Seguramente que cuando el Sistema de Agua y Saneamiento (SAS) Metropolitano tienda a desaparecer o cuando sea un organismo con el que nadie quiera comprometerse a dirigirlo dejará de ser polémica. Cuando fue creado como el entonces, CRAS, y luego SAS ha sido un ambicioso botín para los políticos en turno.
Su importancia como suministrador de agua a cientos de miles de familias en Veracruz, Boca del Río y Medellín además del manejo del drenaje, alcantarillado, saneamiento y hasta prevención de inundaciones, se queda atrás y parece que actores de todo tipo solo le ven el signo de pesos.
A pesar de lo vital que significa allegarse de los recursos del organismo a través del cobro de los servicios, por lo que si los ciudadanos no pagan, el ingreso disminuye considerablemente siendo una amenaza para el Sistema, siempre en un vía crucis, para solventar los pagos correspondientes a CFE, CONAGUA, salarios, entre otros.
Pero quien ha estado en el ojo del huracán desde su paso por el SAS –de febrero de 2011 a febrero de 2014- es José Ricardo Ruiz Carmona, al ser mencionado en repetidas ocasiones por el alcalde de Boca del Río, Miguel Angel Yunes como el culpable de la situación financiera crítica que enfrenta actualmente el SAS.
El asunto es que, definitivamente, el SAS no puede estar peor que como lo encontró Ruiz Carmona, con una deuda superior a los 550 millones de pesos por conceptos diversos, multas de CONAGUA hasta adeudos a proveedores. Además de una cartera vencida de 900 millones de pesos, proveniente de varias administraciones atrás.
Lo que no dice su ex amigo Yunes Márquez, es sobre la actitud de Ruiz Carmona al enfrentar el reto tomando las riendas del Sistema sin quejarse ni revelar los estados financieros que le dejaron. Pero confiado en que era mejor el trabajo y la austeridad, y asi podría revertir esos números, logró bajarlos, aunque no fue suficiente. El organismo comenzó a padecer más problemas, que sin embargo hay que reconocer que no fueron causa para que se dejaran de recibir los servicios.
Mientras se acusaba a Pepin Ruiz se hablaba de la posible debacle del sistema.
A pesar de que las primeras acciones de Ruiz Carmona demostraron su intención de poner orden en las finanzas, al implementar diversos esquemas que buscaban la reducción del gasto corriente, el aumento de la productividad de la plantilla laboral y concretar una reingeniería integral del sistema, la situación se tornó dificil.
Se buscó por todos lados. Hacer más atractivo el pago anual anticipado, mediante estímulos que premiaban el cumplimiento oportuno, facilidades de pago, reducir la cartera vencida. Todo con el fin de allegarse de recursos frescos. Se regularizó la nómina, además de agilizar las contrataciones de nuevas tomas y reestructuró las tarifas de acuerdo al tipo de zona y consumo.
Hasra donde se sabe la deuda heredada bajó de 560 millones a sólo 240 millones, es decir 65% menos, en los primeros dos años de su gestión, pero había que adfrontar las multas impuestas por CONAGUA, reduciéndola según el informe del sistema al mínimo.
El que no se salva es el Sindicato, Teniente José Azueta, uno de los principales problemas del SAS, pues mantenerlo requiere del 60 por ciento de los ingresos, es decir seis de cada diez pesos se van para el gremio laboral.
De enero a diciembre de 2013 se pagaron al Sindicato 164 millones 359 mil 543 pesos por concepto de nóminas; siete millones 545 mil 16 pesos por premio de puntualidad; seis millones 859 mil 961 pesos por fondo de ahorro; 248 mil 400 pesos del bono del 10 de mayo; seis millones 598 mil 381 pesos por concepto de modernización administrativa; dos millones 90 mil 650 pesos por becas”.
A este barril sin fondo se suman dos millones 172 mil pesos del bono sexenal; 880 mil pesos para el Aniversario del Sindicato; 594 mil pesos para sus anteojos; 133 mil 400 pesos como apoyo al deporte; cinco millones 100 mil pesos por concepto de liquidaciones; 40 millones 789 mil 667 pesos de vales y dos millones 500 mil pesos de uniformes.
Hubo liquidaciones por 700 mil pesos; uniformes 2013 por tres millones 750 mil pesos; canasta navideña por 14 millones tres mil 874 pesos; aguinaldo 16 millones 922 mil 956 pesos y actividades culturales 21 millones 545 mil 330 pesos, lo cual hace un total de 296 millones 793 mil 181 pesos para el sindicato durante 2013.
Ahora toca el turno al ingeniero José Tello Allende, un experimentado conocer del área, pues ya es la segunda vez que toca estar al frente, pero además, sabe las buenas y las malas. Pues fue precisamente cuando el entonces CRAS estaba en los cuernos de la luna, su dirección, ahora encontró de la multicitada deuda un pasivo de 240 millones.
Los recursos provenientes del pago anual anticipado por 110 millones fueron empleados en el pago de los compromisos ineludibles con el Sindicato, proveedores y gastos de la operación del Sistema, por lo que ha aclarado que no existe desvío. A lo que los detractores del SAS insisten.
Asimismo, una situación que se viene arrastrando de años atrás y de la que incluso fue testigo el propio alcalde de Boca del Río, Yunes Márquez, en su anterior administración, como parte del Organo de Gobierno, fue el incremento avasallante de la cartera vencida, que entonces nada hicieron por solucionar y que cuando tomó el control José Ruiz tuvo que poner en marcha planes para revertir esos números. Ricos e influyentes en la lista. De todos los partidos, mientras los pobres tienen que pagar hasta la reconexión del servicio.
El SAS es un botín aun en decadencia, y parece una obsesión enfermiza de los alcaldes que llegan al poder cuando no es tan fácil llevar el destino de tan semejante monstruo, en cuyo tema es mejor preocuparse por la pronta escasez de liquido y la urgente necesidad de abastecimiento para un acelerado crecimiento de la población y la demanda de zonas exclusivas y hoteleras como la Riviera.
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