de protesta, haría revelaciones que cimbrarían al País”, pero que la fecha llegó y el panista “no empató la expectativa”.

¿Por qué no ha declarado todo lo que sabe a la PGR?



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