Por Raúl López Gómez
Columna: Paz y tranquilidad en el país
Paz y tranquilidad en el país
2018-07-06 | 16:51:01

Las aguas recobran su nivel y cesa poco a poco el alto grado de polarización que dejaron las ríspidas campañas políticas.


 


Hay que escuchar el mensaje de Andrés Manuel López Obrador, quién no recibe un cheque en blanco del respaldo de los mexicanos, sino un serio compromiso de encaminar la solución de añejas problemáticas sobre todo en materia de desigualdad social, corrupción, impunidad y seguridad.


 


El mensaje de inmediato fue secundado por Cuitláhuac García, como el ganador de la gubernatura del estado de Veracruz a una inercia natural del voto en masa para un cambio en el poder público.


 


Los que pretenden echar sal a una herida, no deben alimentar odio y rencor, como ha sostenido el gobernador electo de los veracruzanos, se trata de conjuntar esfuerzos y de llevar a los mejores personajes hombres y mujeres a su gabinete.


 


En igual forma, AMLO, va dando pasos firmes y seguros, de forma precisa a una nación que demanda soluciones a anejas problemáticas sociales.


 


En Tultepec, en una zona de pirotecnia una chispa originó una tragedia en el estado de México este jueves. Y así nacen los grandes problemas por esas chispas que no miden el peligro desde cualquier escenario.


 


Por eso, no hay que aprender algo importante de que las campañas políticas sigan, cuando el proceso electoral ya terminó.


 


Los medios de comunicación nacionales y de cada región del país, hacen su propio esfuerzo después de que desde diversas zonas de gobierno cerraron las llaves presupuestales y los medios, muchos viven en la inanición y otros ya cerraron sus puertas, solo trabajando en una presencia legitima mediática en las redes sociales del ciberespacio.


 


El modelo de persistencia y lucha del político tabasqueño lo llevó al triunfo, pero todos los que ahora se sienten y son parte de Morena, deben entender que el país requiere de un esfuerzo de todos y de que cada quien haga lo propio desde sus trincheras respectivas.


 


Los mensajes a la nación y al mundo son certeros, se están cerrando las heridas y nadie debe seguir respirando por las mismas.


 


El destacado político veracruzano, Ignacio Morales Lechuga, fue el primero en decir que el mensaje de López Obrador, de reconciliación y perdón, dio al país y al orbe un gran sentido de paz social y de tranquilidad en todos los órdenes para evitar el nerviosismo en las áreas del dinero y de las inversiones, que de inmediato se centraron en reconocer el triunfo de AMLO y a darle continuidad a un país en una nueva era y que busca sacudirse mucho lastre en las instituciones oficiales y en partidos políticos.


 


Salieron también después de Nacho Morales, a dar sus parabienes y buenos deseos a López Obrador, los ex presidentes Carlos Salinas, Vicente Fox y Felipe Calderón, lo que dio una grata sensación de respaldo y respeto a la vida democrática nacional y al destino fincado desde el voto de todos, pero más que nada de los sueños de presente y futuro de los jóvenes de este país. Aquí faltó Ernesto Zedillo.


 


El oportuno mensaje institucional y nacionalista del licenciado Ignacio Morales Lechuga, tuvo respuesta inmediata y los medios locales y nacionales refrendaron esa óptica aguda y catalizadora en un momento decisivo para el país de significar la apuesta a un nuevo México de instituciones que son el sólido pilar de una vida republicana respetable y respetada en el mundo, sobre todo desde las instancias electorales que siempre habían sido cuestionadas y ahora ya nadie criticó.


 


La democracia y el poder del pueblo se han hecho valer y ya no hay que estar viviendo en una guerra inexistente después de que acabaron los tiempos electorales más disputados de toda la historia.


 


La fortaleza de voluntad y lucha tenaz muy persistente de Andrés Manuel López Obrador, es aderezó de algunos ingredientes que fueron parte del hasta aquí, a los partidos políticos que se quedan en una reflexión profunda para corregir rumbo y enmendar errores. El ideal de un personaje como Nacho Morales dicho en tiempo y forma es el que han asumido las grandes mayorías de este país, seguir trabajando por México y las actuales y nuevas generaciones que con ilusiones y sueños son el verdadero relevo ya en unos años.


La nueva cultura de las generaciones actuales son muy claras, lucha en contra de la corrupción, respeto a los derechos humanos, a la vida, no a la violencia, respaldo a la legalidad, el fin de la impunidad, fin de la discriminación y una nueva visión de valores en defensa de la ecología y hasta de los animales que sufren del acoso humano despiadado.


Nuestros hijos y nietos, son los que reclaman un espacio de vida en común, y hasta la posibilidad de salir a caminar, andar en bicicleta, pasear a la mascota de la familia y asistir a mercados y supermercados sin temor de ser víctimas de la violencia.


Los nombramientos en el próximo gabinete presidencial de AMLO, muy bien reconocidos y recibidos en los momentos de alta tensión de los mercados económicos, como son el padre Alejandro Solalinde a la Comisión Nacional de los Derechos y Marcelo Ebrard a Relaciones Exteriores.


También, el doctor Carlos Ursúa Macías, futuro ministro de hacienda, habló con sapiencia, prudencia y consistencia en la entrevista en Televisa con Carlos Loret de Mola y hasta se calmaron los ánimos muy caldeados en torno a las promesas de campaña de AMLO.


La postura de respeto a su quehacer profesional y ético, del doctor Ursúa, sin duda dieron consistencia a los programas sociales con apego a los cánones de ahorro y viabilidad presupuestal sin recurrir al aumento de la deuda pública, como antes siempre se hizo, para entrar a una realidad indispensable y evitar caer en el derroche financiero que tanto agobia a los gobiernos en general. Así las cosas.   

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