En la campaña al Senado por Veracruz los discursos alcanzaron su mayor punto de ebullición cuando los dos candidatos con mayor posibilidades se enfrascaron en una serie de ataques y sacaron sus trapitos al sol. El que recibiría la peor parte ambos representantes de Morena y el PAN, sería al del partido albiazul, Julen Rementería del Puerto.

Y es que la abanderada al Senado de la República por la coalición “Juntos Haremos Historia” (Morena-PT-PES), Rocío Nahle García, en uno de los debates en el mes de junio durante el periodo de proselitismo, acusó directamente a su contrincante panista Julen Rementería “de cometer actos de corrupción al otorgarle contratos al presidente estatal del PAN, José de Jesús Mancha Alarcón, durante su paso por la SIOP. Eso es corrupción y eso es lo que no queremos”, dijo.

Durante la contienda con documentos en la mano, Nahle cimbró la campaña de los azules, y obviamente el golpe fue mal calculado por los Yunes a quienes también salpicó el tema: “ La empresa Izal Inmobiliaria SA de CV, supuestamente propiedad del dirigente estatal del PAN José de Jesús Mancha  ha recibido contratos millonarios por parte de la administración estatal vía Julen Rementería, incluso sin licitación de por medio”.

Y es que,  trascendió después que la filtración de dichos temas salieron incluso del propio gobierno estatal donde Julen se desempeñó como secretario de Infraestructura, para mermarlo en su crecimiento dentro del partido.

El asunto llegaría posteriormente a la Cámara de Diputados donde la ahora secretaria de Energía pidió un punto de acuerdo, y se logró sacar, para investigar a fondo estos hechos de corrupción. No obstante, y curiosamente, nada procedió. Es más el silencio reinó.

Antes de iniciar la administración de Andrés Manuel López Obrador el 1 de diciembre, y de que Rocío Nahle asumiera el cargo de secretaria de Energía, apenas unos días antes, una reunión secreta se dio entre el propio Julen Rementería y un amigo y quien se tendió como “puente” entre morenista y el panista, se trata del presidente de la Comisión de Infraestructura de la Cámara Baja, el diputado federal por Veracruz puerto, Ricardo Exsome Zapata.

Desde entonces, parece que las asperezas quedaron “limadas” y más que eso, el asunto de corrupción que tanto pregonó Nahle contra Julen en campaña quedó encarpetado, el legislador federal habría sido planchado.

Y esto se relaciona a raíz de que a más de uno le llamó la atención que como un verdadero guardaespaldas de su coordinador de la bancada de senadores del PAN, Mauricio Kuri González, senador por Querétaro y quien llevó la voz cantante de la bancada de Acción Nacional en el tema de la Guardia Nacional, el veracruzano Julen Rementería apareció atrás de éste durante el posicionamiento de su bloque confirmando que efectivamente era el enlace con los panistas.

Por cierto que la Guardia fue votada en forma unánime, no solo por los bloques legislativos de todos los partidos, y en el caso del PAN, el principal y acérrimo opositor a diversos capítulos de la aprobación de las enmiendas a dicha Ley, pero lo que pocos saben que fue precisamente Julen, el principal negociador, el puente que cabildeó con los de Morena y Ricardo Monreal.

El ex alcalde porteño y ex funcionario con Yunes Linares debía una, y una grande, que no vio mejor oportunidad para saldar ese pendientito que ser quien moviera a la fracción para que la aprobación de la Guardia Nacional se diera por unanimidad.

De aquella reunión antes del 1 de diciembre pudieron surgir muchas cosas. Tanto Julen como Exsome saben el fondo de la olla, lo que si queda claro son dos cosas.

No habrá castigo para lo que tanto exigió Nahle se investigara incluso ante la Auditoría Superior de la Federación pues los contratos de obra para Mancha fueron con recursos federales, ni  se conocerá cuáles fueron los términos a los que llegaron.

Así es la política, y así son los grandes acuerdos, por encima de los daños que se cometan en contra del pueblo veracruzano y mexicano.