Por Catón
Columna: De política y cosas peores
Las groserías de Madero
2015-01-16 | 09:55:18
Hoy aparece aquí el vitando cuento llamado
“La cacerola”, que doña Tebaida Tridua anatematizó.
La ilustre censora leyó ese relato y fue
atacada al punto por un súbito yeyo seguido
de temblores convulsivos que su médico de
cabecera hubo de tratar con un emplasto de
hojas de gallocresta y un frote enérgico de
ungüento de atutía.
Las personas de moral estricta (las dos)
deben abstenerse de posar la vista en esa
narración, pues podrían quedar expuestas a
sufrir el mismo contratiempo. Mientras llega
el momento de narrar “La cacerola” he aquí
un par de historietillas.
Afrodisio Pitongo, hombre proclive a la
concupiscencia de la carne, le dijo a un amigo:
“Vamos con las muchachas de tacón dorado”.
“¡Uh! -declinó el otro la invitación-. ¡Ni siquiera
puedo acabarme lo que tengo en mi casa!”.
Propuso el tal Pitongo: “Entonces vamos a
tu casa”...
Don Cornulio llegó a su domicilio y sorprendió
a su esposa entrepernada con un
desconocido. “¿Por qué haces esto, Mesalinia?
-le reprochó con acento congojoso-. Al pie del
ara me juraste fidelidad eterna. Esa virtud es
la gala mayor de una mujer, el principal adorno
de una esposa. ¿Por qué abjuras así de tu
promesa?”. “Tienes razón, Cornulio -respondió
la señora con sincera contrición-. En adelante
procuraré serte fiel más seguido”...
Lo que está sucediendo en el PAN es una
pena. Su capitoste principal, Madero, ha llevado
al partido blanquiazul a una crisis interna
y exterior que tiene a los panistas divididos,
enfrentados unos a otros en pedestres pugnas
por las parcelas de poder.
La exclusión de Margarita Zavala de la lista
de diputaciones de representación proporcional
no sólo es un error político: es también
una rastrera muestra de inquina personal y
de bajuna venganza.
Mujer talentosa es ella, con brillo propio y
valiosas cualidades. Desde la juventud ha trabajado
con generosidad y esfuerzo por Acción
Nacional. Su actuación como primera dama
del país puede ser calificada de impecable.
Tenía derecho a mejor trato que el grosero e
injusto que le dio Madero.
Muy debilitado está el PAN a causa de la
errática dirección maderista y por las corruptelas
de algunos de sus miembros. Le pesa
igualmente el pobre desempeño de los dos
presidentes de la República salidos de sus
filas. Así las cosas los ciudadanos pierden una
importante opción, lo cual es lamentable, pues
las opciones se van limitando cada vez más.
En tiempos del ayer -muy del ayer- el PAN
fue “el partido de la gente decente”. Ahora,
en cambio. ¡Mentecato columnista! Dejaste
inconclusa la última frase, rematada por tres
ominosos puntos suspensivos (los conté) que
equivalen a un silencio cargado de tensiones.
A fin de disipar la honda calígine que tus
palabras seguramente provocaron narra ya
el infame cuento de “La cacerola”, que tanto
has decantado en estos días, y luego haz mutis
en la manera en que lo hacía don Fernando
Díaz de Mendoza, gran actor que al salir del
palco escénico volvía el rostro al público a fin
de provocar su aplauso.
Va, pues, esa atrevida narración: “La cacerola”.
Un joven gay decidió salir del clóset,
según se dice en lenguaje coloquial, y una
mañana habló con su mamá. Le dijo: “Madre:
sé que me amas, y por eso estoy seguro de
que me comprenderás. Quiero que sepas que
soy gay”.
Escuchó eso la señora y le preguntó a su
hijo: “¿Lo que me dices significa que eres uno
de esos hombres que se ponen en la boca la
cosa de otros hombres?”. El muchacho vaciló
al escuchar esa extraña pregunta, tan directa,
que ciertamente no esperaba.
Respondió, sin embargo, fiel a su determinación:
“Pues sí, mamá. Entre otras manifestaciones
de intimidad hago eso con el
hombre al que amo”. Entonces la señora tomó
una cacerola y con ella le propinó a su hijo un
tremebundo golpe en la cabeza.
“¡Madre! -exclamó el muchacho, al mismo
tiempo asombrado y dolorido-. ¿Me golpeas
así porque soy gay?”. “Eso no me importa
-replicó ella-. Eres mi hijo y te quiero. Si esa
es tu naturaleza, si así te hizo Dios, acepto sin
reservas tu preferencia sexual, y la respeto.
Tendrás siempre mi amor y mi total apoyo.
El cacerolazo te lo doy por todas las veces que
me has dicho que mi comida te sabía rara”.
FIN.

MIRADOR
››armando
fuentes aguirre
“...Cantando la cigarra pasó el verano
entero...”.
Cuando llegó el invierno -el invierno
siempre llega- la cigarra sintió hambre y
frío. Llamó a la puerta de la hormiga y le
pidió que la dejara entrar a su granero y
le diera algo de comer. A cambio ella le
cantaría sus canciones.
No sé si las cigarras tengan narices,
pero la hormiga le dio con la puerta en
las narices.
Pasó el tiempo y sucedió que la cigarra
y la hormiga murieron el mismo día. Es
igual el destino de las hormigas y de las
cigarras. Llegaron las dos a la morada
de la bienaventuranza eterna. El Señor
le dijo a la hormiga:
-Entra a mi casa.
A la cigarra le dijo:
-Revisaré tu caso.
Protestó ella:
-¿Por qué admites de inmediato a la
cigarra, y a mí me haces esperar?
Respondió el Señor:
-Porque un granero lo puede hacer
cualquiera, pero no cualquiera puede
hacer una canción.
¡Hasta mañana!...
MANGANITAS
››por afa
“...Crisis en el PRI, el PAN y el PRD...”.
Vamos con el alma llena
de esperanzas a rogar:
le están dejando el lugar
a AMLO y a su Morena.

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