Siguen las criticas desafortunadas en contra del presidente Enrique Peña Nieto y de algunos miembros de su gabinete. Se trata de un fenómeno que creado a propósito el ex presidente panista Felipe Calderón, toda vez que invadido de burócratas dejó a muchas de las instancias federales e incluso Petróleos Mexicanos y a la Comisión Federal de Electricidad.

Antes en tiempos calderonistas, nadie vio el mal gobierno y las graves deficiencias en materia de seguridad, procuración de justicia y derechos humanos.

En aquel tiempo en donde proliferó el tema de los daños colaterales y ahora, en tiempos del presidente Peña Nieto, la seguridad va mejorando, hay quienes salen a quejarse hasta del mal tiempo y culpan al gobierno federal hasta de los problemas del clima.

La ausencia de acción por parte del presidente Peña y su equipo de trabajo, tiene que ver con un esquema de tolerancia hacia el respeto a los derechos humanos y más aun no caer en las provocaciones de los manifestantes magisteriales y también dejar que las autodefensas en Michoacán, se conduzcan acorde a la ley.

Pero desde los distintos foros aun impregnados de panistas viviendo del erario y que quedaron enquistados como una supuesta ley del servicio público de carrera, algunos funcionarios desde sus lugares de trabajo se han dedicado a poner piedras en el camino al avance que trata de dar en la solución de los problemas el gabinete de Peña Nieto.

Ante esta problemática, salen los rumores mediáticos en donde todos los días cesan de sus funciones al secretario de gobernación, Miguel Angel Osorio Chong y al secretario de hacienda, Luís Videgaray, y ya hasta enfermaron al procurador general de la república, Jesús Murillo Caram.

Los que no quieren ver avances y los que sólo están denostando al gobierno de Peña Nieto, son algunos de los vestigios del panismo que se niega a dar paso al desarrollo de gobierno priista y por lo mismo, en política quién concede se expone, y luego no hay forma de dar marcha atrás cuando de la aplicación de la ley se trata y puede ser demasiado tarde, al explotar la problemática con dimensiones mayores.

Muchos son los que piden el regreso de la mano dura de la aplicación de la ley únicamente y quitar de golpe aquellos esquemas en donde la permisibilidad y demasiada tolerancia a los grupos da como consecuencia, que hasta hay quienes se atreven a pedirle la renuncia al presidente, como si se tratara de dar atención a unas cuantas voluntades, que en aras de la libertad de expresión se van con todo y hasta cometen excesos, pero la tolerancia tiene un límite en política.

Al cumplirse el cincuenta aniversario del magnicidio del presidente de Estados Unidos de Norteamérica, John F. Kennedy, el cual sigue consternando al mundo por la forma artera en que se quitó la posibilidad de gobernar con apego al derecho y sin tolerancia a los grupos de la mafia en EU, lo que dicen significó su muerte ante la dureza de un mandato que pudo hacer mucho y sobre todo, contribuyó a dar fin a la guerra fría con la Unión Soviética, a la que sometió después de la crisis de los misiles armamentistas que se quitaron de Cuba, como parte de una lucha diplomática en donde se tuvo que mostrar la fuerza con el ultimátum de no dejar pasar barcos de la URSS hacia el país caribeño gobernado en ese entonces por Fidel Castro, en su reciente triunfo de la revolución cubana junto con el famoso Ernesto “El Che” Guevara.

El magnicidio de Kennedy, fue toda una confusión en donde se dijo que el único tirador fue Lee Harvey Oswald, quién después de ser detenido fue asesinado por Jack Ruby, un oscuro personaje al servicio de la mafia y que dicen, fue esta la que ordenó el crimen del presidente estadounidense de origen irlandés y católico, que en aquella ocasión al estar en Dallas, Texas, no pudo dar un discurso histórica en donde hacia un llamado a mover las conciencias por el camino del humanismo y el progreso.

La personalidad de John F. Kennedy la identifican a la del presidente de México, Enrique Peña Nieto, con quién existe un parecido y hasta una cierta similitud en el pensamiento político y humanista del mandatario mexicano, que en ese parecido, sin lugar a dudas también es parte del arrastre con la gente en este país y en el orbe. Así las cosas.