Como se consignó en este espacio en días pasados la intromisión que tuvo el mandatario de Puebla, Rafael Moreno Valle, en el estado de Veracruz durante el proceso interno donde se renovó la dirigencia nacional del blanquiazul.
Es así que han salido a la “luz pública” más trascendidos de que fue real la invasión poblana por lo que ahora se explican las razones por las cuales los maderistas le ganaron a los corderistas.
Y es que por un lado se volvió a dar la alianza que hizo Moreno Valle con el equipo neopanista de Miguel Ángel Yunes Linares, pues nuevamente volvieron a coincidir políticamente como en los tiempos que estaban al lado de la maestra Elba Esther Gordillo Morales.
Pero por otro hay versiones de que incluso aquellos que no comulgan con la familia Yunes se sumaron al proyecto de Gustavo Madero por la mediación que hizo el mandatario del vecino estado.
Panistas como Oscar Lara Hernández, Gaspar Monteagudo Hernández, y el propio Germán Yescas Aguilar fueron a la Angelopolis para sostener reuniones con funcionarios poblanos que fueron encabezadas por el mismísimo Moreno Valle. Las versiones hablan que tan solo en el caso de Yescas el alfil del yunismo para lanzarlo a la dirigencia estatal el cañonazo fue de más de 3 millones de pesos.
Desde luego los ofrecimientos a cambio del apoyo al oriundo de Chihuahua fueron varios y precisamente desde dinero hay que sumarle, contratos de obra pública y cargos estatales.
El interés del gobernador de Puebla en Veracruz tiene que ver con su proyecto a nivel nacional que es el ser candidato del PAN a la Presidencia de México en el 2018. Y lo que es más que evidente pues solo basta analizar la enorme derrama mediática publicitaria del poblano.
Y por supuesto que sabe que ganar la entidad veracruzana en el 2016 es prácticamente tener la mitad del cuerpo en Los Pinos, por lo que desde ahora ya se fijó esa meta.
Sin embargo, Moreno Valle sabe que su plan es una auténtica arma de dos filos porque financiar la campaña de Miguel Ángel Yunes Linares no es garantía de que le va a corresponder igual en caso de que llegara a ganar Veracruz.
Sobre todo porque ya conoce que el oriundo de Soledad de Doblado es muy afecto a aplicar la estrategia “klenex” esa que dice que hay que usar y desechar y que se la ha aplicado a varios actores políticos nacionales.
Ahí están los casos a nivel estatal de Alejandro Vázquez Cuevas, José Ramón Gutiérrez de Velasco Hoyos, Julio Saldaña Morán y por supuesto a nivel nacional el mas recordado es el de Ernesto Cordero Arroyo a quien los Yunes azules apoyaron en el 2012 en su precandidatura presidencial y posteriormente en el 2014 le dieron la espalda cuando el ex funcionario buscó la dirigencia nacional. Y que decir de la misma Elba Esther.
SE LUCRA CON LA BANDERA MEXICANA
Y mientras el Presidente Enrique Peña Nieto entregó la bandera de México, el legado de nuestros héroes, a una escuadra de futbol que compite en un complicado Mundial de Futbol, en algo que se ha criticado un exceso de compromiso de la civilidad nacional, el negociazo del futbol esta por todos lados.
Se ha convertido en un mercantilismo dentro y fuera del ámbito futbolero. La reventa que nunca se ha podido erradicar ha sido exorbitante. El boleto más barato tuvo un costo de mil pesos, seguro en el palomar del estadio Azteca. En las ventas de entradas por línea se agotaron los boletos con días de anticipación para poder renegociarlo en otros medios hasta con un 50 por ciento más altos en su valor.
Y por si fuera poco el mercadeo trasciende cómo en cada encuentro en el coloso de Santa Úrsula a las calles aledañas con la venta de espacios para estacionar los vehículos. De 150 y 200 pesos cada espacio en cada una de las decenas de calles con la complacencia de la corporación de seguridad vial y publica del Distrito Federal. Un dolor de cabeza para todos los que tienen el privilegio de habitar alrededor de ese estadio, como ocurrió en el partido de despedida del Tri.
Ese Tri que con la bandera a cuesta es negocio de pies a cabezas, dentro y fuera de la cancha, y principalmente de las dos televisores monopolistas del país.