Justo en este espacio habíamos consignado un desencuentro entre el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares y un empresario de esta zona conurbada que es presidente de una importante cámara porque no quiso participar en el Comité Ciudadano de Vigilancia y Seguimiento del Proceso de Entrega y Recepción.

La versión confirmada confió en que incluso hubo un reclamo al más puro estilo del mandatario para con el hombre de la iniciativa privada, quien de esa manera mostró su rechazo a prestarse en lo que ha sido calificada por algunos organismos como una auténtica simulación.

Era ya un indicio que lo que venía, que olía mal, y traía un sello de que más que vigilar buscaba a toda costa legitimar una administración que se vendió como la del cambio, pero que en los hechos quedó a deber. Los señalamientos son de sobra.

El tufo se ha venido a incrementar a raíz de la nota publicada en la edición de este lunes en el periódico IMAGEN DE VERACRUZ donde se exhibe corrupción en los integrantes y se comprueba, según la información, que hubo incluso contratos de obra por ejemplo para el Presidente del Consejo Coordinador Empresarial de Xalapa, Federico Luis Palacios Macedo Gutiérrez.

El contratista recibió una transacción a su favor por 373 mil pesos para dar servicio de mantenimiento y remodelar áreas de la Ciudad Asistencial Conecalli de Xalapa que administra el DIF Estatal.

Pero además su compromiso es más grande porque es arrendador del edificio que alberga la secretaría de Turismo y Cultura ubicada en la calle Río Tesechoacán número 57 de la colonia Cuauhtémoc, de Xalapa.

De esta manera se confirma que Yunes Linares conformó un comité que es inédito e histórico, pues se creó por Decreto cuando ni siquiera se ha dado un acercamiento con el Gobierno electo, ya que anunciaron, en su momento, que apegados  totalmente a la Ley empezarán en noviembre con esos trabajos.

Lo más grave es que cobra favores que en el pasado hizo y que no se sabe si se hicieron a través de licitaciones claras o si todo estuvo amañado para beneficiar a las personas que usaría para los últimos meses de su mini gobierno, donde la sombra de la corrupción empieza a aparecerse.

Sobre todo ahora que el Órgano de Fiscalización Superior (ORFIS) ha filtrado que la cuenta pública del ejercicio fiscal 2017 trae un presunto daño patrimonial en secretarías como la de Infraestructura y Obra Pública.

Es por eso que urgía empezar a maquillar con “vigilantes” a modo el final de un gobierno que terminará muy cuestionado y en un cuyo proceso se involucra a gente que podría salir “salpicada” por las anomalías que se detecten en próximos meses.

Otro que ya hasta los propios panistas, aseguran, someterán al banco de los acusados, es el líder del PAN, José de Jesús Mancha, quien también ha sido cuestionado por recibir, acto admitido por él mismo, contratos millonarios de obra pública, a nombre suyo y de su mamá.

Vaya que si como dice por ahí el dicho popular, “salió tan bueno el giro como el colorado”, y algo más.

MUY EN CORTO

SEDEMA. HUELE A CORRUPCIÓN. Si alguien se preguntaba por qué los veracruzanos decidieron voltear hacia otra opción el pasado primero de julio, basta con observar el desorden e incapacidad que traen en diversas dependencias del gobierno estatal, como en la SEDEMA.

Resulta que para salir bien librado, según él, del tema de los malos olores que se han presentado en la zona conurbada, el subsecretario del Medio Ambiente en el estado, Orlando García Nieto, le tiró la bolita a los alcaldes de esta conurbación, al acusarlos de no acudir ante esta dependencia para resolver el problema del olor que proviene del Puerto de Veracruz.

Inclusive se escuchan voces que hablan de actos de corrupción del funcionario, ya que hay un oficio dirigido a su jefa, la Secretaria del Medio Ambiente, Mariana Aguilar donde tienen ya conocimiento de la problemática sin que haya actuado.

¿Será que se esté haciendo de la vista gorda y esté protegiendo a una que otra asfaltadora o empresario?

¿A cambio de que poderosas razones?