Por Silverio Quevedo
Columna: En la Mira
Tlacotalpan, patrimonio de la deshonestidad
2014-04-25 | 10:10:16
Un grupo de verdaderos tlacotalpeños, como se autodenominan, están más que molestos con el desempeño y desorden que en el cabildo de la actual administración se presenta.
Y es que los de este municipio denominado Patrimonio de la Humanidad para eso se pintan solos. No pueden soportar que con el gobierno actual se solapen lacras, y al estilo del puro lenguaje de la puerta de la Cuenca del Papaloapan, haya pura sanguijuela y regidores holgazanes que cobran más de mil pesos por día de trabajo sin devengarlo, peor aún torciendo la función edilicia.
Aseguran que su trabajo no es físico y ni siquiera mental porque “hasta dudamos que piensen. Queremos que si hay cosas chuecas las digan y no sean cómplices, ni usen lo que saben para presionar y conseguir que les salpiquen con negocios en lo oscurito”.
El asunto estriba, acusan los habitantes de la Perla del Papaloapan, es que por un lado están corriendo gente de la limpia pública, y lo que esos humildes trabajadores despedidos ganan a la quincena es el equivalente a un día de trabajo de cada regidor, pero por otro, es inverosímil que con su salario y entre todos no puedan solventar el pago de los dos empleados despedidos, que estos sí de verdad quieren trabajar.
Señalan que uno de ellos es la señora Deborah Vives Iñiguez, dueña del conocido hotel de Doña Lala, regidora que, argumentan, brilla permanentemente en sociedad, pero a su pueblo a la gente que de verdad trabaja y sufre para llevar el pan a su mesa, a ellos ni los voltea a ver, es más, les regatea hasta para comprarles un dulce o una artesanía en la calle, sin contar maltratos y órdenes a gritos ofensivos.
Igual ocurre con el edil Roque Salgado que de amarillo se pasó al azul y no nos sorprendería que se pase al PRI a terminar de desprestigiando ahora que se le ve muy junto a la empresaria y los del tricolor realizando amarres.
Pues bien, califican los devotos de la Candelaria que este edil no tiene ninguna gracia ni virtud y siendo que tiene la comisión del agua potable, no se ven sus resultados en el pueblo donde el padecimiento de escasez es atroz. Esta problemática no le refleja ninguna preocupación menos incomodidad a pesar de ser su cartera.
“Pero segurito que las comisiones que sí atiende Roque son la de Hacienda y Tesorería, la de Comercio, ahí es donde está el dinero, claro que esas sí las atiende, el agua no porque no le deja lo mismo que pedir cuotas a los comerciantes por derecho de piso”. Y si no, dicen pregunten sobre las pasadas fiestas donde hizo y deshizo y de las cuotas nadie sabe.
De Mariana Romero ni cómo justificarla, se le ve más en días de trabajo saliendo con su asistente a eventos de su partido y hay quien dice que hasta en otros municipios va haciendo caravana cuando los visita la lideresa de su partido o algún priista destacado, lo que la deja muy mal parada en Tlacotalpan.
Por más que los tlacotalpeños la quieren ayudar nada más no hay resultados. Los otros dos regidores son calificados como grises, Irene salamanca y Eduardo reyes, porque ni ruido hacen esperando a ver que les toca.
A Eduardo se le señala de querer llevar agua a su molino, nada más hace poco quiso quedarse con el dinero de la venta de fierro viejo para seguramente invertir en su negocio.
Y viene el sentimiento de los quejosos: Los que votamos por el general Homero Gamboa queremos ver su don de mando, la rectitud y carácter que ofreció para gobernar y que los meta en cintura, ya que de seguro dirán que no los puede correr o quitar de sus puestos, pero sí que se vea quién manda.
Rematan que un hombre con formación militar sin carácter se le suben a la barba los ediles.
La historia que se teje entre cinco ediles que tuercen sus funciones es mayor. A los tlacotalpeños no le ha costado trabajo elaborar la biografía oscura de cada uno que más adelante se podrá detallar.

Fiesta policiaca
Cómo pocas veces un verdadero festín se armó en el World Trade Center de Boca del Río con motivo del Día del Policía.
Parece que este es el común de la administración estatal actual pues era menester que las autoridades reconozcan como lo han hecho la labor de estos ciudadanos que encontraron en un oficio tan riesgoso su “modus vivendus”.
Y ahora con la nueva policía acreditable de Veracruz podemos decir que quienes están en las calles patrullando son personas que por su vocación están en ello y no sólo tratan de huir del desempleo. Y son los verdaderos héroes de la calle.
Fue un megafestejo en el que hubo sorpresas para los más de tres mil oficiales presentes en el recinto. Esperamos que esta iniciativa no quede ahí, que sigan incrementando sus prestaciones como lo ha hecho la Secretaría de Seguridad Pública al mando de Arturo Bermúdez Zurita para lograr que ser policía sea razón de orgullo pues de lo contrario será una llamarada de petate cómo en otros sexenios donde incluso la policía no tiene el lugar que le corresponde. El que no faltó al comelitón para refrendar su respaldo fue el Gobernador Javier Duarte de Ochoa.

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