La efervescencia electoral crece en el estado de Veracruz, a causa de la intensidad de la gran disputa política entre unos y otros de lo que nadie puede descifrar el enigma.

Se trata de una elección no el fin del mundo, por eso extraña mucho de quienes anhelan subirse a la ola del poder político, cuando el país ya no está para bollos y la ubre ya muy seca.

Aun así, la lucha por el poder presidencial y estatal en la entidad se intensifica en una lucha sin cuartel entre quienes pretenden quedarse con la gubernatura y otros con la presidencia del país.

Está muy claro que en el estado de Veracruz se va a dar el voto diferenciado, lo que significa que los expertos creen que el PAN con sus aliados conserva la gubernatura y la gran disputa entre AMLO, Anaya y Meade, está en juego por el tema electoral de la presidencia.

Las estrategias indescifrables aun, pero los signos se comienzan a esclarecer y la guerra sucia es parte de la disputa electoral.

Los que saben del análisis de la política en la entidad, ven toda una radiografía que ayuda mucho a la causa de la alianza del PAN, PRD y MC en el asunto de la gubernatura, aunque desde algunos escenarios mediáticos busquen descalificar, los resultados positivos logrados en un mandato de dos años, que ya evitó que el barco se hundiera y por lo mismo se atienden compromisos nominales, la obra pública fluye en toda la entidad y ahí la llevan después del sexenio que dejó una crisis financiera histórica por la dimensión del saqueo a las finanzas públicas.

Claro está, entre los que se quieren montar en el poder estatal por el PRI y Morena, hacen su luchita con el tema de la guerra sucia.

Ahora bien, en la realidad Morena no tiene estructura en la entidad y no le da para ganar, el PRI, su estructura ya está agotada por las promesas y ausencias de compromisos, y en la realidad el PAN con sus aliados están más sólidos políticamente y con esta ventaja se la llevan de calle. Aunque se enojen los que se cortan las venas por AMLO. Así las cosas.