Joaquín Hernández Galicia “La Quina” originario del puerto de Veracruz, precisamente en el popular barrio de la Huaca, desde niño emigró de estas tierras para incursionar en la naciente industria petrolera nacional.
Vivió desde joven la mayor parte del tiempo en Ciudad Madero, Tamaulipas, en donde se convirtió en un aguerrido dirigente en tierras tamaulipecas junto a su amigo Salvador Barragán Camacho y José Sosa.
Después logró la dirigencia nacional del Sindicato de Petroleros de la República Mexicana, en donde extendió todo un emporio de poder y de privilegios para los trabajadores de planta de las diversas secciones del país.
Así en la historia del quinismo, quedaron en el sigilo y sin resolverse las muertes de muchos líderes seccionales como sucedió en Poza Rica, con Oscar Torres Pancardo y Heriberto Kehoe Vincent.
Los líderes petroleros ya envalentonados, en plena campaña presidencial de Carlos Salinas y en tiempos del presidente Miguel de la Madrid, retaron al sistema con aquel discurso del entonces secretario general del CEN del STPRM, José Sosa, con aquella frase de que si se hunde PEMEX y el Sindicato se hunde México, antes acusaron de churumbeles al entonces director Jesús reyes Heroles y al presidente José López Portillo.
En plena campaña presidencial de Carlos Salinas, el feudo del dirigente petrolero, se dice que bajo el agua, le dio todo el apoyo al candidato de la oposición al PRI, Cuauhtémoc Cárdenas, por lo que el priísmo estuvo en un predicamento a punto de perder la presidencia del país, hasta que se dio la famosa caída del sistema en tiempos de Manuel Bartlett, quien paradójicamente hoy sirve a los llamados partidos de izquierda a los que antes ayudó a quitarles la presidencia de la República.
Fue el 9 de enero de 1989, apenas a más de un mes de cumplirse el ascenso al poder presidencial de Carlos Salinas de Gortari, cuando el entonces secretario de Gobernación, don Fernando Gutiérrez Barrios, coordinó todas las acciones para que en ciudad Madero se diera el famoso Quinazo, cuando en su domicilio fue detenido muy temprano cuando salía de la chucha.
El operativo fue rápido y en forma conjunta en la capital del país se detenía a José Sosa y a Salvador Barragán Camacho, quién pudo llegar en su lujo automóvil lleno de joyas, oro y relojes caros a pedir apoyo a la CTM de don Fidel Velázquez, en donde simplemente no lo pudieron apoyar, al igual que a ninguno de los otrora poderosos líderes que pasaron varios años en cárceles de máxima seguridad, mientras el ya exdirigente de la seccion 10 de Minatitlán ya jubilado unos meses en el quinismo, resurgió como dirigente nacional del STPRM, para que junto con nuevos líderes locales robarse todo el patrimonio de los trabajadores con el auspicio del gobierno que cobró cara su venganza por la traición al PRI, hasta con una publicación non grata para el entonces candidato presidencial.
El sindicato petrolero, después quedó en manos de Carlos Romero Deschamps, quién ha superado el esquema de corrupción del quinismo y a juicio de los expertos, más tarde que temprano junto con todos sus líderes seccionales incondicionales, de un momento a otro pueden caer de la gracia del PRI, como le sucedió a la Quina, quién desde su autoexilio en ciudad Madero, después de salir de la cárcel, y apoyando a la disidencia del sindicato, ya no pudo lograr retornar a ejercer algún control del mismo. Descanse en paz. Así las cosas.