No se trata de una conspiración, complot o menos que eso, se trata simplemente de una campaña mediática de Televisa en contra del gobierno del estado de Veracruz, seguramente por el reclamo de los pagos oportunos a los convenios publicitarios. Se trata de una forma de cobro “normal” cuando se sueltan a los perros para tal fin.

Pero también, con la preocupación normal y la justificación a una situación “catastrófica” desde los noticieros de la casa y con los dos más famosos lectores de noticias, Loret y López-Doriga, se da el golpeteo en contra del gobernador Javier Duarte, en los últimos días, con los argumentos de los periodistas muertos y desparecidos.

El gobernador Duarte, desde el inicio de su mandato se ha enfrentado a las exigencias económicas de muchos medios de comunicación, en donde por supuesto otros medios informativos han apostado al futurismo político, pero será en vano, toda vez que en estos lares, el voto duro es priista y ahora también verde.

Duarte, ha sido muy respetuoso de la libertad de expresión y amigo de los comunicadores veracruzanos, sin excepción: ese ha sido siempre su modelo de conducta de amigo de los periodistas.

Así es, que son vanos los intentos desde las esferas mediáticas que denostan y sirven únicamente a sus fines particulares perversos de la ambición de enriquecerse a costa de los presupuestos de los gobiernos estatales.

No hay modo alguno de confrontar a la famosa televisora, que pasa por su mejor época ya que presumen del poder supremo que les la relación del canal de las estrellas con el poder político actual, que no se sabe hasta donde los podrá llevar.

En los comerciales televisivos de la empresa de Chapultepec, lucen en los promocionales de un programa de belleza, al peinador oficial, al que le dan la voz en primera instancia para que se luzca.

La única forma de evitar ese efecto negativo de la televisión en este país, es apagar el aparato desde el control y la gente dispuesta a usar mejor las redes sociales del ciberespacio y en algunos casos dedicarse a la lectura. Los más osados en evitar el tema de “que pase el desgraciado”, ha sido dedicando tiempo a la lectura.

Los conductores de los noticieros estelares de Televisa, Joaquín López-Doriga y Carlos Loret de Mola, a quien no lo quiere ni le cree su papá, les han hecho sentir que son más que dioses vivientes, que no pisan el suelo y que son además de dueños de la verdad, en seres mesiánicos que lo pueden todo, bajo el nombre de la empresa que representan.

Desde la oscuridad de los altos ejecutivos, el presidente del consorcio, no se muestran y permanecen ocultos para evitar dar la cara de una industria en extinción, con su programación retrograda y obsoleta, en muchos casos, pero que presumen llenar los vacios de los hogares de muchas personas de la tercera edad o de la clase pobre, que pueden conformarse con ver los comerciales y soñar que algunos podrán comer los alimentos chatarra en su mayoría o los lujos que se anuncian tenerlos, o sólo disfrutarlos en un sueño que jamás se podrá hacer realidad.

Ahora el presidente Enrique Peña Nieto, da cuenta de un país que vive en la injusticia y que hace falta avanzar para darle equilibrio a las masas de este país para mejorar su nivel de vida.

En el tema de la sucesión de la rectoría de la Universidad Popular de Veracruz, se mencionan al maestro José Pablo Robles Martínez, ex director del Colegio de Periodistas de Veracruz, al contador Carlos Manuel Aguirre Gutiérrez, ex rector de la Universidad Veracruzana y al doctor Salvador Valencia Carmona, también ex re4ctor de la UV. Así las cosas.