La libertad de expresión cuando se dicen comentarios u opiniones personales tienen sus marcados límites. El acusar a los maestros que protestan, a los diputados locales y a los medios de información de ignorantes por desconocer la reforma educativa es exagerar por parte del diputado local del PRI Enrique Levet Gorozpe y sobre todo al asegurar que cuando se les explique las bondades de esta modificación a las leyes laborales todo va a cambiar.
Al imputar a la prensa nacional y local de que los miles de maestros estén inquietos, es tratar de denostar la inteligencia de los legisladores, periodistas y de los docentes. Solo faltó acusarlos de analfabetos e iletrados a sus colegas en el Congreso y sus compañeros en el aula universitaria.
El dirigente del Fesatpauv remata con “nadie sabía como estaba la ley, muchos diputados votaron por inercia o por compromiso político de las fracciones, pero la información tiene que llegar a las bases, y cuando se den cuenta del contenido de la ley se van a disipar los movimientos”.
Así de fácil.
Posee el universitario Levet Gorozpe la fórmula mágica de acabar con las protestas, debiera de ser menos egoísta y comunicarles a las autoridades federales, al secretario de Gobernación Osorio Chong, a los líderes de diputados y senadores como terminar de tajo con la terrible bronca que tiene varios días desquiciando las principales ciudades del país.
Los capitalinos de Xalapa y de la ciudad de México serían capaces de hacerle un merecido reconocimiento.

El nuevo IVA.
Se va a disfrazar el IVA a los alimentos y medicinas, es el plan secreto que se tiene contemplado. Es decir no se les va a poner ese impuesto a las tortillas, frijoles y tampoco al chile. No tendrán esta tasa impositiva las aspirinas y las curitas. A los demás productos alimenticios y medicamentos son a los que planean incrementarles el impuesto al valor agregado.
La idea es proteger a los pobres. Como si los ricos no comieran tortillas y no usaran los mejorales. El líder priista César Camacho atenta contra el libre albedrío y el raciocinio del pueblo mexicano.

Endeudados hasta el cuello.
Casi nadie se atreve a explicar el por qué México se encuentra con tantos problemas económicos y se sigue ocultando con el encubridor silencio del gobierno federal ante esta crítica situación de cero crecimiento y la no creación de empleos. Peña Nieto recibió al país en plena bancarrota y no se atrevió a denunciar a Felipe Calderón porque el PRI apoyó al gobierno panista en la mayoría de estas absurdas decisiones que permitieron la grave situación que vive el pueblo de México. La realidad es que el país está endrogado hasta el cuello y es que entre bonos y cetes que se encuentran en manos de extranjeros se tiene una deuda de 122 mil millones de dólares, que rebasan el billón y medio de pesos, de los cuales hay que estar pagando una elevada tasa de intereses.
Si lo tuviera que pagar cada uno de los mexicanos incluyendo a los niños y ancianos serían más de mil dólares por persona, es decir que serían arriba de los ocho salarios mínimos, que más del 80 por ciento de la población no los gana.
Aunado a este problema, les conviene más a los inversionistas extranjeros y nacionales invertir su dinero en los Estados Unidos por ser más atractivos los bonos que tenerlos en la Bolsa de Valores de México.