Por Maquiavelo
Columna: Se dice que...
Se dice que...
2015-09-07 | 08:36:16
El gobernador más gris Cómo se puede calificar al potosino Patricio Chirinos Calero como el mejor gobernador de Veracruz, por no haber dejado endeudado al estado según el parcial análisis del Observatorio de las Finanzas Públicas de la Universidad Veracruzana. No gastó ningún dinero porque no hizo ninguna obra importante en todo el territorio veracruzano. Él tenía el compromiso ante el influyente asesor presidencial, José María Montoya, que debía apoyar al entonces presidente Carlos Salinas de Gortari y pedirle al secretario de Hacienda, Pedro Aspe Armella, que se canalizaran los recursos federales que le correspondían a la entidad a lo que proyectara el primer mandatario, olvidándose de la economía veracruzana. De allí el apodo que le pusiera Porfirio Muñoz Ledo, de la “ardilla”, porque se la vivía en Los Pinos. El gobierno lo manejó a su capricho durante el sexenio, su secretario de Gobierno, Miguel Ángel Yunes Linares. El diputado electo que vive una feroz campaña mediática acusado de corrupción durante su gestión como director general del ISSTE, donde dan a conocer escandalosas cuentas bancarias en el extranjero y la posesión de propiedades similares a la casa blanca que diera a conocer la periodista Carmen Aristegui. Después de lo realizado por el gobernador Dante Delgado, en la transformación urbana del puerto jarocho y la construcción de varias autopistas, así como la nueva imagen de Coatzacoalcos y varias importantes obras en varias ciudades de la entidad, no se recuerda que el economista Chirinos hiciera algo comparable al Acuario, el Centro de Convenciones y la evolución económica en la entidad alcanzada durante los cuatro años del alvaradeño Delgado Rannauro. Chirinos Calero se había hecho bajo la sombra de Mario Vargas Saldaña, quien había sido alcalde del puerto de Veracruz, varias veces diputado y secretario general del CEN del PRI. El más eficiente delegado en donde tenía problemas el partido tricolor. Chirinos le cargaba el portafolio. Cuando ocurrió lo del “carbolenazo” por la declaración del entonces líder nacional del PRI, Jesús Reyes Heroles, en el fondo era Vargas Saldaña el favorito del ideólogo de la Revolución, allí surgió la idea de Patricio Chirinos de proyectarse como veracruzano, no obstante de estar impedido por ser originario de Tamuín en el estado de San Luis Potosí. En la Secretaría de la Defensa, donde había trabajado en el departamento de Archivo para costearse los estudios en la Facultad de Economía de la UNAM, existía el registro preciso de su lugar de nacimiento. Lo loable del exgobernador Chirinos es su calificada honradez, al salir del gobierno instaló una modesta oficina en el Parque Hundido de la ciudad de México. No se le conoció que hubiera algún desvío de los dineros públicos. Su paso como gobernador fue intranscendente. Versiones aseguraban que por las tardes no recibía a nadie y se concentraba en una profunda meditación sobre las propiedades que tenía el alcohol en el funcionamiento de las células cerebrales.

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