Por Catón
Columna: De política y cosas peores
Todos salimos perdiendo
2015-03-18 | 09:59:20
Himenia Camafría, madura señorita soltera,
le dijo a su visitante, don Añilio: “Un
solo beso y seré suya para toda la vida”. Se
retiró él a prudente distancia y contestó:
“Gracias por la advertencia”...
Uglicia le comentó a su amigo: “Me
dijeron que soy muy fea”. “No te apures
-trató de consolarla él-. A mí me han dicho
cosas peores”. Preguntó Uglicia: “¿Qué te
han dicho?”. Respondió el amigo: “Que
también eres muy pendeja”...
al negocio aquel en el que todos pierden.
Tal es el caso de MVS y el despido que
hizo de Carmen Aristegui y sus colaboradores.
No hubo nadie que no perdiera en
ese asunto al que bien puede aplicarse el
más obvio adjetivo: lamentable. Perdió la
empresa despidiente, pues dejó de tener
una voz que, por respetada, es escuchada
siempre.
Aristegui perdió una valiosa tribuna.
Peña Nieto perdió imagen -más de la
mucha que ha perdido ya-, pues se le considera
la mano oculta tras el desaguisado.
(También se le juzgaría culpable si hubiera
un terremoto en la Ciudad de México).
Y perdemos los mexicanos, todos, pues
no tenemos ya el espacio crítico, tan necesario
e importante, representado por
la periodista. ¿De quién fue la culpa? A
diferencia de lo que dice la canción yo sí
quiero saberlo. Desde luego a los ojos de
la opinión pública el villano es MVS y la
heroína es Aristegui.
Yo, que no soy opinión pública sino privada
(de todo), procuro matizar las cosas,
y veo exceso en una parte y prepotencia en
la otra. Exceso de la empresa me pareció
el despido de los dos trabajadores que
utilizaron indebidamente su nombre. Soy
permisionario de una estación de radio
cultural, y me habría molestado igual una
imprudencia semejante, pero con un tirón
de orejas la habría corregido.
Ahora bien: si alguno de mis colaboradores
me pusiera un ultimátum para
obligarme a hacer tal o cual cosa, también
le mostraría la puerta de salida. En estos
casos la soberbia es mala consejera. Nadie
debe creerse imprescindible, porque
nadie lo es.
El problema de fondo, sin embargo,
es la posición que muchos medios de
comunicación, lo mismo impresos que
electrónicos, guardan en relación con la
publicidad oficial, de la cual dependen los
más de ellos para su existencia.
Periódicos como Reforma, El Norte,
Mural y otros semejantes -muy pocos-,
que no dependen del apoyo del Gobierno
para subsistir, constituyen la excepción
a una regla general. Los medios electrónicos,
sujetos por la ley a la voluntad del
Estado, están en situación aun peor.
En este caso la libertad de expresión
en México sufre limitaciones muy severas,
por la necesidad de los medios de
autocensurarse para no tener problemas.
Lamentemos, sí, el despido de Carmen
Aristegui, pero lamentemos más la pervivencia
de un sistema que a pesar del
cambio de los tiempos no pierde su perfil
autoritario ni su poder de coaccionar a los
particulares. Debemos esforzarnos por
hacer que disminuya el poder estatal y
aumente el de los ciudadanos...
Mentecato columnista: con ese comentario
no vas a quedar bien ni con Dios ni
con el diablo, culpable ahora de todos
los males que sufre este país. Ya tengo
visto que esa es tu especialidad: no dejar
contento a nadie por tu manía de buscar
lo que en los ángeles hay de demonio y lo
que de demonio hay en los ángeles.
En fin, narra un cuentecillo final y
luego haz mutis con la prosopopeya con
que lo hacía doña Prudencia Grifell,
excelsa actriz dueña de abundosísima
parte posterior, al contrario de otra gran
figura del teatro mexicano, doña Virginia
Fábregas, quien era escasa de asiento
pero tenía opimo busto. Comentaba aquel
filoso comentador que fue Salvador Novo:
“Virginia tarda en entrar (al escenario)
lo que Prudencia en salir”...
Jodoncia le dijo a su esposo Martiriano:
“Por mucho que he tratado no he podido
lograr que aprendas nada. Al compadre
Carmelino la comadre lo enseñó a coser
botones, a cocinar, a lavar y planchar la
ropa, y ahora que ella murió él se basta a
sí mismo. Tú, en cambio, eres un inútil.
Si yo muriera ¿qué harías?”. Respondió
con timidez don Martiriano: “Me iría con
el compadre Carmelino”... FIN.

MIRADOR
››armando
fuentes aguirre
¿Recuerdas, Terry, amado perro
mío, cuando reprendía yo a mis
pequeños hijos por haber hecho alguna
travesura? Tú ibas hacia ellos
y les hacías sentir que estabas ahí
para consolarlos. Luego me mirabas
con aire de reproche.
Cuando esté yo, Terry, en presencia
de nuestro Padre común, él
me reprenderá también -¡tantas
travesuras he hecho-, y tú vendrás
hacía mí, estoy seguro, para acompañarme
en ese trance. No lo verás
a él con aire de reproche -todo tiene
un límite-, pero tu presencia me
tranquilizará.
Nos mirará el buen Dios y me
dirá:
-Algo bueno debes haber hecho
si mereciste el amor de un perro
así. Olvidaré tus travesuras, como
olvidabas tú las de tus hijos. Anda,
entra.
Me mirarás tú, Terry, con tus ojos
de luz, y me guiarás por los caminos
del cielo igual que me guiaste
siempre por los caminos de la tierra.
¡Hasta mañana!...
MANGANITAS
››por afa
“...Seguirá subiendo el precio del
huevo...”.
Tan gran carestía espanta.
El huevo subirá más.
(De hecho, muchos papás
ya los traen en la garganta).

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