A diferencia del abogado Juan Collado y del recién depuesto líder del sindicato petrolero Carlos Romero Deschamps –quienes hasta hace un par de meses solían departir con las altas élites políticas y empresariales del PRI y PAN a las que el presidente López Obrador llamó “la mafia del poder”–, el ex gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, durante más de 30 años priista y desde 2005 militante de Acción Nacional, siempre ha estado al servicio de los grupos oligárquicos surgidos desde el sexenio del ex presidente Carlos Salinas de Gortari, su último gran protector que después del zedillato resurgió como el principal factor en las sucesiones presidenciales de 2006 y 2012.
Por eso las alternancias en el poder entre el Revolucionario Institucional y el partido blanquiazul jamás preocuparon a Yunes Linares, quien lo mismo ocupó cargos medianos en los gobiernos del presidente Ernesto Zedillo –en donde estuvo a cargo de los reclusorios federales y terminó como asesor de la Secretaría de Gobernación– que en los de Vicente Fox y Felipe Calderón, ambos panistas, con los cuales se desempeñó como subsecretario de Seguridad Pública y director general del ISSSTE, respectivamente.
Sin embargo ahora, tras el tsunami electoral de 2018, Yunes está en la total orfandad política. Igual como quedaron Rosario Robles, ex titular de la Sedesol y de la Sedatu; Juan Collado, el “abogado de la mafia del poder”, y Romero Deschamps, el principal financiador de las campañas del PRI en los últimos cuatro sexenios.
Este miércoles, luego de confirmarse la sorpresiva renuncia del poderoso líder del sindicato de PEMEX y conocerse las investigaciones que actualmente realiza en su contra la Fiscalía General de la República y la Unidad de Inteligencia Financiera por presunto lavado de dinero, el líder del Senado, Ricardo Monreal, tuiteó: “Muchas personas creían que ‘cero tolerancia’ y ‘cero impunidad’ eran frases huecas; algunas otras dudaban de que se pusieran en práctica. Hoy, la mayoría, hasta los escépticos, saben que va en serio, que el cambio de régimen no admite excepciones”.
Coincidentemente, anteayer, Yunes buscó ser entrevistado por el periodista Ciro Gómez Leyva, quien días antes, en su noticiario de Imagen TV, había comentado que la situación del actual gobernador panista de Chihuahua, Javier Corral, era muy diferente que la del ex mandatario veracruzano, pese a que ambos tuvieron fuertes discrepancias políticas con AMLO.
En su entrevista con el también conductor del noticiero radiofónico de MVS, Yunes se victimizó, tratando de justificar las injurias y calumnias que como gobernador profería en contra del tabasqueño cada vez que visitaba Veracruz como dirigente nacional de Morena.
Pero si López Obrador decide perseguir penalmente a Yunes no será sólo porque éste lo haya llamado “loco”, “cobarde”, “corrupto” o “cómplice de Javier Duarte”, sino también por aquella famosa “Carpeta azul” que López Obrador recibió con la lista de propiedades que el ex gobernante panista posee en México, Estados Unidos y España, las cuales muy difícilmente podrá justificar con sus ingresos.
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