Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
El corazón de Montiel
2014-06-19 | 10:04:05
Aunque algunos experimentados
priistas veracruzanos todavía
dudan que el gobernador
Javier Duarte de Ochoa pudiera
recibir del CEN del PRI manga
ancha para proponer a la mayoría
de los candidatos a la diputación
federal que el año próximo postulará
el partido tricolor en los 21
distritos electorales del estado,
lo cierto es que el mandatario
veracruzano parece no dormirse
en sus laureles y mientras los
tiempos llegan ha comenzado a
alistar a toda su batería pesada
para asegurar al menos las 15
curules de mayoría relativa que
el Revolucionario Institucional y
sus aliados ganaron en los comicios
de 2012 en Veracruz.
Según ha trascendido, aparte
de los secretarios Érick Lagos
Hernández, de Gobierno; Adolfo
Mota Hernández, de Educación;
Jorge Carvallo Delfín, de Desarrollo
Social, y Marco Antonio
Aguilar Yunes, de Trabajo, Duarte
de Ochoa estaría ponderando
perfilar a otros funcionarios de
su gabinete y del gobierno federal
que según las encuestas aparecen
muy bien posicionados en las
preferencias electorales de sus
respectivos distritos.
Uno sería el delegado estatal
de la Sedesol, Marcelo Montiel,
quien contendería por Coatzacoalcos,
donde ya fue dos veces
presidente municipal y diputado
local, y el otro Alberto Silva Ramos,
actual coordinador general
de Comunicación Social del
Gobierno del Estado y ex alcalde
de Tuxpan, donde políticamente
mantiene un extraordinario rating.
De Silva Ramos no hay la
menor duda que seguirá sin
condicionar la línea política que
le marque el jefe del Ejecutivo
del estado, tal como lo hizo en la
competidísima sucesión estatal
de 2010 en la que le sumó votos a
Duarte de Ochoa como candidato
a la alcaldía tuxpeña, de cuya
presidencia municipal se separó
en agosto de 2013 para asumir
la titularidad de la Secretaría de
Desarrollo Social, la cual dejó
posteriormente en febrero de este
año también por instrucciones
del mandatario veracruzano para
relevar a la comunicadora Gina
Domínguez Colío en la vocería del
gobierno estatal.
El caso de Marcelo Montiel es
diferente, pues ya en 2012 se rehusó
a competir en la elección federal
de 2012. El entonces titular
de la Sedesol veracruzana rechazó
la candidatura y propuso que se
postulara a su subalterno Joaquín
Caballero Rosiñol, quien por ese
entonces se desempeñaba con él
como director de Obras Públicas.
En aquella ocasión, Montiel se
comprometió a meterse con todo
en Coatzacoalcos y garantizar el
triunfo de Rosiñol, al cual empujó
después, en 2013, para la alcaldía.
Ahora, como delegado de la
Sedesol federal, está impulsando
a otro de sus colaboradores:
a Víctor Rodríguez Gallegos,
subdelegado de Administración
y Finanzas.
Sin embargo, el gobernador
Javier Duarte insiste en que el
candidato debe ser él.
Pero Marcelo, según ha trascendido,
evade comprometerse.
Hace nueve días, por ejemplo, no
se presentó a la Sesión Extraordinaria
del Consejo Estatal de
Desarrollo Social que presidió el
gobernador Duarte de Ochoa. En
su representación mandó precisamente
a Rodríguez Gallegos.
El pretexto de su ausencia fue
una afección cardiaca, lo que en el
gabinete duartista fue considerada
como una buena cortada para
impedir que lo envíen el año próximo
a hacer campaña electoral.
Sin embargo, amigos cercanos
de Montiel aseguran que el
exalcalde porteño, nativo del
municipio de Puente Nacional,
sí fue hace unos días a la ciudad
de México a checar su estado
de salud con uno de los mejores
cardiólogos del Distrito Federal,
el cual lo habría librado de una
intervención quirúrgica que otros
especialistas de la entidad le habrían
dicho que era inevitable.
Habrá que ver cómo se mueve
este jueves en la gira que su jefa,
la secretaria de Desarrollo Social,
Rosario Robles, realice por el
puerto de Coatzacoalcos.
Por fin se fue Vallejo
Por cierto, hablando de políticos
enfermos, el que decidió separarse
definitivamente de la gubernatura
de Michoacán fue el priista
Fausto Vallejo, quien pretextó su
delicado estado de salud derivado
del trasplante de hígado al que fue
sometido el año anterior.
Luego de regresar de Indianápolis,
Estados Unidos, donde
se realizó un chequeo médico,
Vallejo fue ayer a Los Pinos para
informarle al presidente Enrique
Peña Nieto su decisión.
Sin embargo, en Morelia todo
mundo sospechaba de su inminente
dimisión porque Vallejo ya
había empezado a repartir Notarías
Públicas entre sus amigos y
funcionarios allegados, aunque su
gobierno concluía formalmente
hasta febrero de 2016.
El priista se va entre sospechas
luego de las fotografías que circularon
sobre un supuesto encuentro
entre su hijo Rodrigo Vallejo
y Servando Gómez, “La Tuta”,
cuando el líder del cártel de Los
Caballeros Templarios era el amo
y señor del crimen organizado en
Michoacán.

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