La falta de conocimiento y de experiencia en la Cámara de Diputados locales se volvió hacer presente en el caso de la expulsión del fiscal general Jorge Winckler, donde tanto el coordinador de la bancada Javier Gómez Cazarín como el presidente del Congreso local, el fidelista de corazón Juan Manuel Pozos, demostraron su novatez e ignorancia del quehacer legislativo.

Lo grave es que el presidente López Obrador esta bien informado de este penosa situación y le dio instrucciones precisas al gobernador Cuitláhuac García para que el caso de Winckler Ortiz fuera operado en la ciudad de México con la intervención de la secretaria de Gobernación Olga Sánchez y director jurídico de la Presidencia Julio Scherer.

Ya se realizó este semana la reunión y se están tomando las medidas pertinentes, no es desconocido para nadie cuando interviene el gobierno federal no existe un sólo caso en la historia política del país que no se llegue a un arreglo.

Los diputados que son una vergüenza por su deslealtad y traición convertidos en los judas locales son el plurinominal Gonzalo Guízar Valladares y Juan Carlos Molina, ambos con serios antecedentes que pueden salir a flote con su reconocida falsedad de principios partidistas.

Es una exigencia nacional del partido Morena que se realicen cambios tanto en el gobierno estatal como en el congreso del estado, por el grave daño en la intención del debilitamiento partidista que han provocado por la novatez mostrada y comprobada en los últimos eventos.

Se perdieron 10 mil empleos

Las maquiladoras establecidas en la ciudad fronteriza de Matamoros,que no aceptaron el elevado incremento de salarios mínimos, habían tomado la decisión de trasladarse a Veracruz, buscando las ventajas de la existencia de un puerto en ampliación para los movimientos masivos de exportación de las toneladas de mercancías que elaboran.

La primera empresa maquiladora que permitiría una permanente fuente de trabajo, colocaría más de tres mil empleos y al poco tiempo otras dos trasnacionales se unieron al proyecto veracruzano, lo que representaba en un arranque de operaciones de más diez mil obreros calificados y empleados administrativos que iban a ser contratados.

El argumento de la imparable inseguridad y ola de violencia no afectó en un principio la decisión patronal, pero se pusieron a investigar y vieron que era la entidad que tenía el mayor número de sindicatos y que los corruptos líderes no eran personas con las que se podía establecer una buena relación obrero-patronal.

La otra advertencia con la que finiquitó el deseo de venir a Veracruz fue la ganada fama de los jarochitos de ser flojos y grillos.

Mandaron a algunos ejecutivos para explorar el puerto de Veracruz y les confirmaron que un buen número de empresarios se pasaban las horas en el Café de la Parroquia, hasta bien avanzada la mañana.

La conclusión a la que llegaron los activos ejecutivos norteños, si esto pasa con los propietarios del sur del país… como serán los que laboran si el jefe no se presenta temprano, quien estará pendiente de sus negocios…