Julio Quesada, doctor en Filosofía por la Universidad Autónoma de Madrid y doctor en Ciencias Políticas por la Universidad Libre de Berlín. Como parte del Instituto de Filosofía y Coordinador del Doctorado en Filosofía en la Universidad Veracruzana.
Dice: “Y llegó la hora de los argumentos porque, pienso, queremos al mejor Rector o Rectora aunque no estén apadrinado por el Presidente mundial de la Coca-Cola. Les quiero hablar, amables lectoras y lectores, de mi primer candidato en este proceso de elección reglado por leyes que aspiran a la autonomía universitaria como un ideal absolutamente irrenunciable.
Se trata de la Honorable Junta de Gobierno de la UV. Ocho magníficos, incluida una Doctorara. Salgo al paso desde mi opinión, siempre un punto de vista, ante el estado permanente de sospecha en la que habita la grilla como si no tuviéramos bastante con la violencia, la incertidumbre y la lógica desazón de la ciudadanía ante el desorden. Se sospecha de todo y de todos. No he conocido en ninguna otra Universidad tal paranoia elevada a categoría académica. Definitivamente, la causa de esto no hay que buscarla en el cambio climático. Pero amerita más de una Tesis.
Por eso, me he tomado el tiempo de leer despacio, rumiando como un lector-vaca (lo que pedía Nietzsche para sus libros), estos curricula. Son impresionantes. Chapeau! La Honorabilidad, la areté, la excelencia griega de los mejores. No tiene nada que ver con la aristocracia de sangre azul cazadora de elefantes; sino la vocación que obliga, como en estos ocho sobresalientes cun laude, a elegir el camino más difícil que es el del estudio, la investigación, las clases y esa sempiterna lucha contra nuestro demonio melancólico de la inercia...y de la sospecha en la que nos escudamos para criticar por criticar. Cuesta, desde luego, menos esfuerzo. Esta Junta de Gobierno es, a la luz del trabajo individual y en equipo de cada uno de sus elementos, la mejor garantía para creer en la honestidad del proceso que nos llevará a la elección del nuevo/a Rector/a.
Da envidia, pero de la buena, de la que te espolea a ser mejor académico e investigador de lo que eres y, sobre todo, a ser una buena mejor persona. Así es porque la autonomía de la UV no consiste en una autoafirmación solipsista de sus conocimientos, sino en querer ser la Máxima Casa de Estudios de los veracruzanos y de otras partes de México, también alma mater de los propios maestros e investigadores que aquí vivimos. En una palabra: la UV también forma parte de la educación de futuros profesionales.
A la postre va a ser la fuerza del ejemplo la musa de nuestros estudiantes. Pues bien, el ejemplo a seguir frente a la adversidad que es real, no imaginada, son estos grandes curricula de compañeros, colegas, que han llevado a cabo toda una heroicidad del pensamiento. Esa paciente labor a solas, y en intersubjetividad con otros equipos de investigación, que son de por sí materia ética en tanto el ánimo moral que esos trabajos, artículos, libros, direcciones de Tesis, estancias de investigación en el extranjero, premios, más mucho trabajo de administración dedicado a la propia UV, fundamentan la personalidad académica de los Dres. que forman esta Junta de Gobierno de la UV. Tienen prestigio, alumbran a la UV y a la sociedad veracruzana y mexicana con un talante nacional e internacional. Han hecho, están haciendo, lo mejor que podían hacer: devolver a la sociedad con creces lo que esta les dio. Un ejemplo a seguir para cualquier ciudadano.
Habrán observado que últimamente me prodigo poco en los medios de comunicación. Pero es que hay momentos en los que no queda más remedio que dar un paso al frente y saludar, con mi opinión, a nuestro espacio público basado en la libertad democrática de cátedra y de opinión. Esta JG se merecía, pues se lo han ganado a pulso, que saliera a la palestra frente al engreimiento de la grilla en su grandioso, sublime ego, condecorado con vistosas corcholatas”.

Ante la reflexión a tono del doctor Julio Quesada con un exquisito lenguaje aderezado por los términos coloquiales que sólo en estas tierras son parte de nuestra vida, pero ante todo hace un llamado a la razón, porque desde las críticas constructivas o difíciles de entender, se dice de todo para enrarecer un clima, en donde ante todo, debe prevalecer el criterio de quienes como personas reconocidas y de amplio prestigio académico, en la ciencias y las artes, han llegado a Veracruz, para apoyar el proceso de autonomía de la Universidad Veracruzana que hoy más que nunca pasa por excelentes y buenos momentos para sus egresados y para quienes egresan y encuentran trabajo y pueden competir en un mercado global.

Pero, ni duda cabe que el proceso de elección del rector o rectora de la UV, no escapa a la politización ya característica en una entidad reconocida por el alto nivel de competición en todo lo que se trata de democracia y pluralidad.

Ojala, y siga prevaleciendo el respeto para los integrantes de la Junta de Gobierno de la UV, y no se ose atentar en contra de su buena fe y voluntad de acompañar a toda una comunidad en una difícil decisión que pareciera se tratará de evitar el fin del mundo y más que nada evitar manchar la honorabilidad y el alto nivel que hoy le ha dado a esta casa de estudios su rector, el doctor Raúl Arias Lovillo, un personaje que deja huella y trascendencia que traspasa las fronteras con resultados altamente satisfactorios.

Aunque dicen, que la memoria es flaca, ahora ya no es oportuno la retrospectiva que provoca desanimo ante la superación a aquellas épocas en las que en el pasado, los egresados no tenían las mismas oportunidades que los de otras universidades, hoy esto cambió y está superado, porque son los maestros y las actuales generaciones de egresados, quienes pueden hablar por el alma mater que forma parte de nuestras vidas, la que nadie puede dañar ni con la saña del veneno más peligroso. Éxito a los distinguidos miembros de la Junta de Gobierno de la UV, su decisión será inalterable y respetada. Así las cosas