Estaba más que claro y en este espacio fue consignado: Ricardo Ahued Bardahuil no tenía un pie fuera del PRI sino ambos. Ni los desayunos consecutivos en las últimas semanas que procuró el senador José Francisco Yunes para tratrar de hacerlo reconsiderar su permanencia dieron resultados.
Y es que si el aspirante a gobernador por el tricolor, y de quien se ha dicho es el virtual candidato, tampoco es de mucho rogar menos si alguien pretende llevar una decisión al chantaje, pues se confirma el escenario que ya era evidente, y tan solo cambia un poco la dirección en su brinco a la izquierda.
Así, el ex alcalde xalapeño, empresario de renombre, que apuntaba a ser el candidato en MORENA por una senaduría será ahora el abanderado a la gubernatura, con un solo objetivo de Andrés Manuel López Obrador: ensanchar la simpatía del empresariado veracruzano para su proyecto y si de paso se logra sacar al PAN del palacio mucho mejor para ellos.
Las versiones circularon en el sentido de que seguirá inamovible Rocío Nhale en la candidatura al Senado, mientras que Ahued ya fuera del PRI, solo basta el puro trámite para salir de ese partido, competirá con los Yunes rojos y azules, y Cuitláhuac, quien hasta hace unos días habría de repetir en el 2018 en busca de llegar al palacio de gobierno, será ahora candidato a diputado local por Xalapa.
La estrategia, citada ayer mismo por el periodista Alejandro Aguirre, busca contrarrestar en la capital del estado con mucha contundencia, los 200 mil votos que los Yunes de Acción Nacional tienen cautivos en la conurbación Veracruz – Boca del Río.
Y es que en ese juego de números hay que recordar que el académico investigador de la Universidad Veracruzana alcanzó “solo” en su contienda del 2016 frente a Héctor Yunes del PRI y Miguel Angel Yunes del PAN, 800 mil votos.
En esta ocasión la gran apuesta de MORENA es que en la boleta el arrastre sea de Andrés Manuel que como cuchillo con mantequilla entre sin problemas en el electorado para conseguir aumentar esa aceptación y llevar de la mano al abanderado a la gubernatura y acumular así al menos un millón de votos o más para la Presidencia.
Si bien la simpatía de AMLO que lo coloca arriba en las encuestas difundidas por la prensa nacional se basa mucho en la clase popular, la táctica es permear entre el empresariado y desde las pasadas elecciones se ha buscado que salidos de este sector sean quienes enarbolen la causa morenista.
Por ello, Ahued Bardahuil se ha trepado como el virtual candidato al gobierno de Veracruz. Y si no tiene una penetración a lo largo y ancho del estado, la clase empresarial es de las más informadas y pronto correrá de boca en boca que una buena marca, bien posicionada, trae a uno de los suyos. Si a esto se le agrega las heridas que han sufrido de los últimos gobiernos; uno que terminó dejándolos en bancarrota porque fueron proveedores o logró algún tipo de contrato y no los liquidaron, y el actual porque para pagarles, si acaso alcanzaban a recuperar un poco, les puso más trabas que soluciones.
Entonces la Iniciativa Privada tendrá en Morena la posibilidad de ver cristalizada una especie de venganza. Y si ninguno de los otros partidos les presenta una alternativa a fin, entonces la contienda se pondrá más que interesante.