Por Maquiavelo
Columna: Se dice
Se estrecha el cerco en contra de Yunes
2019-04-15 | 07:54:17

Cuando todos los miembros de la clase política se imaginaban que el presidente López Obrador en cuanto tomara posesión buscaría al exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares para cobrarle por la vía legal la serie de desatinadas ofensas personales, así como las burlas difamantes que hacia el entonces ejecutivo estatal panista al candidato morenista triunfador Cuitláhuac García.


Tuvieron que pasar más de cinco meses, para que surgiera los primeros avisos de lo que se venía al político choleño, quien había soñado perpetuarse en el poder del Estado de Veracruz. Por lo pronto el choleño se estableció en algún lugar de los Estados Unidos, según versión de gente cercana.


El tabasqueño es diferente, es mayor su munificencia con los amigos que la magnanimidad con los enemigos. Es el caso de un singular vencedor que renuncia a la venganza sobre el vencido.


Desquitarse de un agravio particular es ponerse al nivel de sus enemigos políticos…perdonársela lo hace superior a ellos.


Si bien el mandatario mexicano prefiere el olvido y la paz, las circunstancias judiciales lo obligan a que no haya impunidad y es una constante exigencia del pueblo veracruzano al que esta obligado a acatar.


Como cascada se vienen las denuncias en contra del exgobernador azul por su cuestionada e insustancial gestión como ejecutivo estatal, pero es precisamente en la ciudad de México, en la recién creada Fiscalía General de la República, donde un funcionario duartista, que él encarceló, quien se presentó con un trabuco de abogados de México y de Xalapa, con los documentos rescatados de una empleada del exsecretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, quien le había ordenado que los quemara para desaparecer cualquier evidencia, pero ella al ver la importancia jurídica y la trascendencia que contenían dichos papeles, los vendió por un millón de pesos.


Puso fin a la complicidad e impunidad oficial de varios sexenios.


El problema individual de Miguel Yunes, es su especial facultad para aglomerar adversarios de todo tipo, circunstancia electoral que fue el principal motivo, de que tanto irritados priístas, como recalcitrantes panistas, bloquearan la continuación de la dinastía yunista. Algo que él fue sembrando a lo largo de su fructífera e inteligente vida política y ahora cosecha sólo la parte más negativa.


Queda en el recuerdo el joven político que prometía un gran futuro al final de la administración del gobernador Hernández Ochoa, en contraste a la publicitada foto del desgastado funcionario por la aplastante derrota del pasado primero de julio.


Lo que darían los últimos exgobernadores porque ya no se hablara de ellos, que pasaran desapercibidos como Antonio M. Quirazco o como la reconocida imagen del creador del moderno Veracruz de Dante Delgado Rannauro.


El brutal contraste de la realidad entre el ejecutivo estatal que también estuvo en la cárcel con el actual recluso de Javier Duarte de Ochoa. Lo coherente de uno en relación de lo ilógico del otro. Los dos fueron jóvenes que tuvieron el poder y el dinero que son los factores políticos que se convierten en una conspiración permanente.


Cuando se tiene la posibilidad de tener el poder es cuando se demuestra la persona tal como es.


El cambio político en el Estado de Veracruz se observa con lo que está ocurriendo al desmoronarse el PAN y el PRI, en el proceso de renovación de los comités estatales, donde los interesados pleitos internos agilizan y precipitan su inminente desaparición.

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