Pudieran ser ecos de una
elección históricamente
de lo más desaseada, antidemocrática
y desordenada
que se puede hablar
al interior del PAN, pero
la molestia del senador
Fernando Yunes prosigue
y hace recordar y mantener
vigente lo ocurrido en este
proceso electoral.
En el escenario de apenas
una hora después de la
jornada electoral albiazul
el domingo no quedaba
muy claro la alusión, en la
conferencia de prensa por
la noche, del coordinador
de la campaña de Ernesto
Cordero en Veracruz, Enrique
Cambranis que decía:
“En la votación final,
Ernesto Cordero tiene una
clara ventaja, a pesar de
tener datos que durante la
campaña y en la jornada,
ha habido actos de coacción
del voto a favor del
otro aspirante, sobre todo
en algunos municipios que
colindan con Puebla; al
final la Comisión deberá
revisar todas la pruebas y
determinar qué acciones
tomar”.
Pero parece que Cambranis
se quedó corto y
la palabra y las acciones
Puebla se internaron más
adentro del territorio veracruzano
y más a fondo en el
manipuleo de la operación
electoral que lo que daba a
entender. Hubo, dicen los
corderistas, una abierta y
directa intervención del
gobernante poblano Rafael
Moreno Valle para favorecer
en Veracruz, el segundo
padrón más grande del panismo
nacional, y favorecer
no a Gustavo Madero sino
a su equipo coordinador en
esta entidad, y su líder, Miguel
Angel Yunes Linares.
Y es que aquel día al
emitir su voto, el senador
del PAN, Fernando Yunes
Márquez, denunció ante los
medios de comunicación
una supuesta “intromisión”
de alcaldes emanados del
Partido Revolucionario
Institucional (PRI).
Acusó que hubo inhibición
del voto en San Andrés,
Coatzacoalcos y Martínez
de la Torre apoyada por el
dirigente estatal del PAN.
“Enrique Cambranis es un
empleado directo del gobernador”,
señaló entonces
Yunes Márquez desde Boca
del Río.
Y precisó que el alcalde
priísta de Coatzacoalcos,
Joaquín Caballero Rosiñol,
intentó “amedrentar”
a militantes panistas vía
telefónica, según manejó
en su cuenta de Twitter.
Lo que se le olvidó decir
al también ex diputado local
era precisamente que los
poblanos amparados por
el sistema que encabeza el
gobernador que ganó por la
alianza PAN-Convergencia,
Rafael Moreno Valle,
hicieron exactamente lo
mismo que él acusó.
En San Andrés Tuxtla,
existe un expediente de
la gente de Gobernación
donde se registró a operadores
de la ciudad de los
Ángeles con recursos para
favorecer entre panistas a
la candidatura de Madero
y donde el enojo fue mayúsculo
porque pese a ello ganó
Cordero.
Así, las acusaciones de
Fernando son sobre que
alcaldes priístas estaban
apoyando a Cordero pero
omitió hablar de la presencia
de mapaches con sello
del clan Yunes y financiados
por el gobernador del
estado vecino a favor de
Madero.
A pesar del trabajo mapacheril
en Coatzacoalcos,
San Andrés, Cosamaloapan,
Tierra Blanca y Orizaba,
cabeceras distritales
locales y federales, el triunfo
de los corderistas fue inobjetable
lo que enfureció
a los adversarios.
En el penúltimo evento
organizado por el mismo
clan Yunes para Madero
en el hotel Plaza Galería, la
presencia de poblanos fue
evidente. Incluso los cientos
de autobuses utilizados.
Los municipios por donde
se dio el cruce de activistas
del estado vecino registraron
y reportaron en su tarea
de Gobernación la presencia
de unidades y militantes
foráneos de los que hizo uso
el clan para favorecer a la
causa maderista.
De lado y lado están las
acusaciones y se desgarran
en la peor división que al
menos en Veracruz tiene
Acción Nacional, partido
al que lo alcanzó la historia
pues finalmente es más de
lo mismo. Los actores que
hoy se dan golpe de pecho
están formados hasta el
tuétano a la puritita ultranza
priísta.
Y es el jefe del clan, Miguel
Ángel Yunes Linares
quien, aseguran, se apoyó
en el gobernador de Puebla
puesto que su alianza viene
desde que ambos fueron
legisladores. Eran pues los
alfiles y proyectos de Elba
Esther Gordillo cuando
desde su imperio los veía
como los idóneos para encabezar
los gobiernos de
Veracruz y Puebla. Y estos
se amparaban en la otrora
todopoderosa.
Por eso seguramente
y si cómo señalan las versiones,
el neopanista es
impulsado desde la capital
de la Angelópolis, para dar
cumplimiento a aquel pacto
no escrito y al anhelo de
su madrina política, Elba
Esther.
Así nada más de ese calibre.
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