Por Catón
Columna: De política y cosas peores
Aprovechados y gandallas
2014-01-13 | 09:09:07
Afrodisio Pitongo, hombre proclive a la concupiscencia de la carne, conoció en una fiesta a Dulciflor, maestra de Moral en el Colegio de la Sagrada Reverberación, prestigiado instituto de enseñanza religiosa. Le ofreció un cigarro a la joven y linda profesora, y ella lo rechazó. “¿Qué les voy a decir a mis alumnas? –declaró-. Siempre les he pedido que no fumen”. Poco después le ofreció una copa. Tampoco aceptó la muchacha. “¿Qué les voy a decir a mis alumnas? –expresó-. Siempre les he dicho que beber alcohol es cosa mala”. Arriesgó Pitongo: “Entonces seguramente me dirás que no si te invito a ir a un motel a hacer el amor”. “Te equivocas –contestó ella ante la estupefacción de Pitongo-. Iré contigo a ese lugar”. Fueron, en efecto, y ahí Afrodisio corrió el mejor de los caminos, montado, si no en potra de nácar, sí en la maestra de Moral del Colegio de la Sagrada Reverberación, prestigiado instituto de enseñanza religiosa. Terminado el extático deliquio, y gratamente satisfecho el tal Pitongo, éste le preguntó a la chica: “¿Por qué rechazaste el cigarro y la copa que te ofrecí, y en cambio aceptaste esto?”. Explicó ella: “Porque siempre les he dicho a mis alumnas que no necesitan fumar ni beber para divertirse”…
Se casó la hija de doña Gorgolota, y unas semanas después le contó, feliz, a su mamá: “Mi marido es muy bueno conmigo. Todo lo que le pido me lo da”. “Eso no significa que sea bueno –le dijo doña Gorgolota-. Significa sólo que no le estás pidiendo lo suficiente”...
Un mexicano y su esposa que vivían en Texas lograron finalmente conseguir su carta de naturalización. “¡María! –exclamó él, jubiloso-. ¡Ya somos americanos!”. “Sí –respondió ella-. Esta noche no follaremos, y tú lavarás los platos de la cena” Con pacto o sin él los partidos de oposición no pueden ahora dar puñalada de pícaro y sabotear las reformas que acordaron con Peña Nieto el pasado año. Si estorban la aprobación de las leyes secundarias que normarán la aplicación de esos cambios constitucionales no sólo faltarán a la coherencia política, sino además causarán daño a México. El país necesita salir ya del marasmo en que se encuentra. Seguir en ese estancamiento es retroceder. Y no sólo retroceder: también es volver hacia atrás. Y, peor aún, retrogradar. Incluso es caer en retrocesión. Y, como si eso fuera poco, en retrogradación. Tomen en cuenta los partidos opositores la prudente advertencia que les hago, atenta, pero no por eso menos estricta. Si no la siguen, en su salud lo hallarán…
Don Crésido, añoso y rico empresario, andaba muy contento: la asistente de su médico, joven y guapísima mujer, había aceptado casarse con él. Le dijo lleno de gozo a un amigo: “No sé qué ve ella en mí”. “Yo sí sé –respondió el otro-. Ve 50 millones y colesterol muy alto”…
El pollito iba por el corral diciendo: “¡Miau, miau! ¡Oink, oink! ¡Guau, guau!”. Su mamá le comentó muy orgullosa a otra gallina: “Está estudiando idiomas”…
Comentó Capronio: “Esta Navidad le regalé una silla a mi suegra, pero mi esposa no me ha dejado que la conecte”…
El autobús de la Iglesia de la Tercera Venida –no confundir con la Iglesia de la Tercera Avenida, que permite a su fieles el adulterio a condición de que no se cometa el día del Señor- pasó por una playa nudista llena de hermosas muchachas que mostraban al sol todos sus encantos. El reverendo Rocko Fages, pastor de la iglesia, les ordenó apresuradamente a sus feligreses: “¡Cierren los ojos, hermanos! ¡Al que los abra el Señor lo dejará ciego!”. Uno de los pasajeros le dijo en voz baja a su vecino de asiento: “No sé tú, pero yo voy a arriesgar un ojo”…
Una amiga de Susiflor le aconsejó: “Tan pronto te cases educa a tu marido. Al día siguiente de mi boda, hace cinco años, yo le dije a mi esposo: ‘A partir de hoy vas a dejar de fumar, vas a dejar de beber, vas a dejar de jugar dominó con tus amigos y vas a dejar de querer sexo todo los días’”. Le preguntó Susiflor a su amiga: “Y él ¿dejó todo eso?”. “No sé –contestó la otra-. Desde ese día no lo he vuelto a ver”…
Le dijo la señora a su marido: “Sé que me engañaste. Sé con quién, cuándo y dónde. Lo que no sé es con qué”…
FIN.
Mirador
por Armando Fuentes Aguirre.
Los niños dicen cosas que sorprenden.
Y las niñas más.
Este amigo mío tiene una nieta. Los papás de la pequeña le compraron una perrita. Tiempo después, ante el asombro y el gozo de la niña, la perrita dio a luz dos cachorritos.
Madre inexperta, al parecer no cuidaba bien de ellos. Los dejaba solos durante horas, y aunque los oía gañir de hambre no acudía a amamantarlos.
La nieta de mi amigo reprendió con severidad a la perrita. Le dijo:
-No sirves para ser mamá.
Y añadió luego:
-Bueno, ni siquiera sirves para ser papá.
El padre de la niña quedó desconcertado. Hasta la fecha no sabe cómo interpretar las palabras de su hijita. Mi amigo y yo tampoco lo sabemos.
En efecto, los niños dicen cosas que sorprenden.
Y las niñas más.
¡Hasta mañana!...
Manganitas
Por AFA
“… El campo mexicano no produce…”.
En datos equivocados
se finca esa información.
En el campo hay producción
(pero de indocumentados).

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