Durante por lo menos 22 años, cuando se creó el Fideicomiso para los Jubilados de Ferrocarriles Nacional al ser extinguida esta empresa, Víctor Flores Morales lo ha manejado a su antojo, como un negocio personal y de cacicazgo puro, estando también al frente del sindicato de trabajadores ferrocarrileros que dirige desde 1995, es decir hace 24 años.

La cuantiosa fortuna que el dirigente ha acumulado al amparo de dicho gremio y del que no se ha retirado a pesar de las sendas denuncias de trabajadores de distintas secciones del país, es incalculable. Mucho de este recurso lo ha obtenido gracias a los jugosos dividendos que le dejó la liquidación de Ferronales. Este sábado la secretaría de Hacienda anunció un primer coscorrón a ese sindicato que en nada gustó a su líder, al cancelar un millonario subsidio administrativo para dicho fideicomiso.

En 1995 se creó el organismo que administraría las liquidaciones y jubilaciones de los agremiados retirados de la empresa de gobierno, pero para Flores Morales ha sido su generador permanente de riqueza. Con múltiples y constantes quejas de sus representados.

En mayo del año pasado trabajadores ferrocarrileros denunciaron a Víctor Flores por retenerles el pago de bonos desde 2014. El líder regional Benito Bueno también acusó a Flores de adueñarse del fideicomiso de jubilados. Algo que ha sido la constante durante años pero que nadie los ha escuchado.

En noviembre de 2016, ferrocarrileros jubilados denunciaron que había opacidad en el manejo de las partidas que asignaba la Secretaría de Hacienda a la empresa en liquidación Ferrocarriles Nacionales.

Se trata de fondos que supuestamente son para el pago de jubilaciones, pero no hay cuentas claras ni informes respecto de su manejo.

Y es que estos se entregan directamente al sindicato, que Flores maneja como su empresa particular. Tiene además, con esos recursos, patrocinio y manejo de grupos boxísticos que operan ese deporte en México, escuelas y torneos nacionales e internacionales de fisiculturismo, futbol a través de los Tiburones Rojos del Veracruz de quien se llegó a decir mantenía una sociedad con Fidel Kuri, y se afirma que hasta motociclismo de aventura, presuntamente grupo de choque que utiliza para cualquier eventualidad.

DESDE ZEDILLO

La extinta empresa estatal Ferrocarriles Nacionales de México fue privatizada después de la reforma que permitió abrir ese sector al capital privado, en 1995, durante el gobierno del ex presidente Ernesto Zedillo.

El 19 de diciembre de 1997 fue constituido en Nacional Financiera el fideicomiso FerronalesJub 5012-6, con una aportación inicial de 13 mil 529.75 millones de pesos.

La finalidad de ese instrumento fue y es, en teoría, garantizar el pago de las pensiones de esos trabajadores jubilados. Según los registros hasta el año pasado había 27 mil 700 retirados.

PRIMER GOLPE DE AMLO

En el comunicado emitido este sábado por la SHCP y el SAE se puntualiza que los 18 millones que ya no serán aportados a dicho fideicomiso corresponden a los gastos de administración.

La eliminación de esos gastos no afecta el presupuesto destinado para el pago de la pensión jubilatoria de los trabajadores ferrocarrileros, asegura el texto. Es decir, solo para el manejo exclusivo de los recursos se derogaba esa cantidad. Pagaba el gobierno pues, 18 millones de pesos a Víctor Flores por administrar sus propios recursos que corresponden al pago de los jubilados, que asegura el gobierno, ese no es tocado.

En el pasado Carnaval de Veracruz el ego del líder Flores llegó a su manifestación máxima de personalidad dislocada al presentar el carro alegórico del sindicato que encabeza con su nombre al frente rotulado con gigantescas letras.

Es decir más que anunciar que se trataba de la unidad del STFRM era más bien alusivo a su persona. “Víctor Flores Morales” se lleyó en el carro del gremio, y abajo con letras diminutas “sindicato ferrocarrilero” y que paseó por cinco ocasiones durante las fiestas a lo largo de cuatro kilómetros cada recorrido.

Y por si fuera poco su relección hasta el 2024 seguirá siendo una gestión de corrupción y de acumulamiento de riqueza, un monumento al despilfarro muy ajeno, se podría decir, más que lejano, a la austeridad republicana de Amlo.

El Rey midas pues, en sentido contrario.