Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
DUARTE: TRÁGICO FINAL
2016-07-12 | 09:27:07
Días después de que el presidente, Enrique Peña Nieto, viniera el 10 de noviembre de 2015 a inaugurar el Clúster Científico y Tecnológico BioMimic del Instituto Nacional de Ecología, en el municipio de Coatepec, el gobernador, Javier Duarte, afirmó personalmente a un grupo de periodistas que sobre el tema de la sucesión el mandatario mexicano le habría dicho: “Javier, nunca me has fallado, pero esta es la decisión más importante de tu vida, no te puedes equivocar”.

Duarte llegó a presumir también que “el presidente me tiene una estima que la siento en los hechos. Nunca he tenido un ‘no’ del presidente. Todo lo que le he pedido siempre me ha dicho que sí”.

Pero este lunes 11, Duarte recibió un golpe demoledor de Peña Nieto, quien instruyó a la Procuraduría General de la República (PGR) a que presentara ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) acciones de inconstitucionalidad para revertir las medidas en materia de corrupción que el gobernador acababa de turnar al Congreso local, entre ellas los nombramientos del Contralor General del Estado, del Fiscal Especializado en Combate a la Corrupción, así como de los magistrados en materia anticorrupción –los cuales fueron retirados la semana anterior porque no obtuvieron el consenso ni de los propios diputados locales del PRI–, además de la creación de la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción que dependerá de la Fiscalía General de Veracruz y de la Sala Especializada en materia anticorrupción que estará adscrita al Tribunal de lo Contencioso Administrativo.

¿Qué pasó entre Duarte y Peña, si hace ocho meses todavía el gobernador se ufanaba de que “el Presidente me tiene una estima que la siento en los hechos” y que “nunca he tenido un ‘no’ del Presidente” sino que “todo lo que le he pedido siempre me ha dicho que sí”?

Según parece, tal como se lo habría advertido el propio mexiquense –“Javier, nunca me has fallado, pero esta es la decisión más importante de tu vida, no te puedes equivocar”–, Duarte erró antes y continuó derrapando después de la elección de su sucesor.

El pasado sábado 25 de junio, en un programa especial transmitido por TV Azteca, el Presidente le declaró a la conductora Ana María Lomelí que “no tolero la mentira, el engaño, que se me oculten cosas”. Y Duarte, como jefe político del priísmo veracruzano, le habría asegurado que tenía el control político hasta de la oposición, por lo que su partido no perdería el gobierno de la entidad, considerada la joya de la corona por la magnitud de su padrón electoral.

Ahora, ante el riesgo de perder también el año próximo la gubernatura del Estado de México –su entidad natal y la que posee el mayor número de votantes en el país–, lo que prácticamente pondría al PRI con un pie fuera de la Presidencia de la República en el 2018, Peña Nieto, de la mano de su poderoso secretario de Hacienda, Luis Videgaray, parecen estar dispuestos a enderezar el rumbo del partido tricolor, para lo cual decidieron enviar al exdirector de la CFE, Enrique Ochoa Reza, a la dirigencia nacional para debatir con los líderes de la oposición sobre los grandes temas nacionales como las reformas estructurales y el combate a la corrupción, además de proceder de manera simultánea contra los peores gobernantes priístas que se han erigido en íconos de la impunidad.

Así, pues, por un lado el Presidente instruyó a la PGR para impugnar ante la SCJN los actos inconstitucionales de Duarte en Veracruz, y por el otro Videgaray, a través del SAT, estaría por cerrar la pinza contra la red de funcionarios duartistas señalados de enriquecimiento ilícito y por el desvío de miles de millones de pesos de fondos federales.

Y es que en su discurso de renuncia, el lunes 20 de junio, el exdirigente nacional, Manlio Fabio Beltrones, había remarcado ante los miembros de la Comisión Política Permanente del CEN priista que “es imprescindible, es necesario que reforcemos la rendición de cuentas de los servidores públicos; de los legisladores y gobernantes que emanan de las filas del PRI” y que “que oigamos y atendamos las demandas de castigo a la corrupción y a la impunidad”, pues parafraseando a Luis Donaldo Colosio recordó que “lo que los gobiernos hacen, sus partidos lo resienten”.

“No tengo duda: estamos obligados como nunca antes a escuchar la voz y reclamos de los ciudadanos; de todos ellos, votantes priístas o de otros partidos que exigen mejores resultados en sus gobiernos y combate a la corrupción e impunidad. Donde quiera que esta se encuentre. Quieren que la modernidad se refleje en los bolsillos de las familias mexicanas (…) No están satisfechos con solamente enterarse que ‘vamos bien’, sino que quieren ‘sentirse bien’”, expuso Beltrones, quien consideró necesario que la Presidencia de la República vaya contra los corruptos, los impunes y los inútiles.

Al PRI y a Peña les urge reivindicarse, pues hace una semana el diario El Universal dio a conocer una encuesta de Buendía&Laredo que reveló que el 63 por ciento de los encuestados reprueba “mucho o algo” la gestión del Presidente. Y la administración de Duarte está peor calificada.

Por eso este lunes, en conferencia de prensa, el excandidato priísta a la gubernatura, Héctor Yunes Landa, urgió a Duarte a que por dignidad se separe ya del cargo de manera definitiva. Y es que aún le faltan casi cinco meses a su desastrosa administración, cuyo repudio popular seguirá resintiendo el PRI, que en 2017 deberá contender en la elección de los 212 ayuntamientos veracruzanos, previa a la sucesión estatal y presidencial de 2018.

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