A muchos sorprende el radical cambio de Andrés Manuel López Obrador, a pesar de sus defectos o por ellos mismos, para muchos mexicanos constituye efectivamente un rayo de esperanza. La austeridad que se hace presente en su vida familiar y política, su identificación con los cientos de millones de pobres, lo han convertido en el candidato que encabeza las encuestas. Ahora habla de la reconciliación, fraternidad y la urgencia de unidad de los mexicanos. Cuando Peña Nieto iba a visitar a Donald Trump afirmó que los mexicanos deberíamos estar en unión con el presidente de México.

Pero detrás de él existe un equipo diferente que pocos perciben.

Un grupo encabezado por el empresario regiomontano, Alfonso Romo, secundado por Esteban Moctezuma, el que fuera secretario de Gobernación, con Ernesto Zedillo y persona muy cercana y asesor de Ricardo Salinas Pliego de Televisión Azteca. También se ha integrado al equipo lopezobredarorista Marcos Fastlicht, suegro de Emilio Azcárraga Jean, los dos medios que controlan el 100 por ciento de la televisión abierta.

Dentro de este selecto grupo se suma Miguel Torruco, consuegro de Carlos Slim.

Ninguno de ellos se hubiera vinculado a este equipo si no tienen el apoyo de los altos personajes que se mencionan.

Ahora que se registraron los cambios en Televisa está Gerardo Gómez, el nuevo vicepresidente, fue él que le avisó a López Obrador en el 2006, que él encabezaba en los exit-poll de los comicios presidenciales del 2006.

De los que mismos ciudadanos que siempre lo apoyaron por sus ideas básicas sobre la injusticia social y la corrupción de los políticos mexicanos siguen siendo inamovibles, pero sea lo que sea, el candidato López Obrador está más firme y posicionado que nunca.


Engañan al provinciano


Ricardo Monreal, una persona carismática lo envuelven con el canto de las sirenas de que tiene posibilidades para gobernar en la ciudad de México. Se olvida que el capitalino es muy diferente al provinciano zacatecano donde logró la gubernatura por el PRD. Es una lástima que lo engañen por ser como es, y con el perfil político de funcionario de nivel.

Es de los miembros de la clase política mexicana que no tiene enemigos, pero el que desconozca cuántas delegaciones existen y los pasos a desnivel en el antiguo Distrito Federal, es que tiene que salirse de la delegación Cuauhtémoc y subirse al camión o al metro de la esquina.


Lo que hace el chayo


Qué se puede deducir de algunos columnistas locales de medios virtuales e impresos, que durante la gestión que realiza como gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, eran de los considerados comunicadores críticos y de la noche a la mañana ven al gobernante como un político invencible y que puede hacer lo que desee con la ciudadanía veracruzana.

Dan como un hecho que ganará cualquier proceso electoral, hacen a un lado los inconvenientes que existen en cualquier jornada comicial y vaticinan sin el menor recato, triunfos que solo existen en la mente y el bolsillo del supuesto periodista otrora independiente y plural.