Por Raúl López Gómez
Columna: Cosmovisión
Golpe de timón
2014-11-05 | 21:52:09
Al estilo de don Jesús Reyes Heroles, el político tuxpeño que dejó un gran legado ideológico para los priistas en toda una época y aun vigente, acudió a una de sus tesis el golpe de timón, lo que significa dar un fuerte viraje a la nave para que no sucumba ante lo inevitable.

Por eso, los analistas ven en el presidente Enrique Peña Nieto, a un fuerte impulsor de esa tesis toda vez que con las miradas en contra desde todos los foros del orbe y hasta de las propia Organización de las Naciones Unidas, que supuestamente piden su salida por el caso de Ayotizinapa, lo ideal sería que diera un golpe de timón en su gabinete, para quitar a los funcionarios y funcionarias que no han hecho bien su trabajo y olvidan que el que ganó la elección fue el propio presidente y por lo mismo se hace necesario una remoción de quienes han fallado al mandatario del país.

Aquí en esta medida no se descarta hasta a los más poderosos colaboradores del presidente Peña Nieto, porque el mismo es quien debe tomar decisiones difíciles que le garanticen la continuidad en su mandato.

El 5º Coloquio Iberoamericano “Estado constitucional y sociedad”, organizado por la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana (UV), el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Iberoamericano de Derecho Constitucional, pretende promover la vinculación de la investigación con la docencia, así como con los sectores público y privado, a través de la difusión y análisis de temas actuales.

El cuerpo académico Ratio Legis es un grupo de investigación de la UV que organiza eventos académicos nacionales e internacionales, como este coloquio que se llevará a cabo los días 6 y 7 de noviembre en el auditorio del Tribunal Superior de Justicia del Estado.

En esta edición las actividades se desarrollarán a través de tres mesas de trabajo: “Las instituciones electorales del Estado mexicano: evolución y perspectiva”, “Derechos Humanos y el control difuso de convencionalidad: balances y perspectivas” y “El sistema penal acusatorio y los derechos humanos”.

El origen de la universidad moderna está en los monasterios medievales, esas casas establecidas fuera de los poblados donde vive una comunidad de monjes, y aún no se ha roto el molde, pues la academia produce y publica con una insuficiente incidencia en su entorno social, comentó el colombiano Alberto Arenas, en entrevista para Universo.

Arenas es profesor de Educación Ambiental para la Sustentabilidad en la Universidad de Arizona. Su investigación se centra en la creación de una pedagogía para la sustentabilidad que tiene como ejes centrales la decolonización educativa, la educación productiva y la recuperación de conocimientos vernáculos no mercantilizados.

El especialista en educación ambiental también fue profesor en la Universidad de Massachusetts, en el Centro de Educación Internacional y en 2013-2014 fue investigador Fulbright en México.

¿Qué es la decolonización educativa?
El tipo de escuela que tenemos en México y todos los demás países fue implantado de Europa en el siglo XIX y se masificó en el XX y XXI. Responde a una realidad muy diferente a la latinoamericana, donde se ha fragmentado el conocimiento, donde tienes diferentes materias (las ciencias naturales por un lado, las sociales y las artes por otro) y esa fragmentación ha impedido que entendamos mejor los problemas que aquejan a nuestras comunidades.

Al mismo tiempo que eso ha pasado –esa implantación de conocimientos que muchas veces son ajenos a nuestras realidades cotidianas– hay todo un vastísimo conocimiento de saberes locales que sí pueden ser altamente efectivos para problemas que nos aquejan.

Por ejemplo, la herbolaria ha sido trabajada de manera pausada a través de los siglos, podría ayudar a que las comunidades pobres sean mucho más autosustentables, que no dependan de la farmacia alopática local para comprar un analgésico, sino que usen plantas que ellos mismos han cultivado, que sepan preparar y que, en consecuencia, utilicen.

Eso sí responde a una realidad local, con un conocimiento local que fue forjado ya sea por sus ancestros o por personas que han vivido en esas tierras por milenios.

¿También se puede aplicar para la elaboración de la ropa, zapatos, utensilios u otros insumos?

Correcto. Yo creo que la milpa es un excelente ejemplo de eso. En diferentes partes de México se práctica la milpa, que es un modelo de agroecología absolutamente sustentable si se hace de una manera correcta, que poco a poco se está acabando debido a la importación de maíz de Estados Unidos o la misma producción industrial en gran escala acá, en México.

Todo eso hace que la milpa ya no sea un modelo de agroecología sustentable, ya que se produce y se vende menos y no tiene la capacidad de distribución de las grandes compañías de maíz. Entonces sí, se puede utilizar para productos agrícolas y todo tipo de productos, siempre y cuando tenga una producción sustentable y ecológica.


En general lo que se busca son economías biorregionales, en vez de pensar en economías de nación-Estado, en economías globalizadas, lo que se busca es proteger la biorregión.

Mientras más dependamos para los productos básicos, para las necesidades básicas, de cosas que se producen en China, en Estados Unidos o en países muy lejanos, más difícil se vuelve nuestra autodeterminación.

La idea es crear economías biorregionales donde, por lo menos, las necesidades básicas puedan ser satisfechas a nivel local.
Creo que ese proceso es inevitable infelizmente, tal vez lo que sí podamos hacer es que para el 2100 ya no sea el 80 por ciento de la población mundial en las urbes.

La tecnología nos lo puede facilitar en gran medida, yo puedo trabajar desde mi casa, tal vez en un lugar aislado, gracias a la conectividad de Internet, sin tener que desplazarme a una gran ciudad.

México hoy por hoy produce grandes intelectuales que sobre todo cuando son traducidos al inglés (en países anglosajones como Inglaterra, Canadá, Estados Unidos, Australia) son leídos. Personas como Enrique Leff, Édgar González Gaudiano (que su trabajo es magnífico a nivel de la educación ambiental y la sustentabilidad), están aportando no sólo a México, sino al mundo con sus ideas.

¿Qué importancia tiene la aportación de las universidades, si muchas veces son vistas como burbujas, pues discuten en salones y no trascienden a las comunidades?
Es grave porque hemos creado estas torres de cristal, estas torres de marfil que poco están incidiendo en el día a día de las comunidades.

¿Entonces no es un problema que aqueje sólo a México?
No, para nada. Es un problema que aqueja el concepto universitario. La idea de que vivimos vidas monásticas, de ahí surge la universidad moderna realmente, de los monasterios medievales; y la producción intelectual que se crea, que se genera en estas universidades, estamos muy atrasados en que nos aseguremos que llegue directamente a las poblaciones más necesitadas.

En parte tiene que ver la forma en como somos premiados los académicos. Sobre todo en un país como México, donde al académico se le premia por puntos, mientras más publica, mayor es su salario.

Eso quiere decir que la publicación es un trabajo solitario, es un trabajo que es ajeno al mundo exterior, donde te pasas horas y horas sentado leyendo y escribiendo. Eso no ayuda realmente, no ayuda. Así las cosas.

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