Un dato desconocido es que desde 1853, seis años
después de la invasión de los Estados Unidos a Méxi-
co, en el Tratado Mclane-Ocampo, el gobierno de
Benito Juárez habÃa vendido a perpetuidad a los
norteamericanos el derecho de tránsito por el Istmo
de Tehuantepec.
Desde Coatzacoalcos hasta Salina Cruz se les
facultaba a los estadunidenses emplear fuerzas militares
para garantizar la seguridad de las personas y mercancÃas que
utilizaran ese corredor.
Lo que habÃan pagado fue cuatro millones de dólares.
El acuerdo nunca fue ratificado por el Senado de
los Estados Unidos.
La parte que corresponde a los estados de Veracruz y Oaxaca legalmente les hubiera pertenecido a la actual nación más poderosa del mundo.
Se consideró durante un tiempo que la construcción
de los complejos petroquÃmicos de Pemex, el puerto
de Coatzacoalcos podrÃa convertirse en el Houston
veracruzano. Lo que no se pensó es que la corrupción
de los directivos y lÃderes de esa paraestatal lo sitúan
en el presente en un triste cinturón de pobreza.
Los incrementos en las tarifas del Canal de Panamá
y la saturación de los corredores de la costa Este y
Oeste de Estados Unidos hacen del transÃstmico
mexicano altamente rentable. Les resulta hoy en dÃa
más económico al comercio mundial ahorrarse los
costos en distancia y tiempo de espera, si se llegara
a utilizar el del Istmo de Tehuantepec.
Un proyecto que tiene más de cien años y que ha
sido utilizado como promoción y promesa electoral
durante varios sexenios de campañas presidenciales
de los candidatos de todos los partidos polÃticos.
Este corredor transÃstmico podrÃa ser el polo de
desarrollo y crecimiento más importante del planeta
y se encuentra en la región más atrasada del paÃs.
La devaluación que se avecina
Bajo
Para sostener al debilucho peso mexicano frente al
dólar, el Banco de México envÃa diariamente cerca
de cien millones de la divisa norteamericana para
que sean subastados y con ello evitar una estrepitosa
devaluación que podrÃa ocurrir pasados los próximos
comicios federales.
Para el público en general se aprecia como una
medida acertada el mantener la fortaleza de nuestra
moneda y con ello poder adquirir la divisa estadunidense
para operaciones comerciales y para el mexicano en sus
viajes hacia el extranjero.
El trasfondo es muy diferente. Esta venta diaria de
dólares que se sacan de las reservas internacionales
que tiene el gobierno de México, a los que más beneficia es
a los bancos, que lamentablemente su gran mayorÃa está en manos
de capitales extranjeros.
Ellos son los que más se favorecen y están haciendo el gran negocio
al contar con estos recursos y revenderlos al precio que se cotizan
en el mercado con lo que obtienen grandes
ganancias.
Para cualquiera de los economistas conocedores del tema señalan la posible existencia de un compromiso del gobierno de Peña Nieto con las instituciones financieras que lo apoyaron durante el desarrollo de su campaña electoral para alcanzar la Presidencia de la República.