Por Raúl López Gómez
Columna: Cosmovisión
Crece tensión
2014-11-10 | 22:01:15
El caso de los jóvenes estudiantes normalistas de Ayotzinapa en el estado de Guerrero, tiene consternado a México y al mundo. Aun las causas no manifestadas de la matanza de los 43 alumnos de la Normal, no se han dicho sólo que la policía de Iguala los entregó a un grupo de la delincuencia organizada ligado el matrimonio de los Abarca que detentó el poder en el ayuntamiento.

Ahora después a mes y medio de la tragedia que enluta al país y que tiene sorprendido al mundo por la forma en que según el procurador general del república, Jesus Murillo Karam, fueron quemados en el basurero de Iguala.

Estos jóvenes han puesto el dedo en la llega y sus vidas ofrendadas ahora sirven de ejemplo para dar cuenta de una sociedad que vive con miedo y sin garantías ante los embates de quienes llegan al poder público para hacer daño y servir a los delincuentes.

Ricardo Homs, en su columna de el Universal, comenta: Ayotzinapa… El cisne negro, y establece que “conforme avanza el tiempo, la desaparición de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa se revela como "el cisne negro"*, -no sólo de esta administración-, sino de todo el sistema político en su conjunto.

Este acontecimiento ha desenmascarado en toda su cruda dimensión a un sistema político insensible a los grandes dramas humanos.

Querer cargarle la mano sólo a la administración del presidente Peña Nieto será injusto, pues este acontecimiento ha exhibido a todas las instituciones del Estado Mexicano, porque al cerrar los ojos a esta realidad, equivale a convertirse en cómplices.

Los tres poderes de la unión, -o sea el Poder Ejecutivo en su conjunto, con todas sus dependencias y las fuerzas armadas, así como el Poder Legislativo y el Poder Judicial-han fallado a los mexicanos, pero también los partidos políticos, la CNDH y en general todo el sector público, e incluso la sociedad, tienen responsabilidad, ya sea directa o indirecta, por omisión.

Era más fácil cerrar los ojos y hacer como que esta realidad era simple ficción. Tampoco debemos centrar este problema en el tiempo presente y quienes hoy ocupan cargos públicos, pues también debemos exigir responsabilidades de éste caos a las administraciones anteriores en la parte que les toca, pues cerraron los ojos a las primeras masacres y dejaron crecer una problemática delincuencial que hoy reventó como una pesadilla macabra

Ésto viene sucediendo desde hace tiempo y hay decenas de miles de víctimas anónimas que también sufrieron este desafortunado destino y seguirá sucediendo si este problema no se ataca como una prioridad, porque esta descomposición nos refleja un grave problema de seguridad nacional que si avanza puede detonar en ingobernabilidad.

Lo que nos pone en evidencia el caso Ayotzinapa es una práctica común que consiste en la complicidad de funcionarios, policías y delincuentes para deshacerse de quienes les estorban en algunas zonas de nuestro país, aprovechando la indiferencia y desinterés de las autoridades de alto rango, que debiesen vigilar el cumplimiento de la ley.

Desde siempre el origen de la conformación de los estados fue la protección de la población civil y garantizar la justicia. En este objetivo tan básico es donde ha fallado el Estado Mexicano, porque la seguridad de la integridad física de los ciudadanos y su patrimonio nunca ha sido su prioridad. Otros temas han acaparado su atención.

Es inconcebible que en las búsqueda de los 43 desaparecidos se hayan encontrado fosas con otro importante número de cadáveres y éstos se hayan ignorado, ni siquiera han merecido un comentario no sólo de las autoridades, sino de nadie. ¿Quiénes son?... ¿Quién los asesinó?

La indiferencia de las autoridades, -pero también de la misma sociedad-, ante las víctimas anónimas es una ofensa a esas personas que han sido ignoradas, como si su tragedia no mereciera nuestra atención. Equivale a clasificar que hay víctimas de "primera" y otras "de segunda".

Todas las manifestaciones que salen a la calle sólo se refieren a los 43 desaparecidos de Ayotzinapa y no pareciera que pretenden cambiar una realidad peligrosa a partir del impacto que ha generado en la comunidad internacional este crimen.

Porque todas las veces anteriores se toleró y prevaleció la impunidad y cada orden de gobierno que era cuestionado, en lugar de investigar, buscaba justificar a los inculpados es que hoy se ha llegado a esta barbarie.

Pretender centrar toda la atención en los 43 normalistas, es miopía, pues ese número de víctimas se ha multiplicado por miles en los últimos diez años.

La mejor forma de rendir justicia a estos estudiantes desaparecidos, -además de agotar todas las instancias para conocer su paradero-, será hacer que esta catarsis política y social sea el momento decisivo para atacar el problema de raíz, para lograr que nunca más vuelva a suceder algo similar en este país.

Ha sido la valentía de los padres y familiares de los desaparecidos lo que detonó ante la prensa nacional e internacional y ante el nuevo poder social que representan las redes sociales que se tomara conciencia de esta realidad.

El hasta aquí debe abarcar a todos los funcionarios de todas las entidades federativas que dicen "aquí no pasa nada" y maquillan la realidad.

Esta tragedia debe convertirse en una oportunidad para corregir el camino de forma integral, siempre y cuando no dejemos que este fenómeno de opinión pública concluya con el destino de este infortunado acontecimiento que vinculó a Ayotzinapa con Iguala y Cocula.
Esta tragedia debe representar para nuestro país un "ya basta… ni un muerto más que quede impune". Sólo así disminuirá la violencia criminal y el asedio de los delincuentes sobre la sociedad.

Antes que cualquier otro tema, la seguridad debe convertirse en el asunto prioritario de todo el aparato gubernamental. CISNE NEGRO

La teoría del "cisne negro" fue creada por Nicholas Taleb en su libro El Cisne Negro, para describir que casi todos los grandes hechos históricos, artísticos y descubrimientos científicos son como "cisnes negros", imprevistos e inesperados.”

La forma tan inesperada en que el tema Ayotzinapa se ha salido de control, nos lleva a considerarlo como "cisne negro".

Los Juegos Centroamericanos y del Caribe (JCC) Veracruz 2014 son de todos y serán la mejor oportunidad para dejar constancia de la unión de mujeres y hombres que avanzan hacia la prosperidad de nuestras naciones, expresó el gobernador Javier Duarte de Ochoa al izar, junto con el presidente de la Organización Deportiva Centroamericana y del Caribe, Héctor Cardona, las banderas de Veracruz y la Odecabe que ondearán en el World Trade Center (WTC) durante la justa continental. Así las cosas.

Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto

 

 

Reservados todos los derechos 2018

Nosotros | Publicidad | Suscripciones | Contacto

 

 

Reservados todos los derechos 2018