Desde los tiempos de los presidentes Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría era un privilegio periodístico escribir una columna política. Un valioso espacio informativo que captaba de manera especial la atención de los funcionarios, legisladores y cualquier servidor público de relativa importancia.

Eran aquellos años donde los medios impresos tenían una mayor relevancia a los audiovisuales. La importancia de la permanencia escrita provocaba comentarios y especulaciones que tenían durante el día que se publicaban.

Tiempos donde la figura presidencial era intocable.

En esta nueva época, los articulistas de periódicos de supuesta circulación nacional para hacerse notar critican al presidente López Obrador, esperando que éste les hable o exija el derecho de réplica. Si bien es cierto, el tabasqueño es una persona que le gusta estar bien informado y que está acostumbrado a la tradicional lectura informativa sobre el acontecer nacional.

Se entiende que ahora se trata en un buen número de casos del exhibicionismo de los columnistas. Cuando vemos el cotidiano espacio diario de periodistas como Leo Zuckermann, Pablo Hiriart, Enrique Aranda y tantos otros que lo critican de manera rutinaria, donde aseguran que no hay narrativa porque no hay un proyecto ideológico.

La política está por encima de la economía. Articulistas que actúan en un buen número de casos como sabelotodo y todólogos.

Es un egoísmo informativo donde se presume de independencia y autonomía en su quehacer informativo. Buscan el renombre noticioso al intentar incomodar al Jefe de la Nación. Si bien son escritos y crónicas subjetivas que permiten hacer todo tipo de suposiciones, sin la contundencia de los hechos objetivos que exige ejercer este oficio, el cual no existe por la falta de resultados concretos.

Si bien a nivel nacional, el columnismo político medio se tolera, pero a nivel estatal se exagera. Se olvida que existen otras formas más auténticas sobre el quehacer reporteril como la nota, el reportaje, el artículo y sobre todo el periodismo de investigación donde se demuestra realmente el profesionalismo sobre el conocimiento y experiencia de este oficio.

Las renovadas críticas al gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García se hacen a partir de noticias sin fuente, argumentos sin peso específico o especulaciones que son productos de relaciones causales, pero en el fondo no hay verdades absolutas. Es una falta de visión en esta compleja tarea de informar.

Medios y periodistas que viven en su tradicional torre de marfil.

Justo reconocer al presidente López Obrador que su fuente de sabiduría sobre la realidad de México, la concentra en la opinión que recaba todos los fines de semana del pueblo, viajando a los diferentes estados de la República Mexicana.

Es el único funcionario que ha recorrido varias veces todos los municipios del país. Aquellos servidores públicos que permanecían encerrados en sus oficinas o en cubículos universitarios leyendo libros tratando de obtener el conocimiento de lo que el pueblo requiere y exige, cuando no se ha recorrido palmo a palmo todo el territorio nacional  y no se tiene el trato directo con el ciudadano al que se le sirve, por lo tanto, son funcionarios que están ajenos a la realidad.

Con el inicio de los procesos judiciales en contra de exservidores públicos como el caso de Rosario Robles, puso a temblar a varios exsecretarios de estado de la pasada administración estatal panista. Estrategia política utilizada oportunamente por las autoridades locales para desviar la atención cuando la crítica noticiosa se enfoca sobre los que ejercen el poder.

Es el momento adecuado para la revancha periodística celosamente guardada.