Continúa el candidato Alberto Silva con la misma ilusión que le diera el gobernador Javier Duarte de Ochoa que sería su sucesor. Su campaña para la diputación federal está enfocada hacia la gubernatura.

Por obvias razones es la persona que les conviene al grupo de fidelista y duartista, es quien les garantiza que no habría persecución política y que el compromiso formal es no barrer para atrás. Tiene la misma escuela y cuando fue alcalde dejó la mayor deuda en el municipio tuxpeño. No hay porqué preocuparse.

No se descarta de allí que colocó en sus mensajes una foto de una revista católica que lleva debajo de su figura el lema de ser él, la Esperanza para Veracruz.

Sin lugar a dudas es la campaña más costosa de todo el estado ya que pretende el tuxpeño colocarse como el candidato que obtuvo la más alta votación en la entidad. En ese personal empeño de llegar a ser el residente del palacio de Gobierno no descuida sus relaciones en la ciudad de México y no deja de visitar al influyente mexiquense don Alfredo del Mazo, que es considerado como su padrino y el que le puede abrir la puerta con el presidente Peña Nieto.

Acusados por pobres

De la historia de la democracia en México será esta próxima elección federal la más compleja donde se corre el riesgo que las instituciones fracasen y se pierda la credibilidad en este tipo de procesos electorales.

El presidente del INE, Lorenzo Córdoba, reconoce que confronta un gran desafío por el tamaño de estos comicios y las nuevas atribuciones de ese instituto.

Se están imaginando los peores escenarios, sobre todo en el tema de fiscalización para determinar si hubo rebase en los gastos de campaña, ir arriba del cinco por ciento del tope, será causa de nulidad de elección.

Con esta medida están a salvo los candidatos de Morena ya que solo se les puede acusar de empobrecimiento y estar muy por debajo del tope fijado. Se les dieron 20 mil pesos para que cubran el total de sus gastos de campaña, con ese dinero deben viajar, comer y apoyar a sus acompañantes. Por lo tanto tienen que seguir trabajando como lo hacían habitualmente. Para llegar al final de la campaña no pueden pasar de los 400 pesos diarios. A lo mejor los castiga el INE por ser tan ahorrativos.

Los números de esta elección son impresionantes: 83.5 millones de electores, 149 mil casillas y 10.5 millones de ciudadanos insaculados. 2mil 159 cargos de elección popular en disputa, 16 elecciones concurrentes y un millón 210 mil ciudadanos como funcionarios de casilla.

En esta ocasión se rompe con el modelo de reforma electoral que implicaba la coexistencia con 33 consejos estatales que eran manipulados por los gobernadores de cada entidad.
De los 4,500 candidatos de todos los partidos sólo 169 han presentado sus currículos. Les da pena la pobreza de su educación. No tienen ni primaria.