A unas cuantas horas de llegar al fin del año 2015, el más feo para muchos y quizás bueno para otros, pero gracias Dios, llega a su fin en lo que significa el cierre de un ciclo muy difícil para la economía, las finanzas, la política, y los efectos consabidos a un sistema en donde la gente escasa en valores espirituales y morales, simula, imita y hasta se mimetiza con el entorno de maldad que prolifera en la mayoría de los medios de comunicación, redes sociales, cine y radio: la apología de la violencia, el sexo y el erotismo, la banalidad y el hedonismo, el consumismo y el materialismo imperante de nuestros días.

En este año de grandes, bonitas y duras experiencias, casi las más difíciles de esta era por los efectos negativos de una crisis petrolera mundial que afecta a todo, sobre todo propicia desempleo, ausencia de ingresos y la falta de expectativas para crecer como economía debido a la baja en el precio del petróleo en el mundo.

Los grandes problemas del mundo de siempre, algunos se agudizaron más en este año: pobreza, migración, guerra y terrorismo jinetes apocalípticos en las naciones, principalmente las potencias, porque no se ponen de acuerdo y dejan pasar la oportunidad de preservar la vida, el presente y futuro de millones a los que la vida se les convierte en un infierno, ante la problemática de que no hay oportunidad para los pobres, débiles y quienes huyen de la guerra y la falta de oportunidades laborales.

Los migrantes en Europa, provenientes del conflicto de Siria, estigmatizado por religión y raza lamentablemente a los que les cierran las puertas y la oportunidad de librarse de un conflicto armado que lleva más de cinco años.

El caso de los más de dos mil hermanos cubanos latinos, varados en Centroamérica a causa de un problema de fronteras entre dos naciones, en donde los que buscan un horizonte y una esperanza a sus vidas, obtienen la negativa para seguir en el camino hacia un sueño que les frena el anhelo de vivir.

En México, la falta de oportunidades de empleo para millones de personas que sólo pueden vivir junto con sus familias del reciclaje al sacar de la basura los materiales por lo que pueden obtener al día un promedio mínimo de 50 a 100 pesos para obtener recursos para comprar comida aunque sea.

El problema de los partidos políticos de este país que actúan en una “partidocracia” y que con los acuerdos los políticos pueden vivir con las onerosas dietas y pagos millonarios de salarios “justos” frente al desproporcionado salario mínimo y que sólo recibe un aumento de dos pesos 50 centavos y resulta muy oneroso pagar para los empleados porque resienten lamentablemente el pago de la carga fiscal y las prestaciones, en donde ante la falta de productividad y de dinero público en las áreas de los tres niveles de gobierno, el país entra en una recesión que nadie reconoce.

Los prestidigitadores profesionales y agoreros ven el futuro alentador y creen que el año 2016 será estupendo, color de rosa y lleno de grandes expectativas para los millones de mexicanos, cuando la generalidad lamentablemente ricos y pobres, pierden la esperanza de seguir adelante con los problemas a un país que vive entrampado en una lucha que se traslada entre ricos y pobres contra los gobernantes de todos los colores, sin diferencias de partidos políticos a los que todos los descalifican por la falta de un compromiso ciudadano y social.

Hay que entender que las crisis son cíclicas y que el mimetismo se da entre quienes todos quieren imitar lo malo y los que quieren vivir en la honestidad que deben sufrir los embates de las cúpulas del poder público y privado que de la mano caminan para evitar que la gente piensa y aun más evite sentir los efectos de la modernidad y el neoliberalismo.

En la confusión hay quienes pretenden convertirse en redentores cuando nada escapa a la memoria colectiva en estos lares-

En este año en donde no todo ha sido malo, la voz del Papa Francisco, se ha escuchado por el mundo en ese sentido pidiendo justicia a los poderosos a favor de los pobres, los débiles, los pequeños que no pueden enfrentar a quienes detentan el poder y sólo piensan en hacer riqueza a costa de los muchos que viven de la pobreza y desvalidos,

Gracias a Dios llega a su fin el 2015 y aprovechamos la oportunidad para decir gracias a todos propios y extraños, a quienes extienden su mano generosa a los que menos tienen y a los que se solidarizan con los principios cristianos en ayudar y acompañar de corazón a los pobres, a los que sufren y a los han resentido el efecto de la falta de empleo, y que ayudan a que se reduzca la maldad de este tiempo que abunda en los corazones de quienes pierden el rumbo y creen que los más son los menos y se equivocan.

Vamos a empezar el 2016 con nuevos propósitos, anhelos y nuevas esperanza para seguir adelante a pesar de las adversidades. Hay que pensar en la salud del cuerpo y del alma, principalmente y en que la abundancia fluya en los hogares de los que menos tienen, o cuando menos se tenga para resolver los temas elementales y prioritarios para los niños, jóvenes y personas de la tercera edad que no les falte nada y sobre todo el cariño, el amor y la presencia humana siempre cálida de los que nos rodean.

Darle la mano al prójimo, perdonar y saludar a los vecinos, dar una sonrisa a la gente y aunque no estén acostumbrados, decirles un bueno día, una buena tarde o una buena noche. Para empezar el día siguiente llenos de alegría y de que Dios proveerá. Así sea. A todos gracias por existir. Así las cosas.