Por Raúl López Gómez
Columna: Agustín Lara: Por Siempre
Agustín Lara: Por Siempre
2019-09-29 | 11:11:03

El Foro Boca se vistió de gala la noche del viernes, para recordar al músico-poeta veracruzano de origen, y que sus canciones ahora universales, porque se conocen en todo el mundo.


El inicio a las ocho de la noche, la emoción de las parejas de antaño, que se enamoraron con las canciones de Lara, llegaron por su propio pie, otros en sillas de ruedas, pero imposible perder la oportunidad de recordar el máximo repertorio Larista.


Precios accesibles, a un lugar que para el tenor Mauro Calderón, también de origen veracruzano, dice que la ciudad y el Foro Boca a la altura de las más importantes ciudades del mundo,


“Me doy cuenta del avance de una ciudad como Boca del Río, pujante, de gran desarrollo y avance que además tiene el Foro Boca, un escenario de los más importantes en el país, y que ya tiene también de nombre internacional, dice en la entrevista exclusiva, lograda gracias, a su tío el doctor Francisco Blanco Calderón, amigo y maestro que hizo el enlace con el tenor.


De pronto, las parejas que caminan lento van llegando a la cita, con el brillo en los ojos de la emoción de aquellos años, y que en este concierto serían recordados aquellos tiempos del pasado.


En la entrada, un señor por la emoción dejó su tarjeta de crédito olvidada, y se le preguntó a la encargada de la ventanilla de boletos, “oiga el señor que paso antes de nosotros olvidó su tarjeta bancaria, se la vamos a entregar, a donde se localiza su asiento. responde en luneta.Allá fuimos sonrientes a buscarlo y entregársela, aquel hombre que pensaba ya en las canciones de Lara, no daba cuenta de la acción.


“Oiga, olvido usted su tarjeta de crédito, vamos a ayudarle a que evite muchas vueltas en la reposición, aquí la tiene”.


El hombre salió de su mundo de Lara, se puso de pie y dio un abrazo con unas palabras de agradecimiento.


Antes de la tercera llamada, el Teatro del Foro Boca, casi lleno total, desde las primeras filas y los palcos, casi todo el público de gente mayor. Pero también los abuelos y abuelas con los nietos que siguen la tradición de escuchar y cantar ahora las canciones de sus padres ya abuelos, que no pasan de moda, y que hasta se hicieron famosas con los cantantes mexicanos de boleros. que hasta las pusieron de moda de nuevo.


El tenor Mauro Calderón, joven y sencillo se preparaba para el concierto y antes concedela entrevista, gracias a la tarea de relaciones públicas del doctor Francisco Blanco Calderón, emérito catedrático de la Facultad de Comunicación de la UV, “estoy orgullo de mi tío, lo admiro porque es una buena persona y una buena pluma, lo quiero mucho, expresó feliz de estar en la tierra de su familia paterna.


Ya con la tercera llamada, se escuchan los suspiros en un silencio total, la Orquesta Filarmónica de Boca del Río, bajo la batuta del director invitado don Jorge Arturo Castillo, se da inicio con un popurrí de los Danzones de Lara.


Las miradas perdidas de muchos de los asistentes, a los sueños recordados, suspiros y las palabras despacito entre unos y otros: “te la sabes”. La gente cantando al ritmo del tenor Mauro Calderón, dueño de una voz potente, de forma natural evoca las canciones de Agustín Lara, ni se le ve esfuerzo, sólo se deja llevar de igual forma por la pasión de las letras que de poesía se hicieron canciones universales,


El público cantó casi todo el concierto, muchos despacito, cerca del oído de la pareja, otros emocionados a cada canción aplaudían de pie.


Al inicio desde el público, alguien grito: “No se oye”, de inmediato las señas del tenor para que se subiera el sonido, quizás un poco más de lo normal el momento lo reclama, la música de Lara, se debe escuchar hasta que penetre el alma.


Al momento de que le subieron el volumen al sonido del tenor Mauro Calderón, de inmediato la gente aplaudió emotiva, no querían dejar de escuchar una sola nota del concierto que hizo los hizo vibrar, recordar, soñar y hasta llorar de emoción, por aquello de la retrospectiva y echar la mirada a unas cuantas décadas atrás en que se escuchaba, mujer, mujer divina tienes el veneno que fascina en tu mirar.


Mujer, alabastrina, eres vibración de sonatina pasional. Tienes el perfume de un naranjo en flor. El altivo porte de la majestad. Sabes de los filtros que hay en el amor, tienes el hechizo de la liviandad,


La divina magia del atardecer, y la maravilla de la inspiración, tienes en el ritmo de tu ser todo el palpitar de una canción, eres la mujer de mi existir mujer.


La diferencia de aquella época en donde a la mujer se le cantaba como un tesoro preciado se le cantó con todo el amor y el respeto del mundo, en el ejemplo del maestro Agustín Lara. A la diferencia del ahora: “dame tu cosita”.


En aquellos tiempos jamás de pasar de la mano sudada y de nada que una probadita adelantada a la promesa de amor.


Luego, ya entonados el tenor en su programa con la Orquesta Filarmónica que vibró como nunca, siguió con: Señora Tentación, Piensa en Mí, Solamente una Vez, Talismán y Santa.


Oración Caribe, canción que la hizo famosa la veracruzana, Toña La Negra, y después Noche de Ronda.


Después del intermedio, se cantó la Calle de los Sueños de Mario Ruiz Armengol, y se centró el concierto con los pasos dobles, Novillero, Sultana, Silverio, y el Vals Príncipe.


Se cierra la noche entre los aplausos en cada canción a un concierto que se sintió muy corto, se pasó rápido el tiempo como un relámpago, todos olvidándose de los achaques, del presente y sólo recordar el pasado.


El cierre del concierto del Festival Agustín Lara Por Siempre con dos canciones de lujo inolvidables Madrid y Granada, en donde el tenor Mauro Calderón, se dejó seducir por el canto del público. Y para el gran final, el himno de toda una época: Veracruz.


Después del exitoso concierto de lujo en donde los jefes del hogar pagan lo que sea por disfrutar y olvidan sus dolencias para recordar aquellos otros dolores, los del corazón, sí los del amor que hacen vivir “Por Siempre al músico poeta Agustín Lara”, en el ayer, hoy y siempre.


La noche del viernes no huno quejas, dolores, presiones altas, dolores de piernas, ulceras, glucosa elevada. Cero enfermedades, la noche ayudó a olvidar las penas, las dolencias y hasta al jefe de la casa, nada de gritos y menos de aquello de que “me estas oyendo inútil” y volver a ser por una horas el Príncipe, gracias a las canciones de Agustín Lara. Así las cosas.

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