Si la soberbia fuera partido político ya tendría la mayoría absoluta en el Congreso Local, y si sus desplantes y reflejos fueran acciones tangibles, ya estarían concretadas iniciativas, acuerdos y decisiones emanadas desde el mismo sin necesidad de fraccionar, porque la insolencia política que se vive en el mismo estaría ejecutando todo por decreto.
Lo mismo se equivocan quienes dicen ser mayoría, quienes aseguran tener la verdad dentro del seno legislativo, y quienes por arrogancia y altanería que enferma al ser humano, se recargan en ella para exponer sus propuestas que aseguran son las mejores, que quienes apenas incursionan desde la novatez en un cargo de elección popular y acusan ser amenazados y perseguidos para que votaran en contra del Fiscal General, Jorge Winckler Ortiz.
El hecho es que a todos, ya sea Morena, -salvo honrosas excepciones- PAN, PRI y PRD, les invade la ambición, pero sobre todo, la soberbia, esa jactancia de creer que llegaron al cargo, principalmente los morenistas, por “bonitos” porque el pueblo los quiere mucho y porque son la calidad de políticos que Veracruz y México requieren.
Ninguno parece darle crédito a un eje rector de la transformación democrática, del motor que movió a todo el pueblo a las urnas, y por el único personaje que los llevó al triunfo que se llama Andrés Manuel López Obrador. En el momento que les caiga el veinte en ese sentido, entonces las cosas tomarán otro sentido.
En tanto además del partido de la Soberbia que hoy invade al Congreso Local dentro y fuera del mismo, también se han evidenciado los traidores. Los que juraron estar con los principios de Morena y el deseo de cambiar “muchas cosas”.
Pero de esos ya han saltado los primeros. El dirigente del Partido Encuentro Social en Veracruz, PES, Gonzalo Guízar Valladares, que a pesar de que ese instituto político jugó alianza con Morena y el PT, para ganar la gubernatura, el Congreso y la Presidencia, además de que por ello se encuentra ostentando una curul en la Legislatura, es el señalado como el principal operador en favor del PAN y los Yunistas.
Solo basta conocer los intereses que lo mueven. Tiene, según las versiones, a su hermano trabajando en la Fiscalía pero también tiene a su amigo Fernando Perera Escamilla como jefe de departamento de la Oficialía Mayor del Congreso del Estado y al ex jefe de prensa del PES, Jorge Rizzo como asesor de la SIOP.
Por ello nunca podría votar en contra de la salida del Fiscal y menos que se le descubriera el pastel una vez que entrara el sustituto. Pero además la relación de Guízar con éste demuestra el compromiso con el Yunismo.
Como recientemente lo definieron en las páginas de IMAGEN de Veracruz al diputado plurinominal Gonzalo Guízar, su carrera política siempre ha estado al servicio del mejor postor.
Y así ha sido por los siglos de los siglos.?Se agrega como tal, que este ex priista y ex panista se ha conducido sin principios e ideales. Baja de uno y sube a otro, pero siempre sacando raja política.
Esta vez no es la excepción y es sin duda lo que lo ha movido a dejar los ideales del morenismo para sumarse a los de la derecha. Y Encuentro Social más identificado por la izquierda de un brinco dejó de serlo para sumarse a los ideales derechistas y yunistas.
Ese es Guízar Valladares, camaleón y al mejor postor.
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