• Anilú “propone” a ciudadanos usar bicicleta, camión o taxi para “ahorrar”
Magda Zayas Muñoz @magzamu
Definitivamente, una vez iniciadas las campañas, la ciudadanía es receptora de sinnúmero promesas absurdas, demagogas y hasta ridículas, que se enmarcan en un populismo excesivo que más que simpatías, genera enojo y hartazgo por propuestas banales.
Y así por ejemplo, surgen las declaraciones más ofensivas o las más productivas, pero al final la ciudadanía tiene la última palabra; un balance es suficiente para que los electores se percaten de la seriedad y responsabilidad en las declaraciones de su candidatos.
Pero abordando el tema del populismo tan común en nuestros tiempos, ayer la candidata a la diputación federal, distrito 12 por la coalición PVEM-PRI, Anilú Ingram, anunció que su campaña la hará transportándose en bicicleta, taxis y camiones urbanos, con el objetivo de ahorrar y respetar los topes en los gastos de campaña ¡así como lo oye, la flamante aspirante cree que subirse a un urbano es una propuesta que la ciudadanía anhela!
¿Quién le va a creer que su intención es ahorra? Sí se sube a un taxi, a una bicicleta, a un triciclo, si camina, si hace uso de una patineta o un patín del diablo, es única y exclusivamente por un populismo que en nada beneficia a la ciudadanía y por el contrario solo desgasta su imagen ante una sociedad cansada de escuchar promesas o propuestas absurdas que en nada les reditúan.
Ayer Anilú exclamó "estaremos trasladándonos a través de estos diferentes medios, buscando la mayor cercanía y sobre todo, ajustándonos a los topes de campaña que marca el INE, y esta es una manera también de poder ahorrar" lo anterior al llegar a una reunión en bicicleta, acompañada de la dirigente municipal del PVEM, Vanesa Castro Arano, señalando que no se requiere de mucho dinero para llegar a los veracruzanos.
Otro de los candidatos priistas con propuestas superfluas -en el primer día de su campaña- fue Adolfo Mota Hernández –quien consiente que uno de los grandes males que afectan a Veracruz en la calidad educativa, provocada por la escases presupuestal, reflejada en escuelas en condiciones deplorables- al proponer un titulo de Pueblo Mágico a Naolinco, que aunque es un factor que beneficia a unos cuantos, no así para la generalidad de su distrito.
Y así la verborrea se vuelve una pan de cada día durante el transcurrir de las campañas políticas y encontramos también a los que se auto adulan, contemplando que ello les favorecerá, por ejemplo el caso de, el dirigente priista, Alfredo Ferrari Saavedra, quien señala que los 21 candidatos a diputados federales de la coalición PRI/PVEM arrancaron las campañas electorales con un posicionamiento a la alza ¡según él, claro está!
Y así minimizó algunas encuestas cuyos resultados ubican a los candidatos priístas y al PRI como partido por debajo de las preferencias electorales, insistiendo que es su partido quien se encuentra mejor posicionado, señalando que todos tienen una divisa de triunfo en cada uno de los distritos electorales.
“Hemos caminado y en todos lados estuvimos, en los veintiún distritos electorales, y encontramos un excelente ánimo de la sociedad en torno al Partido Revolucionario Institucional” así las declaraciones del priista, que suena a engaño propio, como aquellos que se pagan las encuestas para ganar de a mentiritas.
Seguiremos escuchando sandeces de los aspirantes, de algunos de oposición, como Marcos Salas, candidato por el partido Movimiento Ciudadano en el distrito 8 de Xalapa Urbano quien dice no afectarle que se le identifique como candidato Chapulin por brincar de un partido a otro en busca de diversos cargos de representación proporcional.
Lo cierto es que las señoras y señores aspirantes se olvidan que los ciudadanos quieren propuestas que contribuyan a resolver problemas que les agravian, que les afectan en el día a día como el desempleo, la inseguridad, la alzas en los precios de la canasta básica, el pírrico salario mínimo, la migración, la falta de obra pública, fortalecimiento en la educación y así sin numero de temas que deberían constituir un lugar en sus propuestas de campaña y no el hecho de subirse a un camión o a una bicicleta. ¡Así las cosas!