Los alarmistas que son parte del chantajismo electoral del pasado, que se dicen de izquierda y comen con la derecha, por ser expertos ambidiestros, pretenden subirse a algo que aun no existe, cuando hay que llegar al domingo 1 de julio, para que se conozca el verdadero sentir de la población en un ambiente totalmente democrático. 

También es cierto, que se equivocan en predicciones anticipadas, infundadas y tendenciosas, a una línea inexistente, porque aun no ganan y ya están amenazando mediáticamente de lo que viene, y que son mensajes alarmistas y tendenciosos que sólo son parte de una ambición económica desmedida, de las familias que antes vivieron del PRI, se enriquecieron y ahora a toda costa se desgarran las vestiduras por alguien que no saben si se va a colocar la banda presidencial.

Por eso, más vale esperar a que este domingo se desarrolle el proceso electoral más disputado y del mayor número de cargos a elegir.

La tensa calma en un ambiente electoral  que se pretende enrarecer por quienes se les queman las habas por ser parte de un grupo de poder, del que seguramente pasaran a ser “sirvientes” o como lo han sido siempre, cuando sin dignidad se someten a las voluntades de los personajes del poder, como ha sido y pretenden seguir parte de un disfrute que va más allá de lo inimaginable.

La disputa electoral nacional, la quieren traslapar con la elección por la gubernatura del estado de Veracruz, en donde la simpatía confluye en torno a quien se ha destacado por tener experiencia en el servicio público y se le conoce como quien llevó a Boca del Río, a un desarrollo avanzado que ponen a una ciudad entre las de mayor trascendencia en el país.

Pretender borrar la realidad porque no hay la abundancia anterior y los dispendios ya de todos conocidos en el mundo como sucedió en el anterior mandato duartista, es pretender tapar el sol con un dedo.

Hay algo, que olvidan los falsos agoreros de los malos presagios infundados, de que la madurez democrática de miles de veracruzanos, es la que va a decir un rumbo por el que ahora se atienden pagos puntuales a compromisos laborales y de pensionados, y sobre todo a una entidad que se encuentra en pleno desarrollo y en un relanzamiento fuera de diezmos y de los desvíos del presupuesto estatal que se han ido recuperando en un proceso arduo, difícil, pero que están dando resultados.

Luego entonces a esperar resultados y los que no se sientan contentos con el rumbo democrático en el ámbito federal o estatal, que construyan sus propios mundos, en donde puedan disfrutar de la abundancia, de la riqueza y de los privilegios a los que se han acostumbrado como expertos en el chantajismo político y mediático.

La vida es de ciclos, a esperar que el orden financiero y del marco legal se de cómo se está dando en Veracruz, aunque los que nunca han sido de izquierda ahora camaleónicos, digan que son parte de la cultura del esfuerzo, que son pobres o clasemedieros y que viven al día, y por lo mismo pretenden su tajada del pastel, como lo han visto siempre el acomodaticio modelo servir y de convertirse en alfombras aunque los pisen, pero sentirse que son parte de una elite de poder en decadencia y en donde los que votan son las mayorías que se dan cuenta de que el voto sirve y decide.

Nadie por poderoso que sea, puede incidir o decidir el rumbo de toda una nación de millones, que por más de 80 años aprende a sufrir a ser oposición y retornar a una democracia respaldada por el pueblo.

Hay que recordar que desde el año 2000, la democracia en este país cambió, y va en un tripartidismo, en donde con el modelo de las alianzas está exponiendo propuestas y sus respectivos modelos.

Aquí todos votan y lo mejor será dejar que la libre voluntad de los electores se exprese y se manifieste en las urnas, sin tanto chantaje y métodos alarmistas, que ya no funcionan desde hace mucho.

Por eso, los que le lloran a la abundancia duartista, lo más seguro es que tendrán que seguir con su berrinche, por la gente les conoce el formato de expertos en el chantajismo y creen que por vivir del cuento, seguirán en una ruta incierta aun para todos. Así las cosas.