Si existen dos profesiones que son mi pasión y las cuales he estudiado y ejercido, son el periodismo y la abogacía, quizás las más difíciles en nuestro país, envueltas ambas en la corrupción, el nepotismo e increíblemente la desigualdad.
Conozco las dos caras del periodismo, lo he ejercido desde el ámbito gubernamental u oficial y aquí, en mi casa Imagen, donde inicie mi trayecto en la apasionante tarea de informar y describir las cosas como son.
Es lamentable lo que ocurre hoy en Veracruz, y es que, como bien se sabe los excesos nunca son buenos; existe una intolerancia a todo lo que se publica, y que contraviene lo citado en los comunicados oficiales, situación que ha ocasionado una oleada de desavenencias que pudieran agravarse.
No critico la difícil función de la comunicación desde el ámbito gubernamental, pero juzgo la intolerancia a quienes publican la realidad; reconozco en Gina Domínguez, Vocera del Gobierno del Estado de Veracruz a una mujer valiente, fuerte y de carácter, cualidades que le ha permitido colocarse en una de las pociones más difíciles.
Conocí a Gina ejerciendo el periodismo y sin duda era una columnista muy aguerrida e impulsora de jóvenes comunicadores recién egresados y con hambre de decir la verdad; ella sin titubear en sus escritos cuestionaba al Gobernador en turno y sin tapujos, decía las cosas como son.
Quienes hemos estado del lado oficial, donde ahora se encuentra Domínguez Colio sabemos que es difícil cuidar la imagen pública de un gobernante y sobre todo lograr que se transmita el mensaje ideal que permita informar y no desinformar.
Lo que no resulta sano es que se pretenda que por un convenio signado con los medios de comunicación, éstos estén comprometidos a no juzgar, a no cuestionar acción alguna o declaración de los integrantes del gabinete estatal - en resumen a callar y ser cómplice de los errores cometidos-
La crítica enriquece, permite un equilibrio y genera credibilidad. No se puede gobernar con soberbia profesando que se es dueño de la verdad absoluta; no hay que olvidar que un Gobernante es elegido por su pueblo para actuar obedeciendo.
El último de los errores ocurrió el pasado 02 de abril, con la entrega del reconocimiento a Javier Duarte, por parte de la Asociación Mexicana de Editores de Periódicos (AME), como un aplauso a su loable labor de “garantizar el ejercicio de la libertad de expresión”; lo anterior causó indignación y repudió.
No solo hubo medios que se deslindaron del reconocimiento, sino que las críticas de medios nacionales e internacionales fueron devastadoras -como se atrevían los directivos de los medios de comunicación a premiar a un gobernante después de todos los acontecimientos de violencia y contención a la libre publicación- relataban los escritos publicados.
Es momento de que el gobierno retome el camino y se corrijan los errores cometidos; Gina tiene la capacidad para hacerlo y cauterizar lo que mal se ha hecho y es que no se concibe que una persona con su capacidad y trayectoria sea partidaria de acallar a los representantes de los medios de comunicación.

LA AMBICIÓN DESMEDIDA DE ERIKA AYALA

Erika Ayala, no tiene límites, no le ha bastado ser actualmente Secretaria General del PRI, Vocera del mismo, senadora suplente y secretaria general de uno de los sindicatos del COBAEV, sino que, ahora pretende quedarse con la posición que en breve dejará Elvia Ruiz Cesáreo como Secretaria Técnica del Consejo Político Estatal, para incorporarse al gabinete duartista.
Además ha ofrecido colocar a algunos aspirantes, como candidatos a alcaldes a cambio de cantidades, que se dice oscilan entre los 2 y 4 millones de pesos, y por si eso no fuera poco la priista acaba de recibir 250 plazas para el Cobaev que otorgará a familiares y colaboradores, en un total abuso de poder; además de ser, prácticamente la secretaria particular del Presidente Estatal del tricolor, Erick Lagos Hernández, debido a que, es ella, quien decide quienes pasan o no a su respectivo acuerdo con el líder estatal.