Por Magda Zayas Muñoz
Columna: Momentos
Criminalizar y aminorar, en lugar de cumplir su obligación de Investigar
2017-12-21 | 08:04:21
El Comunicado oficial emitido ayer por la Fiscalía General del Estado, señala en su encabezado “sin vínculo con actividad periodística muerte de Gumaro P.A., en Acayucan”, es decir para minimizar los hechos, le quitan su calidad de periodista, luego entonces –como en los tiempos del ex Gobernador Javier Duarte- reiteran que su ejecución no está ligada con su actividad profesional; es decir más allá de indagar en lo esencial e imponerse sobre lo realmente grave como el ingreso de la delincuencia en instituciones educativas para acribillar a un ser humano –pues no es la primera vez- la institución, en una “investigación” veloz e irresponsable, le arrebatan de tajo su actividad.
Según el texto, la propia esposa del comunicador, refirió que no ejercía el periodismo, cuando horas antes declaró que ella misma sugirió –en algún momento- a Gumaro dejar el ejercicio periodístico, pues en diferentes ocasiones había sido amenazado; aquí lo realmente preocupante es que lejos de cumplir con su función la Fiscalía está más ocupada en criminalizar –diciendo que todo los ejecutados están involucrados- o bien en demeritar –refiriendo que los periodistas que han matado en su gobierno no son periodistas o que los defensores o funcionarios no han muerto por su profesión-, que en cumplir con su obligación constitucional de investigar y recabar el suficiente material probatoria para dar con el paradero de quienes lo asesinaron o para imputar y acusar a los responsables.
Y es que independientemente de que, en este preciso momento Gumaro ejerciera o no el periodismo, lo cierto es que los medios de comunicación, sus cercanos y demás no se inventaron que era reportero, pues en algún momento lo ejerció, tan es así que la propia presidenta de la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas (CEAPP), Ana Laura Pérez Mendoza reconoció al día siguiente de la ejecución de Gumaro, que éste había solicitado desde 2015, protección para coberturas y dicha instancia lo incluyó en un programa de auxilio preventivo.
Mendoza dijoque desde 2015, Gumaro Pérez había solicitado estar en el programa protector de la CEAPP, por las coberturas que realizaba, sin embargo nunca mencionó haber recibido amenazas. Indicó –en declaraciones para diferentes medios de comunicación, según diferentes portales de noticias- que apenas se enteraron por parte de sus compañeros que en pasados días había sido amenazado e incluso había tenido diferencias con el medio para el que laboraba –medio que según la Fiscalía niega que Gumaro hubiese laborado ahí- refirió la titular de CEAPP.
Lo anterior muestra las contradicciones de la Fiscalía, en su presunta y apresurada investigación, pues si Gumaro no hubiese ejercido el periodismo, dicha instancia jamás los habría protegido, por el contrario lo habrían canalizado a otra instancia, pero queda claro que la Fiscalía General del Estado que preside Jorge Winckler Ortiz está más ocupada en minimizar los hechos de violencia que en desempeñar su trabajo de manera objetiva e imparcial, pues el comunicado –no foliado por cierto, como todos los de ésta dependencia- refiere que, como resultados de las primeras diligencias, realizadas por la fiscalía especializada en atención de denuncias contra comunicadores, se detectó nula actividad periodística.
Así pues, como sí un ser humano valiera más o menos por ser o no ser periodista, se refirió en el texto oficial “como la pérdida de cualquier vida, su deceso violento es lamentable y la investigación continuará su curso hasta esclarecer en su totalidad los hechos; no obstante, es preciso aclarar que no existe testimonio alguno de que el hoy finado se dedicaba a ejercer el periodismo” ¡ah caray, de cualquier vida!, ¿entonces sino eres periodista, la agravante de homicidio se reduce?

El citado comunicado también señala “un portal de su autoría fue dado de baja desde hace algunos meses”; luego entonces al reconocer que tenía un portal de noticias y éste fue dado de baja, queda claro que ejerció el periodismo y que el trabajo de la Fiscalía más bien sería investigar porque lo dio de bajo o porque abandonó el periodismo y ahí seguramente podrían encontrar una línea de investigación.

¡Lamentable lo que ocurre en nuestra entidad con autoridades irresponsables como la Fiscalía! ¿En manos de quien esta nuestra integridad? Es decir, si yo un día decido dejar de escribir, porque me incorpore –como es mi derecho- a cualquier otra actividad y alguien aprovecha ese momento para atentar en mi contra, la Fiscalía antes que investigar, me quitara mi calidad de periodista, borrando de tajo años de profesión. Luego entonces, la oficina de Winckler da pauta a que cualquier persona que tiene animadversión hacia mí, o hacia otros comunicadores, espere a que yo haga pausa en mi profesión, para atentar, agredir o ejecutar. ¡Preocupante el actuar de la instancia en comento y digno de intranquilidad, no solo para un periodista, sino para cualquier ser humano que siempre es desacreditado o despojado de su profesión para aminorar temor y demanda de la población!.
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