Aun no inician las campañas políticas para el proceso electoral de renovación de la gubernatura en el estado de Veracruz y ya se percibe el enrarecimiento del clima político como consecuencia del divisionismo en los partidos políticos, principalmente en el PAN, PRD, PT y Convergencia a tal grado que en estos institutos políticos ya se tienen algunos años en esta entidad, actuando con problemas serios al interior de sus militancias y sus dirigencias.
Por eso no extraña ahora la repentina aparición del ex dirigente nacional panista, Manuel Espino, para venir a echar lodo a la precandidatura de Miguel Yunes Linares y ya de paso criticar al presidente Felipe Calderón y al dirigente nacional del PAN, Cesar Nava.
Los desencuentros en el PAN desde la cúpula nacional no son nuevos y el divisionismo en el estado de Veracruz, permanece ya desde hace varios años.
La guerra mediática se entonces al interior de los partidos políticos, en donde el PRI esta por pasar su prueba de fuego y con eso superar los conflictos que están vigentes en otros partidos.
Por eso, es que se dará en el priismo veracruzano, Javier Duarte nombrado como candidato del PRI, y en el caso de Héctor Yunes, esperar su pronunciamiento en las próximas horas.
En ese sentido la dirigente nacional, Beatriz Paredes y el propio gobernador Fidel Herrera Beltrán, tiene afuera las manos de un proceso en donde estará por venir una disputa natural y en donde se ejerce un camino democrático con la finalidad de evitar las rupturas que existen en otros partidos políticos.
La situación en otros partidos como el PAN, en donde se complica la postulación de Miguen Angel Yunes, como consecuencia del divisionismo interno y los enfrentamientos entre grupos en donde el ex presidente Vicente Fox, no escapa al meter sus manos vía Manuel Espino en un proceso interno y en el PRD, también no hay acuerdo y la dirigencia estatal la manipula desde hace más de una década, el ahora senador Arturo Hervís, encargado de buscar candidatos externos como si se tratará se buscar el mejor postor.
En el caso del Partido Convergencia de Dante Delgado, la militancia prácticamente lo dejó sólo con su comité estatal que preside el ingeniero, Adrián Avila, ex panista víctima de los conflictos del panismo desde los tiempos de Alejandro Vázquez Cuevas, y con esa escuela, ya desintegró al Partido Convergencia, provocando espantosa desbandada en donde hasta el diputado local convergente, Sergio Vaca Betancourt, emigra como consecuencia de que le han dejado fuera de una aspiración legitima de ser candidato a la presidencia municipal de Veracruz y ahora parece ser que lo será por el PAN por considerarse posicionado con alguna posibilidad de vencer a la priista Carolina Gudiño, que es la más posicionada.
En el Partido del Trabajo, desde los tiempos de Ezequiel Flores que prácticamente derrocado del cargo que ostentó durante muchos año, ahora esta operado por el un encargado del despacho, toda vez que entre los petistas veracruzanos no hay acuerdos y menos entendimiento.
Este partido manejado desde siempre por Alberto Anaya, parece que seguirá a la baja y no tiene mucho futuro sin los acuerdos de las alianzas como única forma de poder lograr algo en los procesos que se dan en varias entidades federativas en el presente año.
Ojala y el clima de conflictos en los partidos políticos en la entidad veracruzana se logre armonizar y llegue la paz, porque al paso que van se van a dar hasta con la cubeta en aras de los conflictos internos, que por lógica no logran reconocer y pretenden demostrar que hay fortaleza, cuando lo que se ve es debilidad como consecuencia de la división y la falta de respeto a sus militantes. Las desbandadas ya se dieron y muchos de estos partidos están obligados a la operación cicatriz para una sana participación política electoral, aunque sin muchas esperanzas y posibilidades de triunfo. Así las cosas.