Por Raúl López Gómez
Columna: Cosmovisión
Democracia: se gana y se pierde
2016-06-06 | 21:33:32
Miguel Alemán Velasco, el ex gobernador de Veracruz, vino a votar como ha sido característico a partir de que en 1998 ganó la gubernatura y olvidando la regla de oro de no golpear ni dañar al gobernador en turno y más que es de su partido, escupió para arriba, pretendiendo ilusamente escribir el epitafio de la carrera política de Javier Duarte, al calificar como un gobierno gris.

Con este tipo de aliados y correligionarios como don Miguel, para que se quiere enemigos, y por lo mismo hay que recordar aquellos primeros días de la fidelidad, cuando el propio entonces gobernador, Fidel Herrera Beltrán, los calificaba de “pinches alemanistas”, a causa de la deuda que había heredado.

En ese tenor, el comportamiento del político cuenqueño a la hora de sufragar el domingo, Fidel Herrera, en su retórica clásica propositiva y de buenos deseos para el gobernador Javier Duarte, demostró su calidad humana y su talante.

El propio gobernador Duarte, votó junto con su esposa en su casilla de Córdoba, sin problema y como siempre con apertura amplia a los medios de comunicación..

El candidato priista y sus aliados, Héctor Yunes Landa, también sufragó con normalidad el domingo, sin imaginar el vaticinio que siempre se dijo de los malos presagios de la derrota a causa de la conjunción de las cargas negativas que por el paso de los años se acumularon en el gobierno estatal con la mayor deuda económica de todos los tiempos.

Los electores ejercieron el voto en una elección muy disputada en la entidad considerada como el bastión priista de todo el país y se ha pretendido decir que de forma adelantada se jugó la presidencia del 2018, pero nada está escrito.

Los veracruzanos en su mayoría ya anticipaban y en el decir y hacer lo que se proyectaba en las urnas durante la jornada electoral.

Se trató de apostar a un cambio, y aunque como en el dicho establece una salida, aunque sea malo por conocido, que bueno por conocer, la apuesta en las urnas ha sido lapidaria para el priismo y sus aliados en estos lares, con una derrota que pone a pensar y reflexionar a propios y extraños.

Los expertos, consideran que desde las cúpulas de este país ya se sabía de la posibilidad de la debacle anunciada en las elecciones. Pero la insistencia cegó a muchos y siguió el exceso de confianza entre los operadores políticos del PRI, sin que mucho se pudiera hacer, porque no operaron en su mayoría por el divisionismo y celos hacia el equipo cercano del candidato Héctor Yunes.

La gente conoció a las once de la noche, los datos del PREP y los conteos rápidos indescifrables, tres de los siete candidatos se habían autoproclamado con el triunfo, hasta que el OPLE dio a conocer las tendencias que favorecieron en la jornada al candidato de la alianza del PAN y PRD a la gubernatura del estado más politizado del país, y con eso vino la fría noche.

Siguió corriendo el PREP en la noche y vinieron aun más pronunciamientos, como el de Héctor Yunes Landa, ya en la madrugada al reconocer y avalar el resultado de la elección acorde al conteo de las actas y los votos por parte del organismo electoral OPLE.

Antes, Miguel Angel Yunes Linares, se anticipaba a decir que no reconocería los resultados del PREP del OPLE, pero como le favorecieron, guardó silencio.

La sorpresa del proceso electoral veracruzano, la ganó el joven Cuitlahuac García Jiménez candidato a gobernador de MORENA, quién en el conteo de las actas, los votos lo mantuvieron arriba varias horas en un vaivén del sube y baja del conteo de los votos que continuará ya de manera formal el miércoles en los 30 consejos distritales del OPLE.

La reflexión sigue siendo clara y lógica a Javier Duarte, lo dejaron bailando con la más fea y en el devenir de los tiempos, seguramente que superara la crisis actual, como cuando también en su tiempo, alguna vez la superó el propio Miguel Angel Yunes, con la histórica derrota en más de cien ayuntamiento de toda la entidad en tiempos chirinistas.

En política no hay mañana, existe el hoy, y el mérito en este momento que hay que reconocer a Javier Duarte es que no metió la mano en la elección y su postura ha sido democrática a pesar de críticos y detractores, de propios y extraños. El estado sigue trabajando con normalidad

Por cierto, la postura de Héctor Yunes Landa, ha sido de la reconciliación al final de la jornada y encontrar puntos de equilibrio para el bienestar de los veracruzanos.

Por lo pronto este lunes convivió en la casa paterna con toda su familia y en un buen estado de ánimo positivo, festivo y con visión de futuro, sin problema.

Los que saben, avizoran la posible derrota del PRI en la gubernatura de Veracruz, como un traspiés para el dirigente priista, Manlio Fabio Beltrones, quién se sigue quedando en el camino con algunas derrotas a cuestas, pero también hay que reconocerle triunfos de alto nivel político que lo siguen poniendo en la línea de fuego en la sucesión presidencial con muchas posibilidades, aunque también ilusamente desde las cúpulas del poder de este país, falazmente como a Javier Duarte, también han le han pretendido adelantar su epitafio político.

Duarte y Beltrones, siguen con vida política y un futuro por venir. Aunque usted no lo crea. Los mediáticos también callaron y pretenden adjudicarse una victoria que no les pertenece. Así las cosas.

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