La selva del asfalto
Nada ni nadie puede resarcir el mal gobierno de seis años de Javier Duarte, pero también hay que conminar a las propias autoridades estatales a detener el efecto negativo de todas las acciones hechas y realizadas con una única visión y convicción de sangrar a la población con elevadas multas desde un raro reglamento de tránsito.
Ahora con la amenaza de que las multas del reglamento de tránsito entran en vigor, se especula mucho entre automovilistas y transportistas del problema de que se cotizan elevadÃsimas y además impagables ante la crisis económica que se vive en el paÃs y a la debacle social y financiera en la entidad veracruzana como consecuencia de la ingobernabilidad.
Aquà lo recomendable es la congruencia de las autoridades estatales y la prudencia de los legisladores, para poner una media real del costo de las multas y otra cambiar y reformar un reglamento que se diseñó únicamente para que el PRI perdiera la gubernatura del estado y jamás percibieron ni dieron cuenta de la situación de atentar en contra del pueblo, si de los a pie que no tienen para comer, pagar gastos escolares y con un humilde vehÃculo, salir a la calle a pagar una multa que bien puede representar en una familia común un mes de ingresos.
También es cierto, la falta de sensibilidad del congreso pasado que debe corregir esos abusos y deficiencias del congreso actual.
Vivir en la pobreza a veces es agobiante y en ocasiones puede convertirse en un deporte de resistencia, pero tampoco hay que matar al pueblo de hambre con los abusos desde el poder público.
Asà es, que además vivir con miedo es parte de la vida diaria por la inseguridad, vivir con miedo a quienes manejan un vehÃculo público o privado con ese tipo de multas por violaciones al reglamento, son la muerte para cualquier ciudadano común y corriente.
A todo esto hay que agregarle en la familia, los costos elevados de gasolina, energÃa eléctrica, impuestos y los diversos públicos caros, el ciudadano queda en completa indefensión.
Por lo tanto, si antes todos se quejaron del gobierno de Javier Duarte, hay que exigir que se modifiquen todos las posturas abusivas y negativas que quedaron como una herencia diabólica que bien se puede corregir o enmendar y que la gente pueda vivir, no sobrevivir como ha sido la costumbre de los poderosos hacia la gente a la que luego le ruegan que se les dé el voto a cambio de una dadiva o de las falsas promesas, de lo que las mayorÃas están cansadas, y en el hartazgo de seguir tolerando a quienes desde el servicio público obtienen sueldos elevados contra la enorme diferencia abismal de los más con un miserable salario mÃnimo, a los que se les exige como la canción, pagas la renta, el teléfono y la luz, y la comida qué?
Hace falta cordura en todos los polÃticos y dejar de pensar que los pobres no sienten, no sufren, aunque luego los ricos también lloran, y más cuando viene el arrepentimiento a los excesos de las sustracciones ilÃcitas de los recursos públicos. Asà las cosas.