Por Raúl López Gómez
Columna: Cosmovisión
Voto decisión impostergable
2012-06-25 | 19:14:56
La gran fiesta electoral del próximo domingo, deberá estar enarbolando la importancia de la democracia por la gran derrota impuesta a la anarquía en el sistema político mexicano, gracias al poder del voto ciudadano.

Al derrotar por la vía democrática a los nostálgicos de la acracia, México se enfilará hacia un nuevo proyecto de nación, con más equilibrios en todos sentidos.

Sin adelantar vísperas, ni prefijar los colores del vencedor, para no particularizar un evento que nos convoca a todos, para un futuro común y compartido.

Las condiciones generales que impone la globalidad con sus múltiples crisis, como son el hambre, la sequía, la falta de agua para consumo humano, la dramática situación de las finanzas en la zona del Euro, la aparición de nuevas enfermedades cada año, las epidemias de la diabetes y la obesidad y como cereza del pastel las nuevas estrategias de la geopolítica global, que se refleja en la producción de básicos y medicinas entre otros retos para la paz.

Todo eso pone sobre la mesa llamada realidad, un temario insoslayable para una comunidad de ciento veinte millones de personas llamada México, a la que no podemos enfrentar, sin una buena ración de conciencia nacional y peor aún, carentes de toda solidaridad entre conciudadanos.

Hay en el futuro inmediato un gran reto común, con riesgo uniformemente compartido.

Mas también se tienen todas las capacidades y las cualidades para sacar adelante ese reto. Más serían insuficientes sin la concurrencia de la suficiente buena voluntad y la asunción de un futuro común, respetando los proyectos individuales de cada quién.

El inicio de ese ciclo de soluciones nacionales está en el camino y a menos de una semana de distancia en la línea del tiempo.

La democracia como cultura de la vida es el camino, la voluntad de construir un futuro común y compartido, con equilibrios, con justicia, con visión de desarrollo sustentable, pueden ser los principios básicos, de la solución total.

Hoy a pesar de que ya están cerradas las angustiadas y desgastante campañas políticas presidenciales en donde imperó el estilo propio en estas lides de la guerra sucia, las descalificaciones y el bajo nivel de discurso.

También el final de una época de pocas propuestas ante el reto de las grandes demandas nacionales y sobre todo las problemáticas que invaden a la desesperación de la gente que pide seguridad, salud y una pronta solución a los graves niveles de pobreza y miseria extrema.

El final a este ciclo se presenta y todos los analistas en los diversos medios locales nacionales e internacionales han puesto en el conocimiento de la gente las diversas percepciones de los candidatos presidenciales que ahora abundan en las supuestas posibilidades de lograr un triunfo electoral que tiene que ver con la intención de los fines de grupo y no con la nación.

Pero aunque los partidos políticos han quedado superados por los candidatos presidenciales, no hay duda de que la elección del próximo domingo tendrá un elevado nivel de disputa en las urnas a tal grado que todos esperan el triunfo de sus respectivos abanderados.

Ya se ha dicho hasta el cansancio de que en la democracia se gana y se pierde, por eso la gente en esta ocasión puede rebasar el grave problema del abstencionismo y por lo mismo se espera una elevada participación de la población en el ejercicio del voto, mismo que será razonado y con gran precisión ante los nuevos paradigmas que a jóvenes y adultos les ha tocado vivir en estos tiempos globales y muy convulsionados.

Los alquimistas

A juicio de los expertos en el análisis de la política en la elección de este domingo, se romperán los record de votación y por lo mismo podrá vencerse al fantasma del abstencionismo. Aquí algo simple y sencillo se cumple el cierre a un ciclo en el panismo para que entre dos opciones la del PRI y la del PRD, la gente tendrá que decidir el futuro del país en los próximos seis años.

Se trata de que los electores hoy en este país, pobres y ricos, así como de todos los niveles se estarán dando a la tarea de apostar por un candidato al que una supuesta mayoría y eso es lo que se espera, gane la elección para que se cumplan sueños y anhelos, añejas demandas de injusticia social y sobre todo de impunidad.

Son muchas las problemáticas, pero dos van de la mano, seguridad y pobreza. En estas vertientes es en donde los ciudadanos buscarán y lucharán por darle a uno de los cuatro aspirantes presidenciales la posibilidad de asumir un gobierno que produzca un verdadero cambio en las instituciones en donde existe una enorme brecha entre los salarios mínimos de un trabajador común al de los grandes sueldos y prestaciones de los funcionarios públicos.

El nivel de la impunidad en el país, de ninguna manera de compara a los sueldos de los funcionarios de los tres poderes del gobierno federal. Todos rayan en la esquizofrenia delirante de la ambición material y económica en donde de los partidos políticos emergen siempre los mismos para seguir enquistados en las nóminas públicas.

La gente quiere un cambio en el destino de las actuales y futuras generaciones, los jóvenes demandan oportunidades de educación superior y de empleo; las familias requieren de educación, salud y bienestar social. Los ricos seguridad en vidas y bienes.

Mucha gente desesperada ante la inseguridad ha tenido que abandonar el país y apostar a la migración como solución a los problemas que desde hace varios años se padecen en forma general. Se trata de la pobreza en algunos casos y en otros la inseguridad la que orilla a que muchas familias queden divididas por la problemática que tiene en este momento polarizada a la nación.
Ahora se trata de un momento determinante. Todos los que ahora más que nunca creen en la democracia saldrán a emitir el sufragio el próximo domingo, en donde que quede claro no caben las posibilidades de fraude electoral a pesar de todas las maniobras de unos y otros para intentar convencer de última hora a los ciudadanos.

Aquí no existe ninguna posibilidad de que la voluntad de las grandes mayorías se fracture o se dilapide, porque el organismo electoral está formado por ciudadanos y los mismos estarán garantizando la legalidad y transparencia del proceso.

Por eso, los esfuerzos de los clásicos alquimistas que utilizan los fondos públicos de los programas oficiales para medrar y tratar de corromper a la gente, no tienen ninguna posibilidad de cambiar el rumbo de la elección.

No hay que olvidar y hay que tener presente que en está ocasión con mucha sangre de miles de víctimas inocentes se estarán cruzando los nombres de los aspirantes presidenciales de las boletas electorales y esto además de convertirse en un acto sublime y de honor, para muchos será un acto de fe en el anhelo de un cambio indispensable, necesario e impostergable: gane quien gane.

Ya no importa si se trata del voto de castigo, del voto del miedo, del voto diferenciado o del voto de los indecisos, simplemente hay emitir un sufragio que en este momento se convierte en una norma de vida en donde la democracia puede escribir nuevos horizontes para cambiar el semblante de la gente que está indignada, molesta y agotada de los mismos discursos de los políticos. No hay vuelta de hoja, quién obtenga la victoria electoral para la presidencia, también gana la rifa del tigre. Al tiempo. Así las cosas.










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