En materia de crecimiento económico también podemos decir que ha salido tan malo el pinto como el azulado.
Veracruz ha sufrido las mismas consecuencias del neoliberalismo aplicado en el paÃs, pero agravado por una mayor corrupción e impunidad, anomalÃas del caciquismo a la veracruzana que ha imperado por décadas y que no se ha movido un centÃmetro con la llegada de los azules al poder.
Esto se demuestra con los siguientes datos. Por décadas, la evolución económica de Veracruz venÃa emparejada al desarrollo nacional. Sin embargo, en los últimos años, los que van de 2008 a 2015, mientras que el Producto Interno Bruto nacional (PIB) crece a un ritmo de 2% anual, el PIB estatal (PIBe) de Veracruz lo hace a sólo 1.3% (ver http://www.inegi.org.mx/sistemas/bie/?idserpadre=10200070#D10200070).
TodavÃa no hay cifras definitivas para el PIB estatal en 2016. Sin embargo, de acuerdo con el Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal, que puede ser considerado como un adelanto del PIB (Consultar: http://www.inegi.org.mx/est/contenidos/proyectos/cn/itaee/default.aspx), Veracruz ocupó el tercer sitio (después de Campeche y Tamaulipas) en el peor desenvolvimiento económico para 2016, al promediar 107.9 puntos del indicador Base 2008=100, mientras en Tamaulipas fue de 107.6 y Campeche de 70.2.
Con base en este indicador, durante el primer trimestre de este año la economÃa veracruzana llegó a 110.2, Tabasco a 103.6 y Campeche a 65.2. Es decir, de nuevo en el antepenútimo lugar de la economÃa nacional. Con relación al mismo trimestre del año anterior, Veracruz ha decrecido 1.4%., Tabasco -11.5% y Campeche -9.9%.
La actividad económica que ha sacado a flote la economÃa veracruzana ha sido la del campo, pues las actividades primarias tuvieron en este primer trimestre 6.9% de aumento, por encima del crecimiento nacional de 6.6. Las actividades secundarias, por el contrario, decrecieron 4.7% y las terciarias -0.2%.
Estos datos duros muestran el mal desempeño de la economÃa veracruzana, que se viene arrastrando desde hace lustro y medio. El retiro o disminución de las actividades petroleras durante todo este tiempo es el factor más importante en este decrecimiento.
Los desvÃos de recursos que debÃan dedicarse al consumo productivo y a la inversión pública han hecho su parte para empeorar la situación. A esto hay que sumar la falta de polÃticas económicas estatales que favorezcan el desarrollo económico, la apertura de empresas y la simplificación administrativa.
En efecto, en el actual gobierno no hay una polÃtica proactiva para impulsar la producción industrial, no se tiene como incentivo para el desarrollo de los servicios más que la anarquÃa del desarrollo inmobiliario que se observa en las grandes ciudades. Y en cuanto al campo, el desempeño que se observa cuenta con muy pocos recursos estatales para impulsar la economÃa rural.
El problema de inseguridad pública, como lo hemos venido exponiendo en esta columna, ha tenido periodos cruciales en los primeros meses del nuevo gobierno y después del proceso electoral para renovar los ayuntamientos. Ahora se ha dado una nueva espiral. Tal parece que los acomodos y reacomodos de las bandas delictivas en el territorio veracruzano ya van siendo algo normal y permanente.
Ola tras ola de violencia impedirán el crecimiento económico que requiere Veracruz. Por lo mismo, capital humano y financiero han volteado sus ojos al centro del paÃs. Y a veces más lejos.
Veracruz necesita un gobierno con un liderazgo ético y polÃtico capaz de encaminar los esfuerzos productivos de todos los veracruzanos. A la fecha no se tiene. Desde el ámbito del poder sólo se aspira a administrar la mutua impunidad.
Lo dicho, necesitamos con urgencia un cambio verdadero.
marco.a.medinaperez@gmail.com