La despedida del colega periodista, compadre y amigo Marco Polo Villanueva Cuenca, fue un gran ejemplo de la solidaridad existente, imperante y manifiesta del gremio de la comunicación y la prensa en la entidad veracruzana.
En primer término asisten los periodistas compañeros y amigos de todo el estado de Veracruz de Marco Polo. Los porteños y los jalapeños, unidos como nunca. Todos congregados y de pie en el centro del velatorio la Luz para dar la despedida al amigo y compañero de toda la vida. Reportero de mil batallas y que nunca dejó la pluma a pesar de la diabetes. Hasta el último momento de su existencia escribió su leída y gustada columna Surtido Rico, que cotidianamente se publicó los fines de semana en el periódico Imagen.
Su rostro sereno y como siempre elegantemente ataviado de un traje azul, portando sus plumas y sus lentes de sol, característicos siempre de Marco Polo Villanueva.
Había dejado la televisión en la corresponsalía de Televisa en Xalapa, la que representó por más de 20 años. Luego organizó concienzuda y pacientemente la conformación de su empresa propia para la producción de programas televisivos, que recientemente había ya puesto en marcha después de varios años de planeación estratégica.
A pesar de los infortunios de la vida, nunca dejó de luchar y como un gladiador de la comunicación se impuso por más de diez años a la enfermedad que le aquejó y a todos los imponderantes en donde nunca se amilanó y valiente siempre siguió adelante escribiendo su columna, en donde daba cuenta de los aspectos más sobresalientes de la actividad política nacional, estatal y local semana a semana.
Sus comentarios cariñosos y atentos llenos de gratitud para su amigo el maestro José Pablo Robles Martínez, quién le abre las puertas del periódico Imagen de Veracruz y de la Agencia de noticias para la publicación de su interesante columna “Surtido Rico”, que precisamente nace en estos medios como una idea original de Marco Polo en exclusividad.
Un número impresionante de sus colegas y compañeros de toda la vida hacen presencia en el último adiós a quien se ganó aprecio, estimación y respeto de hombres y mujeres de la prensa veracruzana, que hacen un largo viaje para estar en su despedida.
La voz de uno de los más experimentados maestros del periodismo en estos lares, y ex director de la Facultad de Comunicación de la Universidad Veracruzana, Ignacio Oropeza López, comenta: “estoy emocionado nunca había vivido un momento como este y algo pocas veces visto en estas tierras por el número impresionante de periodistas que asisten a despedir a Marco Polo Villanueva”. Asombrado dice vino toda la prensa xalapeña y la de Veracruz.
Presentes entre otros: Jorge Faibre, Guillermo Wong, Araceli Baizabal, Rogerio Pano, Martha Elvia Villegas, Carlos de Jesús Rodríguez, Gerardo Macias, Oscar Pedro Reyes, Ricardo Homs, Héctor Yunes, Gustavo Cadena, Gaudencio García Rivera, Antonio Marín, Ezequiel Jaimes, Beto “Gato”, Víctor Elvira, Emilio Cuevas y Lorenzo Reyes Mar, y muchos colegas más.
Acude el padre Pedro Segura, a oficiar dos misas de cuerpo presente por la noche y por la mañana temprano. El mensaje profundo del presbítero alienta y reconforta por la vida dedicada al periodismo de Marco Polo, siempre atento a servir con pasión y devoción a los demás y que con su acción de formar opinión entre la gente.
Los colegas reunidos al frente de pie ante su féretro para estar junto a quien siempre se distinguió por ser un hombre elegante, de un caminar de firmeza en cada paso que servía para esbozar una sonrisa a mucha gente que le conocía y le saludaba y que conocía por nombre.
Todos los días salía por la mañana a comprar los diarios, era un afanoso lector de periódicos. Habito que nunca dejó y que le permitía consensuar la información para su columna política.
Marco Polo, fue amigo de todos y nunca tuvo diferencias con nadie. Su estilo periodístico agudo, visionario y certero, nunca lo utilizó para hacer daño a nadie, sino simplemente daba cuenta del comentario y de la nota político que como un especialista diseccionaba para ver otros aspectos de la información que sólo por su fina mirada podía emitir un juicio, comentario o minucioso análisis de ciertos temas de actualidad.
Aplicó la metáfora como nadie, a veces narraba con su fina ironía y doble sentido y hasta en ocasiones para aderezar con su buen humor hasta evocaba algún chascarrillo, dando una lectura animada y alegre a su columna “Surtido Rico”. Hasta pronto Marco Polo, descansa en paz y que se cuiden en el cielo, nada, ni nadie a partir de ahora escapará a tu pluma. Así las cosas.