Luego de que un grupo de amigos y académicos de la Universidad Veracruzana (UV) salieron en defensa de Clementina Guerrero por la orden de aprehensión girada en su contra por presuntos delitos que le son imputados como ex titular de la Sefiplan en la administración anterior, la rectora Sara Ladrón de Guevara tuvo que dar la cara también por su ex secretaria de Administración y Finanzas.
Sin embargo, en opinión de algunos miembros de la comunidad universitaria que se negaron a firmar la petición que a través de la plataforma www.change.org hicieron otros catedráticos e investigadores de la UV al gobernador Cuitláhuac García y al Poder Judicial del estado exigiendo “respeto a la dignidad” de la contadora Guerrero, la rectora no goza de gran calidad moral para abogar por su ex subordinada, debido a la presunta complicidad que hubo entre ambas.
Y es que refieren que desde finales de su periodo anterior, Ladrón de Guevara ha venido siendo cuestionada por el monto real de su salario como máxima autoridad de la UV. La última vez fue a principios de septiembre de 2017, luego de que el portal informativo Animal Político publicó que mensualmente percibía 195 mil 348 pesos, lo que la convertía en la académica “mejor pagada del país”, aún por encima de los rectores del Instituto Politécnico Nacional, UNAM, Colmex y de la UAM, del entonces gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, quien nominalmente percibía menos de la mitad: 74 mil 938 pesos al mes, y hasta del propio presidente Enrique Peña Nieto, cuyo último ingreso era de cien pesos menos que el de la ex directora del Museo de Antropología de Xalapa.
Entrevistada sobre este asunto hace un par de años en un evento en el Palacio Municipal del puerto de Veracruz, la rectora no quiso revelar el monto de su percepción. “Falso, falso, es falso. No tengo ese dato”, respondió a los reporteros que le preguntaron sobre lo publicado por el portal informativo que destapó la llamada “Estafa Maestra”, el megafraude por el que Rosario Robles, ex titular de la Sedesol y Sedatu, actualmente está en prisión.
“No voy a tener eso como un tema, es una provocación”, respondió molesta, arguyendo que “yo le puedo decir que tengo un salario menor que el que tenía mi antecesor y el que tenía el antecesor de mi antecesor. No quiero manejar cifras porque ustedes están queriendo poner una nota y la Universidad Veracruzana hace mucho más que tener unas notas para vender, disculpen”.
El asunto caló entre la comunidad universitaria, pues a través de la misma plataforma www.change.org, el año antepasado un grupo de universitarios recabó firmas para –entre otros puntos– pedir que la rectora bajara su salario. Pero ni ella ni Clementina transparentaron el tema. Meses después se conoció que Ladrón de Guevara había adquirido la residencia del ex gobernador Rafael Hernández Ochoa en 12 millones de pesos. Menos de la mitad del valor comercial real.
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