En el futuro incierto del panorama político veracruzano es muy favorable al PRI, desde la óptica del voto duro que ha permitido al priismo mantener el poder de la gubernatura como aun sucede en casi la mayoría de los gobiernos estatales del país, en donde la alternancia ha sido cambiante y se mueve al vaivén de los impulsos de los votantes seducidos muchas veces por los efectos mediáticos.

En la entidad veracruzana, por primera vez entra a esa dinámica de un supuesto y posible cambio político, visto desde las instancias mediáticas que se han recrudecido desde hace algunos años como parte de una estrategia de una oposición disminuida y dividida, que aunque sin posibilidades reales de asaltar al poder estatal, han realizado principalmente desde el PAN una lucha base de la guerra sucia.

Esta guerra en los medios de comunicación tradicionales o no, alternativos o no y sobre todo del ciberespacio en donde se ha creado una cortina de humo por quienes sobre todo fueron aliados del PRI y hacen uso de sus foros para denostar al partido desde el cual o hicieron fortuna, progresaron y hasta de enriquecieron brutalmente y no se llenaron y andan haciendo ruido ahora como chapulines opositores.

El PRI en la entidad veracruzana con un bastión de votos histórico para el priismo nacional, ahora desde sus propios aliados, --los de casa—hacen señales de humo en un son de guerra, porque son ya muchos los que amenazan que andan coqueteando con la dividida oposición panista, cuando no tienen la mínima posibilidad de acceder al poder estatal, pero han entretejido una telaraña a base del ruido mediático que ha sido tan intenso que hasta los propios priistas se han vuelto incrédulos y se espantan hasta con el petate del muerto y más aun con el viejo cuento de “ahí viene el lobo” que ya creen ni los niños de la era digital.

El dilema de hoy es que se puso de moda el movimiento de la supuesta disidencia interna en el PRI de los Yunes rojos, en donde antes prevaleció la unidad y la disciplina, pero cuando los tiempos cambian, los dos senadores Héctor Yunes Landa y José Yunes Zorrilla, ya metidos en el “calentadero” para entrar al relevo por una candidatura al gobierno del estado, por lo que se aceleran, se desesperan y hasta se manifiestan unidos en “la familia” con los propios Yunes azules, del clan que debería ser opositor, pero no ha sido así. En el sigilo ambos grupos velan armas.

Mientras que entre los priistas, los dueños del voto duro y de la aplanadora, permanecen estoicos unidos en el sigilo para estar listos en la designación de un candidato de unidad que se desconoce como en los viejos tiempos del pasado priista en que el “tapado” era alguien que ya sabía que iba a ser el candidato a la presidencia de la república, pero debería permanecer callado y como diría el entonces octogenario líder cetemista, don Fidel Velázquez, “el que se mueve no se sale en la fotografía.” Pero hoy son otros tiempos del ciberespacio y de la globalidad que los expertos no pueden descifrar y por lo mismo hasta se atreven a adivinar el futuro.

En el PRI en la entidad, se prepara todo el escenario para un candidato de unidad, pero en donde no se sabe nada, sólo se presume por la lógica de la política que se tratara de un ungido desde los Pinos y que deberá estar arriba en las encuestas entre propios y extraños.

Aunque hay quienes cree en la tercera vía aras de la solución al dilema de que la candidatura es sólo una y ante lo propio puede surgir el tercero en discordia entre quienes de un momento a otro después del quinto informe del gobernador Javier Duarte, puede surgir entre los muchos nombres que suenan desde Beto Silva, Erick Lagos, Flavino Ríos Alvarado, Amadeo Flores y Tomás Ruiz. Entre los que puede estar el tapado. Al tiempo.

Por lo pronto, hay que reconocer al gobernador Javier Duarte, estoico y firme en el cargo y respetuoso de los tiempos democráticos. Ameno y jarocho deberás, que ha demostrado corregir en la inercia de la dinámica en sus acciones, algo sabio entre los hombres del poder que poco se ve.

El tiempo le va a dar la razón, porque después de dos gobernadores de la talla de Miguel Alemán Velasco y Fidel Herrera, a Duarte no lo han podido eclipsar y aunque le tocó bailar con la más fea y no se raja, sigue adelante con luz propia en los nueva era de Enrique Peña Nieto, el PRI seguirá en el poder estatal a pesar de los malquerientes, detractores y oblicuos. Que porque oblicuos, porque se doblan en los momentos difíciles.

Desde este espacio la solidaridad de siempre con el colega Ricardo Ravelo por el sensible fallecimiento de su señora madre. Descanse en Paz y pronta resignación para toda su familia. Así las cosas.