Por Catón
Columna: De política y cosas peores
El goce de la belleza
2015-06-15 | 09:42:10
Era una película porno, y además francesa.
Babalucas le comentó a su acompañante:
“Mira nomás dónde la está besando. Ha
de estar cieguito el pobre”.
Himenia Camafría, célibe madura, le
dijo en una fiesta al joven y guapo científico:
“Quiero donar mi cuerpo a la ciencia. Si
es posible a través de usted, y ahora mismo”.
Pinocho casó con la Muñequita. Cuando
la feliz pareja iba a salir a su luna de
miel la mamá de la novia la llamó aparte
y le recomendó muy preocupada: “Hijita,
ten cuidado con las astillas”.
Una niña le comentó a su amiguita:
“Mi abuelo cumplió años”. “¿Cuántos?”
-preguntó la otra. “No sé exactamente
-respondió la pequeña-, pero entiendo
que las velitas costaron más que el pastel”.
Un hombre bebía solitario en la cantina.
El tabernero le dijo: “Lo veo muy nervioso,
señor. ¿Qué le sucede?”. Respondió
el sujeto: “Estoy casado con una mujer
hermosa, una gran cocinera y además una
extraordinaria amante en la cama”. El de
la cantina se asombró: “¿Y eso le causa
nerviosismo?”. “Sí -contestó sombrío el
hombre-. Temo ir a la cárcel por tener tres
esposas”.
Tetonina Grandpompier, vedette de
moda, le preguntó con inquietud al cirujano:
“Doctor: ¿se me irá a ver la cicatriz
del lunar que me quitó usted de la parte
interior del muslo izquierdo?”. “Señorita
-respondió el facultativo-, eso dependerá
enteramente de usted”.
El goce de la belleza, si no se comparte,
se vuelve placer solitario. Sé que esa frase
no es lo suficientemente frase como para
ser inscrita en bronce eterno o mármol
duradero, y ni siquiera en plastilina verde,
pero ilustra muy bien el modo de pensar
que tenemos en Radio Concierto, la emisora
cultural que en Saltillo operamos mi
familia y yo.
Todo lo que tenemos -todo lo que somoslo
compartimos con la comunidad. La casa
donde se encuentra la estación es la misma
de mis bisabuelos, cuyos antiguos muebles
hemos conservado junto con los objetos
de arte y las cosas de la vida cotidiana de
quienes han habitado ahí. La gente va a esa
casa como a un museo; la visitan escolares
y turistas.
Cada día nuestro teatro de cámara se
llena con gente que acude a las funciones
que ofrecemos: ciclos de cine -ahora
tenemos uno de gran éxito: “Literatura
para ver”, con películas sacadas de grandes
novelas, o del teatro-; recitales de música;
talleres literarios; club de ópera; círculos
de lectura para adultos y niños; presentaciones
de libros; conferencias; cursos de
apreciación del arte.
Todo eso es gratuito; la entrada es
siempre libre. Cuando nuestros recursos
lo permiten hacemos un regalo especial a
Saltillo y a los saltillenses, como el mural
que recientemente entregamos a nuestra
ciudad con escenas y personajes saltillenses.
Este día presentaremos “La Verbena
de la Paloma”, la inmortal zarzuela, joya
la más grande del género chico, con cerca
de un centenar de actores en escena, el
acompañamiento de la espléndida Orquesta
Filarmónica del Desierto, y la actuación
de solistas y coros del Taller de Ópera de
Radio Concierto. También esas funciones,
que tendrán lugar en el Teatro de la Ciudad,
serán gratuitas.
Mucho afecto recibimos cada día de
la gente que escucha nuestra música y
asiste a nuestras actividades culturales.
Con “La Verbena de la Paloma” queremos
expresarle una vez más nuestro agradecimiento.
El vino y el pan nos saben mejor
cuando los compartimos. Igual sucede con
la belleza: se hace más bella aún cuando
la disfrutamos juntos.
Doña Trisagia, viuda desde hacía muchos
años, devota feligresa de la parroquia
del padre Arsilio y portaestandarte de la
Congregación de Congregantes, iba por un
oscuro callejón, y le salió al paso un torvo
individuo que sin decirle siquiera: “A’i te
voy” la hizo objeto de su torpe intemperancia
masculina.
Al día siguiente muy temprano la
piadosa viuda acudió tribulada y llena de
compunción al templo, y le pidió al señor
cura que la oyera en confesión. “Acúsome,
padre.” -empezó con afligido tono. Y le contó
lo que le había sucedido. El bondadoso
sacerdote la tranquilizó: “Si tu voluntad no
intervino en el acto no tienes culpa alguna,
pues fuiste forzada por ese hombre.
‘Femina cui vis infertur, si pro viribus
resistat, non peccat, quamvis stuprum patiatur’.
Vete en paz, hija mía: no cometiste
pecado”. “¡Qué bueno, padre! -se alegró
Trisagia-. ¡Tuve mi gustito, y sin ofender
al Señor!”. FIN.


MIRADOR
››armando
fuentes aguirre
Mira a este colibrí.
Míralo, porque dentro de una
milésima de segundo ya no lo verás.
Velocísima flor, instante alado,
el colibrí está y luego ya no está. No
sé si lo que ahora estoy mirando es
el colibrí o el recuerdo del colibrí.
Dios hizo al colibrí, y con el barro
que le sobró hizo al mundo con
todas sus criaturas.
Yo amo a esta ave que casi no es
un ave, sino un viento, un espejismo,
una imaginación. Cuando el colibrí
se va de la flor, la flor ni siquiera
sabe si el colibrí estuvo ahí.
Imagen del amor y de la vida,
el colibrí es efímero. El más tenue
hilo del aire podría aprisionarlo.
Procuro no pensar en él, porque aun
el peso de un pensamiento podría
derribarlo. Le veo venir y vuelvo la
vista a otro lado para no lastimarlo
con los ojos.
Ahora el colibrí me está mirando,
y dice para sí con tono de piedad:
“¡Qué pequeño es, y qué frágil!”.
¡Hasta mañana!...
MANGANITAS
››por afa
“. Desaparecerá el PT.”
Pese a las informaciones
su dueño se ve muy suelto:
tiene el problema resuelto
por quince generaciones

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