Por Raúl López Gómez
Columna: Cosmovisión
Cosmovisión
2017-06-28 | 21:36:02
La prensa profesional

Desde tiempos inmemoriales hablar y escribir, han sido parte de una persecución natural en contra de quienes ejercen la libertad de expresión.
En los tiempos del imperio romano, la oratoria era parte de la gran comunicación entre la gente y el gobierno.
Desde las instancias oficiales en aquellos tiempos de instauró el circo romano a fin de darle por la doble vía a la gente un mensaje de recreación y de poder. Quedó la parta posteridad aquella frase de que al Pueblo Pan y circo y el de “vox populi, vox dei”, la voz del pueblo es la voz de Dios.
También, desde los griegos en donde imperó el conocimiento, la ciencia y la academia, se daba cuenta de la oratoria y de los aportes de superación mediante el estudio con la fortaleza de la oratoria y la escritura, que sólo era para los poderosos.
Con el paso de los siglos desde la Santa Inquisición, escribir o hablar era parte del gran riesgo de condenarse y ser condenado a los peores castigos o a la hoguera.
Más adelante, con la aparición de la prensa de Gutenberg, que ya antes habían inventado en China, se procede la impresión de la biblia, el primer periódico en Francia “La Gazette”, y se pública el Príncipe de Nicolás de Maquiavelo, como el primer tratado de orden universal que detalla la relación de los poderosos con la prensa. Se dice que este ha sido el primer manual en materia de relaciones pública en la historia de la humanidad.
Siguieron los tiempos y en la febril situación en Francia. Con los reyes que devastaron el presupuesto y empobrecieron al pueblo, ante los enormes impuestos, la expresión del pueblo de que no hay pan para comer y la respuesta de la reina de que “coman pasteles, enardeció a las mujeres que iniciaron la más feroz protesta que desencadenó la revolución francesa de 1789 y con las consecuencias naturales para el mundo.
Continuaron las revoluciones por el orbe, incluida la de 1910 en México y después las dos grandes conflagraciones mundiales.
Desde eso tiempos, se promueve el manejo de la prensa para arengar al pueblo a participar con la producción de armamento y las incorporaciones a los ejércitos a través de las oficinas de prensa en EU.
Luego, se comienza para en los finales del siglo XX, una gran revolución pero de medios de comunicación en la prensa, la radio y la televisión, se convierten en los medios masivos de comunicación y por ende se da la euforia por ingresar a las carreras de comunicación en el mundo.
Con el nuevo milenio en el aporte de la internet como la red de redes en materia de las nuevas tecnologías de la información diseñadas para uso bélico en EU, y que terminan siendo al igual que la computadora como una herramienta casera y de obligación en las empresas, las reglas cambiaron y las comunicaciones son en tiempo real al momento quedando desplazados los medios de información por las famosas redes sociales.
Pero como lo diría, el famoso profesor Luciano Constantino Ramírez, en reciente entrevista por cumplir 57 años de labor periodística, intensa y de aportación a varios medios escritos del estado de Veracruz y nacionales, “la prensa escrita permanece y eso obliga a la lectura, y a que los hechos queden consignados para la posteridad como parte de la historia”.
Antes fueron los juglares los que daban las noticias de pueblo en pueblo, siguieron dando noticias los carteros, hasta que escribir y hablar en los medios de comunicación se convirtió en una profesión.
Dice, el profesor Luciano Constantino, con la trayectoria de haber sido jefe de redacción del Decano, director del Universal de Veracruz, colaborador del periódico Sur de Veracruz y también jefe de prensa de la CFE, y ahora alerta que va por “ La Tercera”.
Así es, como se llamará su nueva columna, que lo dice en la perfecta ironía de los buenos periodistas de la época como lo ha sido siempre el famoso profesor orgullo de Cerro Azul, en referencia clara al gremio de la tercera edad, en donde abonará mucho de su experiencia vivida a los de la generación presente.
Muchos quieren hacerle al periodista, pero escribir profesionalmente es otro asunto. Dice contundente el famoso Lucky Luciano, maestro de un buen numero de generaciones a los que enseñó desde una redacción o en el aula de los bachilleres de la época y de cualquier frente. Así las cosas

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